Marcus
Suelto un suspiro exasperado, estoy agotado mentalmente, necesito una noche de sexo y pasión para olvidarme de todos los problemas que cargo por ser el hombre más poderoso de Rusia, ser un Vinográdov no es fácil, pero tiene sus ventajas y una de esas son los placeres carnales que puedes tener.
Que no se malinterprete puedo tener a la mujer que quiera con solo mirarla, no es ego es realidad, soy un Dios en todos los aspectos de la vida. Soy un rubio de ojos verdes con un metro noventa de altura, un cuerpo de infarto gracias a las horas de gimnasio que le dedico, soy todo lo que una mujer quiere y puedo tener a la que quiero, excepto a ella, es más prohibida que la manzana que Eva mordió.
Suelto otro suspiro cuando a la mente se me viene esa chiquilla mal criada que me tiene a sus pies sin que se dé cuenta y ¿cómo va a hacerlo? Si ni me registra, es demasiada perfecta para un hombre como yo, un viejo a su lado, no podría aspirar a tanto, ella es lo más hermoso que han visto mis ojos.
—Katherina... —susurro al aire como si pudiera escucharme. Recuerdo el día que la vi después de muchos años, ya que ella vivía con su madre en España, pero tuvo que volver a Rusia por el estado de salud de su padre, mi mejor amigo Victor Lébedev.
Flashback
Estamos en la mansión de Victor esperando que el médico nos diga de una buena vez que tiene, se ha venido sintiendo mal, pero es un cabeza dura que no quería visitar un doctor, hasta hoy que sufrió un pico de presión y tuvimos que llamar una ambulancia en el medio de una reunión con empresarios aquí en su casa, no le gusta ir a la empresa y respetamos su decisión.
Victor es mi amigo y socio tenemos la joyería más grande de toda Rusia, somos exportadores eh importadores de todo tipo de piedras preciosas, a lo largo de los años hemos ido escalando hasta colocarnos en el puesto uno en todo el mundo, nos llaman de todos lados para pedirnos los diseños más extravagantes y nosotros gustosos.
Somos amigos desde hace años, nos conocimos en la universidad él iba atrasado dos años, ya que dejo sus estudios porque fue padre y se hizo cargo de su hija. Victor tiene 38 años y yo 36, hemos fortalecido nuestra amistad a lo largo de los años, somos como hermanos de diferentes padres.
Salgo de mis recuerdos cuando veo venir al doctor con una hoja en su mano y negando, me acerco rápidamente a él para ver que sucedió.
—¿Cómo se encuentra? —pregunto alarmado al hombre de avanzada edad.
—Tuvo un pico de presión como sabe, —asiento ante sus palabras. —Debo hacerle más estudios pero se niega. —niego exasperado por su actitud.
—Hablaré con él. —dictamino.
—De acuerdo, —saca una tarjeta y me la pasa. —Esos son mis datos me llama si cambia de opinión.
—Gracias doctor. —estiro la mano a modo de saludo.
—De nada, suerte. —y sí que la necesitaré.
Veo marchar al doctor, así que decido ir al cuarto de mi amigo para ver como esta y tratar de convencerlo de que se haga esos malditos estudios, aunque no será una tarea fácil. Llego a las puertas dobles de madera y toco suavemente, escucho un pase e ingreso al dormitorio, Victor tiene uno de sus brazos tapando su cara, acostada en la cama doble.
—Si vienes a regañarme te puedes ir. —anuncia sin destapar su vista.
—¿Cómo sabes que soy yo? —tomo asiento en los pies de la cama.
—Fácil, —saca su brazo clavando sus ojos en los míos. —Eres el único con los cojones bien puestos para venir a decirme que debo hacer. —responde con media sonrisa.
—Eres un idiota, no entiendo por qué no te los quieres hacer. —exclamo algo molesto por su actitud.
—No me gustan los hospitales. —se encoge de hombros.
—Victor que escusa es esa? —pregunto anonadado.
—Ninguna, no lo haré. —niega muy convencido.
Iba a responder, pero la puerta es abierta de golpe dejando ver a Nikolay, habrá problemas y bastantes.
—Se puede saber por qué no te quieres hacer los estudios? —pregunta acercándose a mi lado.
—No me gustan los hospitales. —le da la misma respuesta que a mí hace unos segundos.
—No eres un niño, te los harás. —dictamina su hermano.
Victor y Nikolay son hermanos el primero es el menor por dos años, si mi amigo tiene un carácter del demonio, Nikolay puede hacer temblar al mismo lucifer. Veo como se retan con la mirada, sé que ninguno dará el brazo a torcer, así que decido intervenir.
—Victor has caso, —suplico agotado. —¿Qué te cuesta hacerte los putos estudios? —pregunto levantándome de mi lugar.
—No quiero y no me los haré. —anuncia cerrando sus ojos.
—Katherina llega mañana. —declara Nikolay con una sonrisa maliciosa en sus labios.
—¿Llamaste a mi hija? —Victor se endereza de golpe en la cama. —¿TE VOLVISTE LOCO? —grita alterado.
