Capitulo 12
Intenté mantener mi respiración constante, no quería alertar a Mario sobre el hecho de que estaba despierta o que lo había visto, así que apreté los ojos, demasiado asustada para seguir viendo a los suyos. Lentamente, moví mi mano para encontrar la de Teo, y cuando mis dedos se envolvieron alrededor de los suyos le di tres apretones fuertes. Gimió al primer apretón, pero al tercero estaba totalmente alerta.

—Juli, ¿qué pasa? —preguntó, sentándose.

—Hay alguien aquí —susurré.

Sentí a Teo moverse en la cama antes de que la luz se encendiera.

—¿Dónde? —preguntó.

Abrí los ojos y miré a la esquina donde había visto a Mario, pero ya no estaba allí.

—Estaba justo ahí —señalé el lugar con un dedo tembloroso.

Teo pareció desconcertado y ligeramente aturdido, sin embargo, escaneó la habitación. Revisó la ventana y confirmó que estaba cerrada con llave, luego revisó mi armario y el baño, pero no encontró nada.

—Quédate aquí, ya vuelvo —me dio una sonrisa tranquilizadora y agarró la llave de mi ha
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