Entre Tus Labios (Saga Entre el Amor-Libro 1)
Entre Tus Labios (Saga Entre el Amor-Libro 1)
Por: Katy Guardado
Capitulo uno

Marcus

Suelto un suspiro exasperado, estoy agotado mentalmente, necesito una noche de sexo y pasión para olvidarme de todos los problemas que cargo por ser el hombre más poderoso de Rusia, ser un Vinográdov no es fácil, pero tiene sus ventajas y una de esas son los placeres carnales que puedes tener.

Que no se malinterprete puedo tener a la mujer que quiera con solo mirarla, no es ego es realidad, soy un Dios en todos los aspectos de la vida. Soy un rubio de ojos verdes con un metro noventa de altura, un cuerpo de infarto gracias a las horas de gimnasio que le dedico, soy todo lo que una mujer quiere y puedo tener a la que quiero, excepto a ella, es más prohibida que la manzana que Eva mordió.

Suelto otro suspiro cuando a la mente se me viene esa chiquilla mal criada que me tiene a sus pies sin que se dé cuenta y ¿cómo va a hacerlo? Si ni me registra, es demasiada perfecta para un hombre como yo, un viejo a su lado, no podría aspirar a tanto, ella es lo más hermoso que han visto mis ojos.

—Katherina... —susurro al aire como si pudiera escucharme. Recuerdo el día que la vi después de muchos años, ya que ella vivía con su madre en España, pero tuvo que volver a Rusia por el estado de salud de su padre, mi mejor amigo Victor Lébedev.

Flashback

Estamos en la mansión de Victor esperando que el médico nos diga de una buena vez que tiene, se ha venido sintiendo mal, pero es un cabeza dura que no quería visitar un doctor, hasta hoy que sufrió un pico de presión y tuvimos que llamar una ambulancia en el medio de una reunión con empresarios aquí en su casa, no le gusta ir a la empresa y respetamos su decisión.

Victor es mi amigo y socio tenemos la joyería más grande de toda Rusia, somos exportadores eh importadores de todo tipo de piedras preciosas, a lo largo de los años hemos ido escalando hasta colocarnos en el puesto uno en todo el mundo, nos llaman de todos lados para pedirnos los diseños más extravagantes y nosotros gustosos.

Somos amigos desde hace años, nos conocimos en la universidad él iba atrasado dos años, ya que dejo sus estudios porque fue padre y se hizo cargo de su hija. Victor tiene 38 años y yo 36, hemos fortalecido nuestra amistad a lo largo de los años, somos como hermanos de diferentes padres. 

Salgo de mis recuerdos cuando veo venir al doctor con una hoja en su mano y negando, me acerco rápidamente a él para ver que sucedió.

—¿Cómo se encuentra? —pregunto alarmado al hombre de avanzada edad.

—Tuvo un pico de presión como sabe, —asiento ante sus palabras. —Debo hacerle más estudios pero se niega. —niego exasperado por su actitud.

—Hablaré con él. —dictamino.

—De acuerdo, —saca una tarjeta y me la pasa. —Esos son mis datos me llama si cambia de opinión.

—Gracias doctor. —estiro la mano a modo de saludo.

—De nada, suerte. —y sí que la necesitaré.

Veo marchar al doctor, así que decido ir al cuarto de mi amigo para ver como esta y tratar de convencerlo de que se haga esos malditos estudios, aunque no será una tarea fácil. Llego a las puertas dobles de madera y toco suavemente, escucho un pase e ingreso al dormitorio, Victor tiene uno de sus brazos tapando su cara, acostada en la cama doble.

—Si vienes a regañarme te puedes ir. —anuncia sin destapar su vista.

—¿Cómo sabes que soy yo? —tomo asiento en los pies de la cama.

—Fácil, —saca su brazo clavando sus ojos en los míos. —Eres el único con los cojones bien puestos para venir a decirme que debo hacer. —responde con media sonrisa.

—Eres un idiota, no entiendo por qué no te los quieres hacer. —exclamo algo molesto por su actitud.

—No me gustan los hospitales. —se encoge de hombros.

—Victor que escusa es esa? —pregunto anonadado.

—Ninguna, no lo haré. —niega muy convencido.

Iba a responder, pero la puerta es abierta de golpe dejando ver a Nikolay, habrá problemas y bastantes. 

—Se puede saber por qué no te quieres hacer los estudios? —pregunta acercándose a mi lado.

