—Perdí el control. —Admitió Taylor. Pero ¿qué más podía hacer?

Tristán era su límite y ahora, Charly también formaba parte de aquellos a quienes pensaba proteger.

Cuando Taylor llegó al Café Rincón, notó desde las ventanas de cristal que la tensión iba en aumento. Se apresuró a entrar, ¡justo cuando Arcadio le daba una bofetada a Charly!

Al ver a Charly en el suelo, algo dentro de él se quebró. ¿Quién se atrevía a tocar a su novia?

Lo peor fue descubrir la razón detrás de todo; Arcadio había roto la guitarra acústica de Tristán, el mismo instrumento de edición limitada que Taylor tanto se había esforzado por conseguir. Lo que resultó aún más doloroso fue ver a su hermano llorar, destrozado por el regalo que tanto había valorado.

Taylor no supo qué le pasó, podría llamarlo descarga de adrenalina, pero pudo cargar el peso de Arcadio con facilidad. Lo inmovilizó en el suelo y ¡entró en modo venganza!

Afortunadamente, Arcadio quedó tan desconcertado por la llegada inesperada de Taylor que