Leonardo lo tenía "todo": Tenía una maravillosa esposa con quien esperaba una bebé, era un exitoso empresario, sociable, atractivo, fiel, y sumamente sencillo en su forma de ser, pues no le gustaba alardear de lo que tenía. Desafortunadamente, su vida dio un giro inesperado… Se enfrentó a diversas situaciones que jamás imaginó: como afrontar la muerte de su esposa; enterarse que las personas que lo han rodeado a lo largo de su vida, no eran lo que él creía; además, aprender del desafío, y a la vez, hermosa experiencia que implica el criar a su hija Emma, y es ella precisamente, su mayor razón para seguir adelante. Esta obra está registrada en la dirección nacional de derechos de autor. Registro: 10-1005-340
Leer másLlego donde Alexandra. Pronto será las once de la noche, Emmi sigue despierta y juega como si fueran las dos de la tarde. —Papiiiii —me abraza. —Hola mi amor, te extrañé. —Y yo a ti. ¿Por qué te demoraste tanto en venir? —Tuve mucho por hacer, pero ya aquí estoy y mañana iremos a buscar a Altaír. Emmi abre grande sus ojos —¿Enserio papi? —Si, muy enserio. —¿Y porque no vamos por ella ahora? —Es muy tarde hija, debe estar durmiendo. —Entonces llámala, quiero hablar con ella y decirle que la extraño. Volteo para ver a Alexa —Quizás esté despierta y pueda oír su voz —uno mis manos en señal de súplica. —Está bien, pero creo que lo mejor es que yo la salude y después le pase a Emma, porque si tu hablas de una vez, seguro se enojará y no me volverá a hablar—me dice ella. —Está bien, yo me quedo calladito. Ella la llama, Alti contesta rápido, Alexa la pone en altavoz y yo le tapo la boca
Llamo a Alexandra para pedirle que nos deje quedar unos días en su casa, ella me envía su dirección, la cual reenvío a Mark (mi jefe de seguridad) y lo llamo:—Señor Leonardo.—Mark, le acabo de enviar una dirección, debe llevar a Morgana y a Emma hasta allá y aparte, anote esta otra —espero a que él tenga donde anotar, se la dicto— necesito que urgente envíe a tres de sus hombres a que me recojan allí. A los demás llévatelos contigo. Ahora, pásame a Morgana.Unos segundos después…—Señor…La interrumpo —Morgana, escúchame bien: Alista de a tres mudas de ropa para ti, para Emma y para mí y también alista los documentos, se irán donde Alexandra ahora mismo.—Sí señor.Cuelgo.Conduzco entre varias cuadras que me sirven para llega
—Quita esa cara. Sé muy bien que aquí no soy bienvenida, como también sé que no soy la única villana que conoces.—¿Qué haces aquí Amelia?—Tres cosas y no te molesto más. Primero, quiero entregarte este sobre, léelo cuando tengas tiempo.—¿Lo segundo? —extiendo mi brazo para tomarlo.—Sácale la verdad a Marcus.—Otra vez con eso.—Él está afectado por la muerte de su medio hermana, mas no es un desquiciado o por lo menos, no del todo.—Lo internaron precisamente por decir incoherencias.—¿Enserio? ¿y porque no aprovechas que ya te dieron de alta para oír personalmente las disparatadas que dice? Quizás haya algo de cierto en lo que dice. Y como tercero y último: ¿Me permites despedirme de Emma?—¿Despedirte?
