—Charly, ¿cómo pudiste hacerme esto?
Taylor quería aplastar la botella que tenía en la mano, pero no pudo. En su lugar, la dejó caer al suelo. Su cabeza se movió en todas las direcciones, escaneando ferozmente los alrededores. ¡El material más cercano que podía usar estaba justo frente a sus narices!
Sus amigos y él estaban parados frente a una mesa de cócteles.
Agarrando el borde del mantel, ¡Taylor tiró con fuerza! Afortunadamente, solo la botella de Diego estaba sobre la mesa, y Maximiliano la atrapó antes de que golpeara el suelo.
—Oye, Taylor, cálmate. Diego no sabe nada. —Dijo Maximiliano, siendo el único que entendía su rabia. Aun así, sus palabras no fueron suficientes para detener a Taylor.
Los ojos de Taylor se fijaron en Charly y Diego como un halcón. Por supuesto, no se perdió la expresión de pánico de Rubia. "¿Qué? ¿Te arrepientes ahora? ¡Te voy a castigar por esto, Charly!"
Era evidente que estaba a punto de huir; su lenguaje corporal lo decía todo. Por suerte, su sandali