—El único loco aquí eres tú, que no quiere hacerse unos estúpidos estudios. —anuncia muy tranquilo. —Y no vuelvas a gritarme. —amenaza señalando con su dedo.
—Dime que es una broma, —suplica, pero su hermano niega. —Estoy muerto. —susurra.
—Que bueno que lo sepas. —dice Nikolay riendo, Victor lo fulmina con la mirada.
Comienzan una discusión sin sentido como es costumbre en estos dos, pero mi mente queda clavada en lo que dijo Nikolay, Katherina vendrá a Rusia y mañana, la realidad es que no la conozco, no es muy amante de viajar por lo que me ha dicho mi amigo, ella vive con su madre en España no sé mucho de la relación que tuvo Victor con esa mujer, solo sé que mantuvieron trato por su hija y después es secreto de estado.
Mi amigo viaja una vez al mes para estar con su hija se queda algunos días y vuelve, en cambio ella si ha venido tres veces en su vida ha sido mucho y creo que lo hizo de pequeña, me intriga demasiado saber quien es, como es, todo ella es un enigma y ni la conozco, me debo estar volviendo completamente loco.
—Debo irme, —anuncio parando la discusión. —Avísame si necesitas algo. —me alejo con rumbo a la puerta, pero las palabras de Nikolay me detienen en el acto.
—¿Marcus puedes ir por mi sobrina al aeropuerto mañana? —giro un poco mi cabeza en dirección de Niko.
—¿No tienen chofer? —pregunto de mal humor, no soy un hombre muy agradable que digamos.
—Si lo tenemos idiota. —giro mis ojos por el apelativo que usa Victor conmigo.
—¿Entonces? —pregunto dándoles el frente.
—Él no puede ir, —Niko señala a su hermano. —Tendré la junta que se suspendió hoy. —sigo sin entender.
—¿Y? —pregunto fastidiado.
—Katherina no conoce a nadie, es una chica algo extraña, —comenta Nikolay. —Sería bueno que vaya alguien de confianza para nosotros, así se siente en familia. —por algún motivo me quiero negar, pero sería hacerles un desaire.
—Envíame todos los datos de su vuelo a mi teléfono. —declaro alejándome hacía la puerta.
—Gracias. —escucho la voz de Victor.
Por algún motivo necesitaba salir de ese cuarto, me sentía débil, vulnerable, cosa que nunca experimente, pero el simple echo que mañana conoceré a la hija de mi amigo me deja algo intranquilo.
Fin Flashback
Debí seguir mis instintos hace un mes y huir de ese aeropuerto cuando la vi llegar con su aspecto de "no rompo un plato", es tan hermosa, pero tan prohibida. ¿Katherina que me has hecho?, vuelvo a preguntar al aire, pero como si supiera que la nombre, recibo una llamada de ella, la tomo sin dudar, ya que se está ocupando de los negocios de su padre y yo soy su mentor.
—Kathe, —susurro su nombre, me pidió que la llame así. —¿Qué necesitas? —pregunto emocionado por escuchar su voz.
—Hola Marcus, —su tono suave y dulce se escucha al otro lado. —¿Puedes venir a la casa? —pregunta tímida.
—¿Está todo bien? —la siento nerviosa.
—No. —lloriquea, me levanto de golpe de mi silla.
—¿Qué sucedió? —pero unos ruidos al otro lado de la línea me alertan. —¿Kathe? —la llamo, pero la llamada es cortada bruscamente.
No lo pienso ni un segundo busco las llaves de mi auto y salgo disparado a la casa de Victor, suplicando que todo esté bien.
☆☆☆☆☆☆☆☆☆
Katherina Cuelgo la llamada con mi tío Nikolay, debo viajar a Rusia, mi padre ha enfermado y no quiere realizarse los estudios, no entiendo por qué es tan difícil y cabezotas ese hombre. Debo abandonar España y tomar el primer vuelo con destino a la Siberia, no me gustan los aviones, les tengo pánico, pero todo sea por mi progenitor. —¿Quién era? —pregunta mi madre tomando asiento a mi lado. —El tío Nikolay, —susurro acomodando mis cuadernos de dibujo. —Debo viajar a Rusia, mi padre ha enfermado. —comento. —¿Victor enfermo? —pregunta con el ceño arrugado. —Es muy joven. —es verdad mi padre tiene treinta y ocho años, me tuvieron de jóvenes mis progenitores. —Lo sé, no quiere hacerse unos estudios, —suelto con cansancio. —Así que viajaré para hablar con él. —mi madre hace una mueca, pero asiente. —¿Cuándo te irás? —se levanta de su lugar. —Esta misma noche, son más de siete horas de vuelo. —imito su acciona
MarcusAcelero todo lo que da mi Porsche 911 Carrera 4s, para llegar a la casa de Victor y ver que sucedió con Katherina, mis nervios van en aumento mientras me acerco a mi destino, solo quiero verla con mis propios ojos y saber que está bien.En este mes que hemos pasado juntos por petición de mi amigo ha sido el mejor de mi vida, no estoy exagerando es la verdad, ella le da ese soplo de aire que necesitaba, ese sentido que no encontraba, pero es una relación prohibida le doblo la edad, podría ser su padre, aun asíla tentación que siento cuando veo esos labios es incalculable, inimaginable, todo ella incita a cometer milpecados.Salgo de mis pensamientos pervertidos cuando llego a la mansión de Victor, estaciono el auto en la entrada, bajo apresurado y me dirijo a la puerta de entrada, toco varias veces hasta que me habré el ama de llaves.—¿Dó
