Esta es una historia que transcurre entre los años 1950 hasta el 2004 que se centra en los valores morales de una familia que en medio de una serie de ambientes y circunstancias que pretenden mostrar lo bueno o malo de las determinaciones que tome un personaje en un determinado momento. La mayor parte de las situaciones plasmadas en esta novela buscan describir la labor del hombre como en la familia, como persona y sobre todo como padre. En esta obra también se ve muy plasmado el regionalismo, el autor rescató para todos los lectores la idiosincrasia, la tradición, las costumbres y el ambiente de la Costa Caribeña Colombiana. La historia desarrollada, hace mucho énfasis en la repercusión que traen los hechos del pasado en los eventos del futuro, dando de esta forma una causalidad histórica a toda la novela. El desencadenamiento de las acciones del pasado, así como las acciones del presente, buscando siempre al pasado como explicación y argumentación de las acciones venideras. Como todo lo que tiene sabor caribe el toque de humor es fundamental, así pues, el lector podrá encontrar el picante y la picardía caribeña en toda la trama, que se funden con varias historias de amor. https://youtu.be/g93OQpoVJog
Leer másAPENDICE: CUENTOS CORTOS CUNDUMIO EN SAN TROPEL En un pequeño pueblo de la Costa Caribeña una singular y jocosa tradición se llevaba a cabo, gracias a una de esas cosas raras que acontecen en los pueblos y que a la luz de una ciudad parecerían increíbles y no pasarían de ser una mera leyenda. Era el día del Santo del pueblo, que era entre otras cosas el ‘pobre’ San Pedro, y que por esas cualidades ‘carnestolénticas’ de la Costa, vió su nombre verdadero distorsionado por un tradicional “apodo”, que para no herir sentimientos llamémoslo seudónimo. Pues bien, venía diciendo que un 10 de Mayo –hace cincuenta años- en el pueblo estaba cayendo un torrencial diluvio que venía azotando al pequeño pueblo desde hace más de dos días –algo crítico para un pueblo que solo vivía de la agricultura y de (por decirlo así) de los frutos de las gallinas-. Después del primer día del diluvio, la gente preocupada corría a sus “finquitas” y a los galpones, para ver como se encontraban. El caso es que en
Cuando Marco llegó a “La Argentina”, se encontró con un sinnúmero de situaciones que estaban por fuera de su vida cotidiana. La primera impresión del lugar en donde estaba, a su llegada fue ese dinamismo que encontró al bajarse del avión y caminar en el aeropuerto. Sus ojos negros de mirada profunda parecían extrañados de observar algo nuevo. Iba caminando con su equipaje en los amplios pasadizos del aeropuerto mientras que miraba la diversidad de personas que habían a su alrededor, y el gran conflicto que sentía era que nadie se parecía a él, en lo más mínimo -no había ningún colombiano-. No encontraba una cara conocida, estaba perplejo, simplemente circulando y admirando todo su alrededor. Sentía ganas de hablar con alguien. Alguien a quién contar lo que le había pasado en su viaje, enterarse de algo o saber noticias de alguien, pero no encontraba a nadie con quien hablar de tú a tu, alguien con el cual se pudiera “tutear”. Había pasado horas silencioso en el avión,
Un nuevo miembro en la familia Calderón, al cual decidieron ponerle el nombre de Marco. Y apenas que él nació comenzaron a efectuarse grandes cambios en el mundo que lo rodeaba, pero mientras tanto no le faltó ni el afecto y ni cariño de sus padres y abuelos. Marco era el consentido de toda la familia, pero en especial de Don Rodrigo, cualquier cosa que hacía Marco era bienvenida y festejada por Don Rodrigo. * * *
Joaquín seguía hablando con su padre, preguntándole por la gente de La Samaria, por sus primos y por sus tíos. Y después de esto sobrevino una conversación entre padre e hijo que no habían tenido desde hacía ya mucho tiempo. Los empleados y las sirvientas de la casa de Don Rodrigo, se encontraban totalmente sorprendidos al oír las carcajadas y los gritos de alegría de Don Rodrigo, que se encontraba hablando por teléfono con su hijo, su hijo del alma como él lo llamaba, y lo gritaba en todas partes de La Samaria. Después de una larga conversación en donde recordaron los viejos tiempos de las ‘Charlas’ en el comedor, vinieron dos hermosas noticias para Don Rodrigo, la primera que sólo faltaban unos días para que se acabara su eterna soledad, que lo estaba consumiendo, y la segunda y la más importante para él; que iba a ser abuelo. Joaquín le dijo: -“Necesito que te sientes y que te tranquilices, porque te tengo una noticia bastante fuerte... Cristina, mi mujer está emba
En el último mes antes de terminar el bachillerato Joaquín, esa tranquilidad aparente y esa buena comunicación que había entre él y su padre, fue constantemente interrumpida por discusiones acerca de su futuro de la carrera que iba a cursar en la universidad. Don Rodrigo le pedía a Joaquín que estudiase lo que quisiera, que tratara de culturizarse en la capital, pero que después de eso, regresara y se encargara del negocio familiar, ya que él sería la cabeza de la familia después de su padre y de su tío Cesar, puesto que sus primos eran menores que él. Pero Joaquín por su parte, no le llamaba mucho la atención el ganado, ni el negocio tradicional de su familia, para él lo más importante en esos momentos eran sus estudios universitarios. Su aspiración era llegar a ser un gran profesional, le gustaba la medicina, y estaba en definirse entre cirujano o Pediatra. Esto contrariaba mucho a Don Rodrigo que veía a su hijo romper con una
Todo comenzó, cuando Marco Calderón se disponía a cursar su último grado de bachillerato, el llamado once grado, algunos le dicen un-décimo, en su manera incorrecta, ya que undécimo no tiene por qué significar once, sino la décima parte de 10. Bueno continuando con la historia, decía que cuando Marco Calderón cursaba su último grado de secundaria, nadie pensó que alguien como él, pudiese llevar sus ideales tan lejos y lograr todo lo que se proponía desde su mente, nadie a excepción de su abuelo que siempre vio en él un retoño digno de él, además fue el primero en ver a través de los ojos de Marco al gran prospecto, que su único hijo había engendrado. Durante los diez años que estuvieron juntos en los indescifrables caminos de la vida, tiempo en el cual, mientras uno retoñaba haciéndose grand