Cap. 200: Una esposa fugitiva. Un abogado prohibido.
Cap. 11: Confesiones.
Axel frunció el ceño.
—¿Qué…? ¿Qué estás diciendo? ¿Tú eres…?
—Sí. —Asintió sin levantar la mirada—. Me llamo Aria Estrada. Me casé con él hace más de seis años. Y desde entonces… no he tenido un solo día de paz.
Él la miró con asombro, procesando lo que acababa de oír.
—¿Por qué huyes? —repitió, esta vez con más suavidad.
Aria tragó saliva. Su voz apenas fue un susurro.
—Porque él jamás me dará el divorcio por las buenas. Porque si intento dejarlo, si presento una demanda formal… me quita a mi hija. Lo ha dicho muchas veces. Él puede hacerlo. Tiene dinero, poder, influencias. Yo no tengo nada. Solo tengo a Nina. Y no puedo perderla.
Axel cerró los ojos un segundo, exhalando lento. La rabia que sintió fue inmediata, pero la contuvo.
—Entiendo, es decir que la niña no se llama Lina sino Nina.
—Es correcto —respondió Aria.
—¿Y por qué escapaste?
Ella bajó aún más la cabeza, como si le costara respirar. Sus dedos se entrelazaron sobre sus rodillas, tensos, casi m