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ADAM SMITH

Hoy como todos los días en la oficina firme alguno papeles y documentos de los nuevos productos de exportación, después fui a una junta de negocios con gente extranjera para discutir algunos inconvenientes en las últimos meses, veo la hora en el pequeño reloj de mi escritorio marca las 4:30pm, lo que quiere decir que en menos de una hora tengo una reunión la cual es muy importante, quedamos con los accionistas en un restaurante muy conocido que hace poco acaban de inagurar, salgo de la oficina y busco con la mirada a mi secretaria para decirle que ya salgo, pero no está asi que solo me dispongo a irme.

Entro al elevador y espero a que las puertas se cierren, pongo mi billetera en mi saco y con mi mano libre llamo a Tyler, mi beta que quedo a cargo de mi manada mientras que arreglo las cosas en este lugar.

-Tengo noticias-dice animado-hay una nueva manada que esta oculta, tal vez este allí tu mate.

-Ya basta con eso Tyler, yo ya me di por vencido, la diosa luna seguro no creo a alguien para mi-aunque me duela aceptarlo parece ser cierto.

-No hables asi, ya sabes que te dijo que en el lugar menos esperado la ibas a encontrar-repite y me molesta, él lo dice porque quiere que no me de por vencido.

-Esta bien-digo fastidiado al momento que las puertas se abren, bajo del elevador y camino fuera-¿Como van las cosas allá?-pregunto interesado.

-Esa pregunta me ofende, sabes que todo esta bajo control-me burlo de él por un rato hasta que traen mi carro.

-Bueno Tye tengo que colgar, iré a un almuerzo importante con unos inversores-le aviso.

-Esta bien que todo salga bien y espero vuelvas pronto-cuelga antes de que le responda, como siempre, sonrío de medio lado y manejo 20 minutos hasta llegar al lugar acordado, un restaurante exclusivo, pero un poco raro por fuera me recibe, los colores caóticos y un poco fosforescentes hacen que quiera hablar con el encargado, pero me detiene al saber que solo será un almuerzo por hoy y no tendré que volver.

-Buenas tardes-saluda un joven que recibe mis llaves, camino hacia la entrada y una mujer abre la puerta para que yo entre.

-Bienvenido-dice amable.

Iba a responder cuando de repente mi mente se pone en blanco y un exquisito olor a vainilla mezclada con flores silvestres me llega haciendo que me quedé parado en el mismo lugar sin hacer o decir algo, siento como mis músculos se tensan al instante y mi garganta se seca.

*¡Mate, Mate. Buscala!* - gruñe desesperado Owen, pero lo ignoro, no solo porque casi nunca habla conmigo, sino que no pensé en encontrar a mi mate, no ahora, no en este lugar.

-¡Imbécil no te quedes parado!- ruge con fuerza haciendo que vuelva en sí en ese mismo instante.

Busco con la mirada de donde llega ese olor, y la encuentro. Una chica de cabello castaño claro más baja que yo, sólo veo la parte de atrás no puedo ver aún su rostro y eso hace que me impaciente.

Ella voltea de repente haciendo que nuestras miradas se encuentren y es cuando mi corazón comienza a acelerarse, labios rosados, mejillas ligeramente coloradas y sus ojos de un color celeste intenso que me miran directamente a los ojos poniéndome nervioso, ella se sonroja y entró en cuenta que la puedo asustar por verla de esa manera, lleva su uniforme decente y una coleta alta.

Volteo mi mirada y busco a los inversores, los encuentro y sin nadie que me detenga camino hacia ellos.

-Buenas tardes-saludo cordialmente, recibo asentamientos de cabeza asi que me siento.

Miro por todo el lugar hasta que veo como le dice las órdenes de la otra mesa a una señora y luego mira de nuevo a mi lugar lo que hace que sólo desvíe la mirada, nunca me había puesto así antes.

-Bueno comencemos-dice un hombre que reconozco al instante, Ronald, el mayor inversionista que tengo, se ponen a hablar hasta que veo unas pequeñas zapatillas al frente mío, y comienzo a subir hasta encontrarme con su hermoso rostro. Su corazón está palpitando muy rápido que me pone de alguna forma extraño de por fin tenerla frente a mi.

Ya no puedo con esto, si sigo un minutos más aquí no podré controlar a Owen, quiere tenerla cerca y poder marcarla. Mi celular suena con un mensaje de Roxi pidiendo disculpas por su repentina jaqueca que le hizo salir de su hora de trabajo por un analgésico. Le respondo un simple "Que no vuelva a pasar" y cuando iba a apagarlo al instante llega otro de ella ''No olvide que dentro de 20 minutos es la reunión con el personal'', maldigo interiormente por no leer mi hoja de reuniones.

- Disculpe ¿Q-qué desean ordenar?- dice y no puedo evitar sentir muchas cosas al oir solo su voz nerviosa. Respiro hondo muchas veces para tranquilizar a Owen.

- Algo con carne para llevar para mi por favor-respondo y mi voz sale más ronca de lo normal.

-Ok, ¿Algo más?- insiste.

- Pediremos en unos minutos más, por ahora el pedido del señor y una copa de su mejor vino- ella sólo se voltea y camina hacia una mesa donde se encuentra un chico lo que hace que haga Owen pierda la razón y trate de tomar el control completo de mi, lo cual no puedo permitir así que corto toda conexión con él y lo dejo en un limbo mental para que se tranquilice.

-¿Se retira tan pronto Smith?-pregunta interesado.

