—Eres un inconsciente sin corazón —Anna grita como una loca—. La familia tiene que estar primero.
¡Sabía que esa hipócrita no venía con buenas intenciones!
—Cállate —Ryan vocifera con furor—. Qué sabes tú de amor o de principios de una familia.
—Te puedo asegurar que sé más que tú —contraataca—, ya que no soy la oveja negra de la familia.
—Ja, ja, ja, —ríe sarcásticamente—. No me hagas reír porque sé que perfectamente que estás más sucia que el retrete, ¡eres una mentirosa desalmada!
¿Qué? ¡Por Dios! Se me ha acel
Adara.(…)Seis meses después de crecimiento de mi embarazo y de la relación que tengo con Ryan. No imagine que encontraría estabilidad y la vida que siempre quise. Por mucho tiempo tuve una ideología equivocada y es que no cualquiera se puede adueñar tu corazón y menos dar amor sin que te nazca de corazón.Amar, querer, añorar y desear; cada una de ellas son diferentes.—Me voy mi cielo —Ryan me da un beso en la comisura de mis labios—, aunque tengo ganas de posponerlo.—No… —chillo—para ser un padre responsable, lo primero que tienes que hacer, es responsabilizarte de tu trabajo—hablo seriamente—, aparte no puedes descuidar
(…)—Óscar, Adara no reacciona —la frustración y el miedo aumenta—… ¡Morirá el bebé!—¡Cálmate!, deja de desconcentrarme —grita con furia—. Quédate quita con ella mientras que yo iré a buscar un médico.Óscar sale de mi vista, y yo que medo ida ante la imagen de Adara. Óscar se encargó de acondicionar todo el lugar, por fuera es una simple bodega, pero por dentro es una casa acogedora. Óscar se preparó con todo pero menos con un médico de antemano.—Aaayyy… —se queja.—Adara… ¡Aquí estoy Adara! —me siento a la orilla d
Ryan.—¿Dónde está, y acaba de una puta vez con esta incertidumbre? —me exalto.—Recuerdas la pulsera que le regalaste por saber el sexo del bebé.—Sí, lo recuerdo perfectamente —arrugo mi sien—. ¿Qué tiene que ver eso con saber el paradero de mi pequeña Adara?—Esa misma pulsera tiene incrustados un GPS —Paolo vuelve nuevamente al monitor.Me acerco a él con la esperanza de que lo que está diciendo sea cierto, quiero que sea cierto.—Su ubicación es la de St Michael 's Hospital.—Eso está a quince minutos de aqu&ia
Adara… Mi dulce Adara.Luce tan demacrada, con sus ojitos cerrados como la bella durmiente, rodeada por toda esta tecnología. Mi corazón se estruja al verla tan frágil y a la vez tan mal. Hay un tubo en su boca, y varias líneas que pasan por gotas a una aguja en cada brazo. Una pequeña pinza está atada en su dedo.¡Maldita sea, como quisiera ser yo el que esté postrado en esa cama y no ella!Un monitor muestra su ritmo cardíaco: bip, bip, bip. Está latiendo más fuerte y estable a la vez. Me muevo lentamente hacia ella. Arrastro una silla hasta quedar a lado de la inmensa cama para un cuerpo pequeño como el de ella.
(…)—¡Acepto!—El señor confirme con su bondad este consentimiento vuestro que habéis manifestado ante la Iglesia y os otorgue su copiosa bendición. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.Después de un año decidí casarme por el civil y por la iglesia, haciendo un pacto con Dios por la nueva vida que me ha dado, por permitirme vivir un día más con mi familia, y por celebrar nuestro amor, un amor que brota a flor de piel.Cada día soy la mujer más feliz, en compañía de mi niño Thiago y de mi esposo, oh, no olvidemos al padrino de la boda, que es más ni menos que la sombra.Mi alma y coraz&o