—No me gustan los hospitales. —le da la misma respuesta que a mí hace unos segundos.

—No eres un niño, te los harás. —dictamina su hermano.

Victor y Nikolay son hermanos el primero es el menor por dos años, si mi amigo tiene un carácter del demonio, Nikolay puede hacer temblar al mismo lucifer. Veo como se retan con la mirada, sé que ninguno dará el brazo a torcer, así que decido intervenir.

—Victor has caso, —suplico agotado. —¿Qué te cuesta hacerte los putos estudios? —pregunto levantándome de mi lugar.

—No quiero y no me los haré. —anuncia cerrando sus ojos.

—Katherina llega mañana. —declara Nikolay con una sonrisa maliciosa en sus labios.

—¿Llamaste a mi hija? —Victor se endereza de golpe en la cama. —¿TE VOLVISTE LOCO? —grita alterado.

—El único loco aquí eres tú, que no quiere hacerse unos estúpidos estudios. —anuncia muy tranquilo. —Y no vuelvas  a gritarme. —amenaza señalando con su dedo.

—Dime que es una broma, —suplica, pero su hermano niega. —Estoy muerto. —susurra.

—Que bueno que lo sepas. —dice Nikolay riendo, Victor lo fulmina con la mirada.

Comienzan una discusión sin sentido como es costumbre en estos dos, pero mi mente queda clavada en lo que dijo Nikolay, Katherina vendrá a Rusia y mañana, la realidad es que no la conozco, no es muy amante de viajar por lo que me ha dicho mi amigo, ella vive con su madre en España no sé mucho de la relación que tuvo Victor con esa mujer, solo sé que mantuvieron trato por su hija y después es secreto de estado.

Mi amigo viaja una vez al mes para estar con su hija se queda algunos días y vuelve, en cambio ella si ha venido tres veces en su vida ha sido mucho y creo que lo hizo de pequeña, me intriga demasiado saber quien es, como es, todo ella es un enigma y ni la conozco, me debo estar volviendo completamente loco.

—Debo irme, —anuncio parando la discusión. —Avísame si necesitas algo. —me alejo con rumbo a la puerta, pero las palabras de Nikolay me detienen en el acto.

—¿Marcus puedes ir por mi sobrina al aeropuerto mañana? —giro un poco mi cabeza en dirección de Niko.

—¿No tienen chofer? —pregunto de mal humor, no soy un hombre muy agradable que digamos.

—Si lo tenemos idiota. —giro mis ojos por el apelativo que usa Victor conmigo.

—¿Entonces? —pregunto dándoles el frente.

—Él no puede ir, —Niko señala a su hermano. —Tendré la junta que se suspendió hoy. —sigo sin entender.

—¿Y? —pregunto fastidiado.

—Katherina no conoce a nadie, es una chica algo extraña, —comenta Nikolay. —Sería bueno que vaya alguien de confianza para nosotros, así se siente en familia. —por algún motivo me quiero negar, pero sería hacerles un desaire.

—Envíame todos los datos de su vuelo a mi teléfono. —declaro alejándome hacía la puerta.

—Gracias. —escucho la voz de Victor.

Por algún motivo necesitaba salir de ese cuarto, me sentía débil, vulnerable, cosa que nunca experimente, pero el simple echo que mañana conoceré a la hija de mi amigo me deja algo intranquilo.

Fin Flashback

Debí seguir mis instintos hace un mes y huir de ese aeropuerto cuando la vi llegar con su aspecto de "no rompo un plato", es tan hermosa, pero tan prohibida. ¿Katherina que me has hecho?, vuelvo a preguntar al aire, pero como si supiera que la nombre, recibo una llamada de ella, la tomo sin dudar, ya que se está ocupando de los negocios de su padre y yo soy su mentor.

—Kathe, —susurro su nombre, me pidió que la llame así. —¿Qué necesitas? —pregunto emocionado por escuchar su voz.

—Hola Marcus, —su tono suave y dulce se escucha al otro lado. —¿Puedes venir a la casa? —pregunta tímida.

—¿Está todo bien? —la siento nerviosa.

—No. —lloriquea, me levanto de golpe de mi silla.

—¿Qué sucedió? —pero unos ruidos al otro lado de la línea me alertan. —¿Kathe? —la llamo, pero la llamada es cortada bruscamente.

No lo pienso ni un segundo busco las llaves de mi auto y salgo disparado a la casa de Victor, suplicando que todo esté bien.

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