Charlotte es una chica con un pasado obscuro que la marcó de por vida, pero gracias a su padre adoptivo ella obtuvo lo que siempre deseó; una familia. Al cumplir los dieciocho sus padres adoptivos decidieron que ya era hora de que Charlotte llevara una vida normal como una adolescente, y aunque ella se rehusaba no desobedecería a los que le otorgaron un hogar, pero al entrar al instituto encontraría al que por mucho tiempo esperó desde hace años. Su mate, Su encuentro será el comienzo de sus linajes.
Leer másÁngel, Astrid y Zoat son los nombres de mis tres pequeños hijos, que hoy cumplían un año de vida. Todos estuvieron de acuerdos en hacer una pequeña fiesta para presentarlos frente a todos. Esta noche todos esperaban con ansias por nosotros afuera. Las niñas corrían de un lado a otro y no dejaban que nadie las cambiara. —¡Papi! —gritaron al verme. Me coloqué de cuclillas para cargarlas en mis brazos. —¿Por qué aún no estánlistas? —Besé sus frentes. —Quelemos que mami nos cambie —respondieron al unísono. Me sorprendía su manera de crecer. Su metabolismo era inaudito y su manera de aprender también. Ellas hablaban como unos niños de cinco años. La que me traía viejos recuerdos era Zoat. Era tan parecida a Sofía. —Mamá se está cambiando, así que dejen que Maritza haga su trabajo. —Está bien. —De mala gana, permitieron que Maritza las preparara para la fiesta. Ángel estaba muy tranquilo mirando hacia fuera; veía
—¿Estás segura de llamarle? —Claro que sí. Además. sea lo que sea, es mi hermano. Aunque no nos conocimos en buenos términos, no me siento bien al verlo sufrir. Charlie había pasado sus tres meses en su forma lobuna, así que anoche volvió a la normalidad esperando los dolores. En todo ese tiempo siempre salía a cazar para alimentar a nuestros hijos. Meses antes, habló con su verdadera familia, ya que deseaba saber lo que en verdad sucedió con ella en el pasado. Jazmín y su verdadera madre, Mirian, la visitaban con frecuencia. Esperaban con ansias la llegada de nuestros hijos. El único que nunca volvimos a ver desde ese día fue a Frederick. Su madre decía que siempre estaba en el cementerio, incluso se quedaba dormido sobre la tumba de Sofía. Era algo muy… extraño. Charlie no tenía palabras para lo que Evelyn le había dicho sobre su hermano. Era muy triste su destino al haberle arrebatado a la única persona que lo amaría hasta la muerte. No quería ni i
DOMINICK Mi luna vino corriendo hacia mí, me entregó una carta y me dijo que Sofía la había dejado para nosotros. La tomé y la leí. Mientras lo hacía, sentí que algo dentro de mí se hizo pedazos al saber por qué se interpuso entre el vampiro y yo. ¿Por qué no tuvo la confianza de decírmelo? Ella me prometió que jamás me volvería a ocultar algo, y lo volvió a hacer. Le pregunté a Charlie dónde la había encontrado y me comentó que estaba en su armario. Asimismo, me mostró una foto que venía dentro del sobre. Todo, absolutamente todo, lo sabía, sin imaginar que su destino habría sido cambiado por la misma diosa. Charlie estaba aún más deprimida que antes al saber que por nuestro futuro ella abandonó el suyo. —Debemos tomar su decisión para bien, Charlie. —¡Es que no puedo, Dominick! Ella abandonó su propia felicidad para que nosotros tuviéramos la nuestra. Por más que me doliera, teníamos que aceptar que ella ya no estaba. Aunq
Tres días después de la visita de mis padres y del alfa Drake junto a su familia, Sofía empezó a salir y a relacionarse con todos de nuevo. No sabía lo que Dominick le dijo, pero funcionó, ya que ella estaba con nosotros otra vez y seguía siendo la misma de siempre. Sin embargo, mientras pasaban los días, la situación en las manadas era más extraña; desde hacía tres días un lobo del tamaño de un alfa merodeaba en nuestros bosques. «Lo más probable es que sea Frederick», le dije a Dominick en su momento. Lo dejamos pasar por alto porque lo más seguro era que venía a ver a Sofía, aunque fuera de lejos. ¿Por qué pensaba eso? Bueno, precisamente ayer, mientras estaba en la alcoba de nuestra habitación, vi a Frederick oculto entre los árboles; miraba hacia la habitación de Sofía. Aunque él no lo admitiría, por dentro la quería. Su conexión lo hacía quererla y verla. Por eso le pedí a Dominick que no hiciera nada. —¿Puedo pasar? —Toqué la puer
