Capítulo 47. La pesadilla comienza.
El hospital era un caos de luces blancas, pasos apresurados y murmullos de médicos y enfermeras que iban y venían en la unidad de maternidad. Todo estaba bajo control, o al menos eso creían.
Nadie notó cuando una mujer con una sudadera gris con capucha caminó por los pasillos, con la cabeza gacha y el paso calculado.
Ady sabía lo que estaba haciendo.
Llevaba un par de días observando el lugar, aprendiendo los movimientos del personal, memorizando los cambios de turno, las rondas de los guardias y cada punto ciego de las cámaras de seguridad. Así como tenía vigilada a la misma Belinda.
Esperó pacientemente a que llegara la oportunidad perfecta.
Y llegó justo cuando Belinda fue ingresada en trabajo de parto.
Desde el momento en que la vio llegar en los brazos de Fabio, su mandíbula se apretó con rabia. La imagen de ellos juntos le revolvió las entrañas.
Pero nada de eso importaba ahora. Ella estaba ahí por una razón. Y no se iba a marchar sin lo que había ido a buscar.
Ady se quedó cer