Enzo apretaba el puente de su nariz cuando la puerta de la habitación se abrió nuevamente dándole paso a William, quien sonriendo de lado comentó:

–Las cosas están tensas por aquí, Patricia casi me atropella en el pasillo y tu semblante no es mejor, ¿problemas en el paraíso?

–No sé qué quiere esa mujer, es demasiado desafiante.

–¿A quién me recordará?

–Espero que hayas venido a ayudar y no a hundirme más.

–En realidad, vine a ver si necesitabas algo aquí, ya que llegaste sin aviso previo a esta casa, pensé que ibas a un hotel.

–¿A un hotel con ese italiano utilizando como pretexto a su hijo para estar todo el día metido aquí?

–Ya, ya, visto así te entiendo, qué bueno que viniste entonces.

–William…

–¿Qué? Estoy hablando en serio. ¿Quieres contarme?

–Primero dime si se sabe algo de Greg.

–Han estado muy herméticos con respecto a su estado de salud y eso no