La Cautiva Del Mafioso
La Cautiva Del Mafioso
Por: Melanie Fraser
Prólogo

Mafia, mundo en el que solo sobreviven los fuertes, lugar del cual solo sales siendo el líder más temido o muerto. Si sales vivo, siendo un traidor y un débil ante los ojos de los demás te buscarán hasta encontrarte y cuando lo hagan te darán la opción más rápida, la muerte.

Adom Gamal, un hombre que por la situación tan decadente en la que estaba decidió tomar el camino que lo llevaría a la muerte. Él sabía los riesgos de aquel mundo, sabía que debía hacer cosas que jamás se perdonaría, pero por su esposa y su hija él lo haría todo.

—Es hora de irnos— dijo mirando al hombre que le tendía la mano —gracias por ayudarme colega, muchas gracias— el hombre frente a él le dio un abrazo después de estrechar su mano.

—No es nada Adom… cuida de tu familia hermano— le dedicó una gran sonrisa la cual fue correspondida. Su amigo está a punto de traicionar al rey de la mafia y él lo está ayudando.

—Gracias por esto Abasi, nos veremos pronto— dio por hecho eso último. Sin tiempo que perder subió a su camioneta para ir con su familia, escapará a Italia y alejará a su familia del peligro, vivirá tranquilo sin temor a que puedan hacerle daño a su familia.

—Nefertari cariño, debes empacar, tu padre viene por nosotras— la joven de ojos negros, cabellera negra y piel dorada sonrió al escuchar la dulce voz de su madre —¿Quieres que te ayude mi vida?— la dulce niña negó dando una negativa.

—Yo lo haré madre, no te preocupes… mira, puedo hacerlo por mi cuenta— la cría miró a su madre a la vez que guardaba su ropa en la maleta rojo chillón. Nefertari de 15 años es tratada como una reina, como una inofensiva reina y eso muchas veces la abruma.

—Estoy aquí— ambas mujeres sonrieron al escuchar la voz de aquel hombre que solo tiene ojos para ellas —debemos irnos, ahora— Nefertari miró confundida a su padre por su notoria desesperación.

—Estoy terminando, padre— dijo con inocencia y utilizando ese tono dulce tan característico en ella.

—No hay tiempo hija, debemos irnos ahora. Una vez lleguemos a Italia podrás comprar todo lo que necesites— la mujer al escuchar a su marido se dio cuenta de que algo pasa y sin refutar se dirigió a su habitación a buscar las maletas que están ya preparadas.

—¿Pasa algo papá? ¿Por qué tienes tanta prisas?— preguntó la niña al ver como su padre acelera la camioneta cada segundo un poco más —¿Estamos escapando de algo?— la mujer al escuchar las preguntas de su hija sonrió.

—No pasa nada amor, tu padre está apresurado porque podemos perder la hora del vuelo— la abrazó y besó su cabeza. Eso fue suficiente para que la niña dejara de preguntar y se tranquilizara.

Una vez en el aeropuerto abordaron inmediatamente y casi al instante el jet despegó trayendo una ola de alivio para el ansioso y nerviosos hombre que se ha robado más de cien millones de dólares para sacar a su esposa e hija de la situación que están.

—Ven aquí hija— el hombre abrió los brazos, finalmente ha huido y eso es de celebrar —te amo, te amo con todo mi corazón— inició a besar su cabeza, frente y su rostro en totalidad. Nefertari reía por la demostración de amor de su padre, para ella él es el mejor padre del mundo.

—¿Entonces me darán un hermano ahora que nos vamos a Italia?— su padre la miró riendo y después miró a su esposa quien descubriéndose un poco mostró a su hija un vientre abultado de unos cuatro meses.

—Ya está en camino cariño— Nefertari al ver el vientre de su madre y escuchar lo que dijo inició a chillar de la emoción y con euforia se abalanzó contra su madre para abrazarla y acariciar su vientre.

—¡Seré hermana!— gritó feliz —finalmente me darán un hermoso hermanito— la familia desbordando su felicidad iniciaron a hacer planes y por la insistencia de Nefertari a buscar posibles nombres.

Egipto 2 días después

Se escuchan gritos desgarradores e incesantes, Abasi había sido capturado por el mafioso más temido de la actualidad, no logró escapar como lo hizo su amigo, ahora ahí está, presenciando como abusan de su esposa y de su hijo, mira como poco a poco se les va la vida.

—Por favor… por favor ya no más— rogó el hombre al ver como dos hombres abusan de su esposa casi muerta —ya déjalos en paz, te lo suplico…— aquel desagradable hombre que se ha vuelto el más respetado y el más temido por sus actos frívolos que denotaban el irrespeto ante la vida humana o cualquier creencia.

