RECUERDO DE LUCAS
Un viernes por la noche, Lucas yacía en la habitación de Regina, aquella que antes pertenecía a Charly, mientras ella, ataviada con lencería provocativa, se entregaba por completo a complacerlo.
—¿Te gusta esto, Lucas? —preguntó Regina ondulando su cuerpo, acariciando sus pechos y gimiendo intensamente—. ¡Ay, Dios! Me encanta tu verga.
Regina se inclinó para besarlo, deslizando su cuerpo deliberadamente contra el pecho desnudo de Lucas al susurrar, —No pienses en Charly. Yo te cuidaré. Ella no te puede dar lo que yo te puedo dar.
La realidad golpeó a Lucas como una verdad innegable: Charly jamás se compararía con Regina. En la intimidad, Regina demostraba tal destreza que Lucas no pudo evitar cuestionarse el origen de semejante habilidad, no obstante, cerró los ojos intentando concentrarse en alcanzar el clímax.
Recordó su segundo encuentro con Regina en la villa de su familia, ya que su padre le había encargado darle un recorrido. Después de mostrarle las áreas comun