-Lo lamento olvide que tengo una reunion en mi compañia, espero entiendan que es importante, no quiero problemas de comercio con mi gente por faltar a una reunión-todos asienten convencidos.

-Claro-se ponen a hablar entre ellos y yo sólo me paro y con un con permiso camino hacia el cajero para esperar en el mismo lugar el pedido, saco mi celular para ver la hora, en menos de 15 minutos es la reunión y yo sigo aquí, siento una mirada en mi, y despegó mi vista del teléfono para dar con ella no se aún su nombre, pero esto me está matando tenerla tan cerca y no poder hacer nada.

La chica le da mi pedido y ella camina hacia aquí con algo en sus manos. Lo deja en la repisa y se voltea veo sus intenciones de irse, por instinto la cojo del brazo, ella se voltea y me interroga con la mirada.

-¿Cuál es tu nombre?- preguntó en un susurro y un poco afligido porque ya es hora de irme.

-Rose- dice en también en un susurro que logró escuchar perfectamente, es un bonito nombre.

- Yo soy Adam- digo y me rasco la cabeza un poco desanimado porque tengo que salir ya si quiero llegar a tiempo.

Pago todo y dejo una buena comisión para ella por su atención, cojo de la mesa mi celular y el pedido y camino hacia la salida.

Siento un ligero dolor en el pecho un poco fuerte antes de atravesar la puerta, volteo a ver a mi mate para ver si tiene algo que ver y no me gusta lo que veo, Rose está con lágrimas en los ojos y su mano en la mejilla izquierda, miro a la persona que está al frente de ella y veo a un señor ya mayor con bigote y de contextura gruesa, le está diciendo cosas que escucho como si estuvieran demasiado lejos.

-¡Crees que te pago para que andes de puta ofrecida con todos los clientes y que les hagas miraditas!- dice ya un poco subido de tono.

Mi pecho sube y baja con fuerza cuando escucha la voz frágil de mi mate sollozando un "Lo siento".

Mis piernas se mueven por si solas cuando estoy cerca, él voltea y antes que pueda abrir la boca lo tiro al sueño con un puñetazo en la nariz.

Mis ojos se vuelven dorados y me doy cuenta que si no me controlo me transformare, miro a Rose que mira aterrada al sujeto que está en el piso, luego voltea su mirada hacia mi y no me mira con miedo, veo que sus ojos sólo me miran con un brillo especial que nunca antes había visto, pero ella ya se habrá dado cuenta del cambio del color de mis ojos. Sin esperar nada sólo la agarró de la muñeca y jalo de ella hasta a fuera.

Todas las personas que estaban ahí cuando ven que salimos regresan a su sitio, abro la puerta y salgo con ella a la calle.

- Yo lo siento-digo sin en verdad sentirlo- no quiero que te lastimen y cuando vi que ese desgraciado puso las manos encima tuyo no pude controlar mis impulsos, no quisiera que me temas, yo no soy violento- digo tan rápido que me sorprende que no me haya quedado sin aire a la mitad.

No me mira, ni habla y cuando estaba a punto de salir corriendo de ese lugar su voz me sorprende.

-Gracias-responde de la nada y yo la miro confundido para que prosiga- Nunca nadie me había defendido de mi padrastro.

-¿No estas enojada?-digo más confundido.

-¿Por qué debería?-dice y me sonríe, las lágrimas ya secas en su mejilla la hacen ver tierna- en verdad te lo agradezco y si pudiera hacer algo por ti sólo dilo.

-Puedes venir conmigo por una hora si puedes-digo y ella eleva las cejas sorprendida, seguro ella dijo eso de forma cordial, pero es mejor aprovechar esa oportunidad.

- Salgo a las 6:00pm, no entiendo porque me siento extraña cuando te miro, sólo espero que no seas de esa clase de chicos que busca una acompañante por unas horas porque no soy asi- sin más da la vuelta y entra al local.

Con una sonrisa camino al coche y conduzco hasta llegar a mi edificio, aparco el coche lo más rápido que puedo en el estacionamiento y subo en el ascensor para presionar el penúltimo botón que es la sala de juntas.

Espero y en menos de un minuto estoy ahí, me arreglo el traje y entro a la habitación.

-Disculpen la tardanza tuve algunos inconvenientes al llegar aqui-digo con voz firme.

Todos sólo asienten y seguimos con las exposiciones de las nuevas ideas para el último proyecto.

Vi el reloj en mi muñeca son las 5:45pm la reunión terminó y sólo estoy parado en la puerta despidiendo a los inversionistas. Cuando veo que no queda nadie voy dirécto al elevador y veo que está en el primer piso, tengo que esperar 5 largos minutos para que el elevador pase por el último piso y subir en el, entro y presionó el primer piso, las puertas se abren y voy directo al estacionamiento, busco mi auto y cuando lo encuentro enciendo rápido y salgo para conducir veinte minutos hasta llegar, a lo lejos encuentro la pequeña figura de Rose afuera, estaciono el coche justo al frente de ella, sólo entra en el copiloto y no me mira se queda mirando al frente sin hacer ni un gesto, ni un movimiento.

*Mi hermosa mate*susurra Owen.

-Hola-saludo de manera discreta y calmada ignorando el comentario de Owen.

-H-hola- responde nerviosa sé que está asustada.

- No te voy a hacer nada no te preocupes, no soy un secuestrador y tampoco algún traficante de blancas o lo que sea que este pasando por esa linda cabecita tuya - digo en tono burlón para que no se forme tensión en el ambiente.

Escucho su risa que es como música para mis oídos, mi sonido favorito apartir de hoy.

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