CHARLOTTE Estaba preocupándome cada día más por Sofía. Cuando salimos de la casa del alfa Drake y cuando llegamos a la nuestra, la dejamos en su habitación. Al siguiente día, ella había cerrado con seguro la puerta. Ya llevaba más de una semana sin salir de su recámara. Dominick decidió suspender algunos problemas que debía resolver fuera de Red Moon porque estaba preocupado por ella al igual que yo. Intenté varias veces convencerla. Le dije que abriera la puerta, pero nunca recibí respuesta, así que mi mate me pidió que le diera su espacio, pues debíamos comprenderla. No quería invadir su privacidad, pero me preocupaba que se encerrara tantos días. Decidí que, si no salía en tres días más, abriría la puerta sin que nadie me lo impidiera. —Luna, afuera está el alfa Drake de Star Moon y su familia. También están sus padres —informó Rita, la mujer que había abandonado a Sofí en los bosques. Ella nos trataba con respeto a Dominick y a mí, pero a v
—¿Listas? —pregunté cuando entré a la habitación de Sofía. —Sí —respondieron ambas, ya que Charlie le ayudaba a maquillarse. Hoy era la cena con el alfa de Star Moon. Todos acordamos en ir juntos por precaución; Jonathan nos esperaba fuera de su manada. Sofía, por alguna extraña razón, no deseaba ir. Fue difícil convencerla pero al final termino acompañándonos. Al llegar a Dark Moon, Jonathan nos miró con desaprobación por la tardanza. Le dije que no tenía culpa, pues Sofía no quería ir. —Es extraño, ¿no crees? Esos bosques eran inevitables. Mi beta dijo que es un lugar muy pacífico y hermoso, incluso juró haber visto animales mientras venían a casa. —Lo sé, Jonathan. Solo espero que sea para bien su regreso —comenté algo preocupado. Cuando llegamos a los bosques, todos estábamos sorprendidos con el cambio; había una gran muralla que rodeaba el bosque y un gran portón de acero frente a nosotros con las inic
DOMINICK —Necesito que siembren más árboles donde fue la batalla y también necesito varios lobos cuidando los límites del lado este. —Sí, alfa. —Alfa, el beta de su luna está aquí —informó uno de mis lobos con la mirada detrás de mí. Miré a mis espaldas. En efecto, ahí estaba Lucían. Antes no me agradaba tenerlo cerca, pero era el beta de la mujer que amaba, así que tenía que llevar la fiesta en paz con él para no tener problemas con Charlie. Sin embargo, él aún parecía no perdonarme por lo sucedido del pasado. —¿Qué haces aquí? —le inquirí. —Vine por tu beta. —Se detuvo a un metro de mí. —¿Por Edgar? ¿Por orden de quién vienes a llevártelo? Si se puede saber. —Por orden de tu mate. —¿Qué? ¿Y para qué? —que ella le ordenara eso era extraño en mi punto de vista. —Charlotte quiere que investiguemos si hay alguna manada instalada en los bosques de Gorgotha. —¿Gorgotha? Es ilógica la r
Después de una semana de búsqueda, capturamos al que nos traicionó. En estos momentos tenía tiempo para interrogarlo. Quería saber el motivo de su traición. —Mamá, ¿a dónde vas? —Sofía salió de su nueva habitación y se acercó a mí. Aún no me hacía a la idea de que era una adolescente, pero con el tiempo habría de acostumbrarme si íbamos a vivir como antes. —Iré a los calabozos. —¿Puedo ir contigo? —No creo que sea una buena idea. —¿Por qué? —Bueno… —Sé lo que quieres ocultarme. Mi papá dijo que tenía a mis padres, los que me abandonaron de pequeña en el bosque, y yo deseo verlos. En realidad, no era esa la razón de mi visita a los calabozos, tampoco sabía de que sus verdaderos padres se encontraban en los calabozos. —Si así lo deseas, no tengo por qué negarte esa petición. —Ella tomó mi mano como siempre lo hacía cuando tenía seis años. A pesar de su cambio, todavía lo hacía y es un poco extraño pa
Pasaron ocho meses desde que nos atacaron los vampiros y Dominick aún permanecía en cama con una máscara para poder respirar. El golpe había afectado tanto su cabeza que no podía respirar por sí mismo. Todos se habían resignado a que no volvería a despertar y que lo mejor sería desconectarlo y dejarlo descansar, pero yo me rehusaba a aceptar esa idea. Desde entonces, pasaba poco tiempo con Jazmín y Jonathan, también con Sofí y Cris, ya que solo pasaba con él, ni siquiera me di cuenta en el momento que me aislé de todos. Estaba pendiente de la manada para su regreso porque tenía fe de que despertaría. Cris se fue con mis padres adoptivos, pues ellos lo desearon así después del ataque, incluso me dijeron que Sofía debía estar con ellos, pero mi pequeña flor no quiso irse, así que Jazmín decidió quedarse una temporada con nosotros hacía un mes. Cris venía de vez en cuando para pasar tiempo con jazmín y Sofia. —Mamá, ¿podemos jugar un rato? —Lo siento, Sofía, aho