Seis días después Llamo a todos los que hablaban con Altaír, o al menos los que me ha presentado. Estoy seguro de que Guido debe saber, pero él lo niega, lo único bueno es que Rose se ofreció a ayudarme a encontrarla, ojalá la localice pronto, me hace falta. Me llega un mensaje; quizás sea Alti, lo busco y cuando miro la aplicación es un mensaje de voz de un número desconocido: —<< Hola Leo, soy Irina Shárapova. Lo siento tanto, te fallé: no cumplí con lo que me pediste; en cambio sí la regué y no fui capaz de darte la cara. Perdóname ¿sí? en estos días te devolveré el dinero.>> Sonrío, me acostumbré a decirle: Leanne, que se me olvidó que su nombre verdadero es Irina. Le devuelvo el mensaje. —<<No me fallaste; debí asegurarme de no ponerte en peligro. Perdóname tú y no me devuelvas el dinero, más bien, salúdame a John. Les deseo lo mejor>> A los pocos minutos: —<< ¡Gracias Leo! Es
Leonardo* Despierto en un cuarto blanco, estoy conectado a unas máquinas; se me viene el recuerdo de Marcus disparando, aunque su objetivo era John, yo alcancé a empujarlo un poco recibiendo así los disparos; lo importante ahora es que John esté bien. Intento sentarme, pero me duele el costado izquierdo, me vuelvo a recostar. —¡Hijo despertaste! —dice mi mamá levantándose del sillón— No sabes la angustia en la que vivido en estas últimas horas. —Tranquila mamá y ¿John? —Él está bien, está afuera, no le pasó nada gracias a ti. Y Marcus, bueno, él fue trasladado a un hospital psiquiátrico. Me quedo en silencio. Sabía que iba a terminar mal, pero no así. —y ¿Altaír y Emma? —Están en casa con Morgana y Amelia. —¿Cómo? —Tranquilo hijo. Emma está intranquila, pero vendrá cuando te sientas mejor. —Mamá no quiero a Amelia cerca de mi hija. —Hijo, créeme que te entiendo, pero ella
—Marcus, déjame explicarte por favor —le pido.—Yo no necesito que me expliquen nada, no soy estúpido, sé muy bien lo que vi.Jhon me coloca detrás de él, Marcus se acerca y cuando está a punto de golpearlo alguien lo detiene, me fijo bien, es Leo quien ha sujetado su brazo y le dice:—No es el momento, recuerda que es el compromiso de tu hermana, no le dañes su noche.Marcus no se ve muy convencido, sin embargo, él afirma con su cabeza, y baja el brazo.—Entonces nos iremos ahora —me expresa.Antes de que pudiera negarme Leo nos dice:—Recuerden que notificaron que para esta noche: después de las nueve habrá peligrosas precipitaciones de nieve, así que se recomienda no salir para evitar las calles, las aceras nevadas y las heladas. Además de que anunciaron que las carreteras debían estar libres para que
EneroLeanne*Han pasado dos semanas, no he sabido de Henry; Sophia está en seguimiento con psiquiatría; Juan vive actualmente con sus abuelos; Ethan ahora está al frente de sus negocios y aunque desconfía de Marcus, Leo le pidió que no lo despidiera (por el momento); Ethan al ser un hombre rencoroso, se está encargando de encontrar a cada uno de los malditos que estaban relacionados con Henry para hacerle daño a Sophia.Marcus, sabe lo que le hizo su “gran amigo H” a su hermana, lo que no sabe es que todo se supo gracias a Leo y a Chantal, él lo que cree es que después de años de investigación lo descubrieron y además le hicieron creer que está muerto.Y Chantal se fue un par de días después de lo sucedido, aunque ella tuvo que fingir ante Marcus que se iba ofendida, traicionada, dolida, entre
Ellas llegan y me esperan en la oficina.—Hola Leo.—¿Cómo estás?—Bien, con muchas ganas de romperle la cara de niño lindo a Henry, pero bien.—Ok. Desahógate.De su bolso saca un sobre tamaño carta.—Leo ¿Te suena el nombre de Sophia?—Mmmm ¿apellido?—Sophia D’ Savallo.Algo dentro de mí da un vuelco pesado, hace mucho no escuchaba ese nombre.—¿Leo? ¿Estás bien? —me pregunta Alti.—Sí, solo que… ella…—Ella desapareció —continuó Chantal por mí.—Así es.—¿Como que desapareció? —pregunta Altaír.La miro.—Ella es la hermana de Henry. Cuando estábamos en el último semestre de la U, un día Henry reci
Leonardo*Después de dormir en <<mi cama>> por un par de horas, me levanto directo a la cocina, tengo mucha hambre, no he comido nada desde el almuerzo de ayer; y de Henry, ¡bueno! Mañana me reuniré con Chantal, porque hoy él no la va a soltar en todo el día.—Papiii, ¡casi no te levantas!—Lo sé mi muñeca hermosa. Voy a comer, me arreglo y te dedico el resto del día, ¿Te parece?—Me parece. Le voy a decir a Alti que juegue con nosotros; ya sé a qué vamos a jugar.—¿A qué?—¡Ya lo verás!Sale de la cocina. Quien sabe que estará planeando esa pequeña diablilla.Cuando estoy por ir al segundo piso, miro hacia el jardín, Altaír está haciendo todo lo que Emma le dice: que mueva unos cojines, que ponga una sábana