—Muy bien Abasi, sabes lo que debes hacer— sonrió aquel hombre tan perverso y enfermo en cierto punto. Si algo tiene ese hombre es que hace las cosas de manera tan terrible e irónica que dan escalofríos.

—Yo… yo… aaahhh— gritó al sentir como un dolor profundo cruzó su mano derecha. Al verla pudo apreciar como aquel hombre tiene su dedo medio en la mano mientras ríe y camina hacia la mujer que está siendo disfrutada por los hombres.

—Ábranla de piernas— ordenó, ambos hombres se detuvieron y alejaron de la mujer para poder cumplir la orden que su jefe les ha dado. Ambos hombres tomaron una pierna y abrieron a la mujer —mira lo que haré— posando una rodilla en el piso guio el dedo hasta el sexo de la mujer y lo deslizo en repetidas ocasiones por su hendidura manchándola de sangre —¿Lo sientes?— lo miró con ojos maliciosos y una perturbadora sonrisa en sus labios —oh, verdad que no sientes, te lo he arrancado— río a carcajadas provocando una oleada de rabia en su víctima.

—¡Suéltala hijo de perra!— disfrutó aquel grito que casi se sintió excitado, sin dejar de mirarlo sacó su arma y poniéndola en el sexo de la mujer disparó en tres ocasiones, sin dejar de ver al hombre que le había gritado y el que se negaba a decirle la dirección del hijo de puta que le había robado y se había escapado como un traidor y débil cobarde —¡NOOOO!— gritó al ver lo que aquel imbécil le ha hecho a su esposa, ¿Quién hace algo así? ¿Cómo pudo dispararle de esa manera y en ese lugar? Se preguntó en medio de las lágrimas —¡No!— volvió a gritar al ver al hombre levantarse y caminar hacia su hijo quien está desmayado por la tortura que le habían hecho.

—¿Me dirás dónde está el maldito de tu amigo?— preguntó de manera tranquila.

—Sí… sí te lo diré pero aléjate de mí muchacho. Aléjate de mi hijo por favor— pidió en derrota, no está dispuesto a que su hijo muera de esa manera tan terrible —tomó un vuelo hace dos días, pero no sé a dónde se dirigía… no, no por favor— suplicó cuando escucho cargar un arma —realmente no lo sé— al escuchar un disparo miró a su hijo por el único ojo que podía ver, ahí está su hijo con un disparo en la cabeza. El llanto del hombre fue placentero para su agresor, él disfruta tener el poder y poder hacer sufrir.

—Muchas gracias Abasi— sonrió y sin temblar alzó el arma y arremetió contra su víctima descargándole todo el cargador —investiguen dónde está ese hijo de puta y mátenlo junto a su familia— sonrió —soy complaciente— al ver los tres cadáveres agrandó su sonrisa y como si nada hubiera hecho salió del lugar.

Roma Italia, una semana después.

—Vamos papá… rápido, rápido…— Nefertari apresuró a su padre, es día familiar y están conociendo ese fantástico lugar que desde ahora es su hogar —todo es muy bonito en Italia, Roma me gusta mucho— subió al auto y esperó a que sus padres subieran para poner música y cantar.

Adom miró por el retrovisor a su hija y sonrió al escucharla cantar. Su niña es un ser lleno de luz y amor, no entiende como puede ser tan buena con los demás, es excepcional en todas las maneras.

—Cantas hermoso cariño— sonrió la mujer, su hija es su alegría —vamos, canta— la acompañó con su desafinada voz, Adom reía feliz disfrutando el momento que no se percató de la camioneta todo terreno que se aproxima a toda velocidad, no fue hasta sentir el impacto que reaccionó, pero es muy tarde, el auto ya está dando tantas vueltas que solo se puede sentir el impacto cada vez que choca con el pavimento.

—Oh Dios— susurro la mujer lastimada y bañada en sangre, con gran esfuerzo giró su cabeza y al ver a su hija ensangrentada he inmóvil inició a llorar con desesperación —amor… despierta hija…

—La familia nunca olvida— una voz desconocida llamó su atención y poco después solo pudo apreciar cómo le disparan a su esposo, ella quiso suplicar pero no fue escuchada, arremetieron contra ella también.

—Debería dispararle a la niña tambien— dijo uno de los hombres.

—Ella está muerta, tiene la edad de mi hijo. No sobrevivirá a esto— el hombre no protestó ni le llevó la contraria a su jefe, no quiere morir por ser un antipático.

—¿Mami? ¿Papi?— susurró la niña intentando abrir los ojos que la luz brillante no le permite —¿Dónde estoy? me duele…— fueron las últimas palabras de la niña antes de desmayarse. 

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