Katherina ¡Por Dios! Soy una torpe no entiendo ¿cómo mi padre me puede haber dejado a cargo de la empresa?, creo que se volvió loco, si no fuera por Marcus hubiera renunciado hace mucho, hablando de ese hombre, me trae en una maldita nube, no puedo concentrarme cuando lo tengo cerca, mis neuronas solo piensan en sus brazos tatuados, en sus labios que cada vez que dice mi nombre mi corazón late desbocado, no entiendo que sucede conmigo, nunca había experimentado nada igual, tampoco es que tenga mucha experiencia con hombres solo un novio y no terminamos bien que digamos. Agradezco que Marcus viniera ayudarme, por un momento creí que me besaría o eso es lo que esperaba, es demasiado correcto para hacer tal cosa, nunca se propasaría conmigo, además creo que no le gusto, siempre me está escaneando con la mirada, pero no sé cómo descifrar lo que piensa es muy frío y cerrado, jamás lo he escuchado hablar de su vida, solo me dice lo que debo hacer y nada má
MarcusVamos en mi auto con una Katherina muy entusiasmada mirando por la ventanilla, su cara es un libro abierto, puedo leer cada expresión que hace, hasta ahora he visto curiosidad. No sé por qué la invitéa venir, solo sé que la quiero cerca de mí todo el tiempo que sea posible, sería capas de detener el tiempo con tal de estar con ella sin límites.La observo de reojo y fue muy mala idea, tiene sus labios entre abiertos, a mi mente llegan recuerdos de unas horas atrás, casi la beso dos veces, estoy jugando con fuego y sé que me quemaré, es imposible no querer besarla, morder esos carnosos labios, querer jugar con ellos, debo cambiar mis pensamientos o haré una locura.—¿Tienes frío? —la pregunta más estúpida solté.—No, —susurra. —Se está muy bien aquí. —me da una
KatherinaLamanode Marcus en mi cintura y sus labios sobre los míos me tienen mareada, mi impulso inicial fue huir, sin embargo una energía magnética que desprenden nuestros cuerpos hace que me pegue más al ruso respondiendo a su beso, somos dos polos opuestos que se atraen, él es tan dominante, tan brusco, tan posesivo, todo lo contrario a mí que soy una oveja asustada.Sus labios me están devorando por completo, cada partícula de mi cuerpo se la está llevando sin ningún permiso y eso me aterra. Aprieta más mis caderas, siento como el cuaderno cae al piso, esa mano libre va a mi nuca inmovilizándome por completo, como si tuviera miedo que me aleje, aunque mi cerebro diga que debo huir, no puedo, no quiero, sus labios desprenden una calidez que me embriagan haciendo que mi corazón lata desenfrenado.Se aleja de mi boca para dejar besos en mi cu
MarcusSigo mirando el bendito dibujo que me regalo Katherina, hago mis manos en puños por la frustración que recorre mi cuerpo, ¿Quémierda hice? ¿Cómo se me ocurrió besarla? Peor aún alejarla de mí, maldito estúpido me he vuelto, parezco un puberto sin experiencia, en realidad no la tengo, con ella todo es nuevo, es un soplo de aire en mi vida.Golpeo el escritorio de mi oficina con rabia, no me perdonaré hacerla llorar, porque si me di cuenta como limpia sus lágrimas disimulando que nada había pasado, sin embargo ninguna palabra salió de mí, ningún sentimiento, nada que demostrara que tengo corazón, para mí es el motor de vida que tengo, algo físico, nada que ver con esas cursilerías a las que llaman amor, no está en mi diccionario esa palabra y menos el sentimiento.Debo trabajar, aunque no t
KatherinaArrastro mi maleta por los pisos lustrados del aeropuerto, estoy volviendo a España, pueden decirme cobarde, sin embargo no tengo ganas de que jueguen conmigo, no de nuevo, no juzgo a Marcus entiendo que es hombre y es más impulsivo que una mujer o por lo menos yo no lo soy, prefiero huir y no tener que seguir viéndolo, hacerlo sentir culpable o tener que vivir situaciones incómodas, no es mi estilo molestar a las personas, prefiero hacerme a un lado.Tomo asiento en los bancos, una lágrima rueda por mi mejilla, dejo que caiga total nadie me ve y si lo hicieran no me importa lo que puedan pensar, no hoy. Este mes en Rusia la pasé de maravilla compartir tiempo con mi padre fue lo mejor de todo, sin embargo debo irme, Victor está dolido porque lo dejo, creo que se había ilusionado con tenerme en su casa y empresa, su mirada rota hace mi corazón pequeño.Fla
MarcusHace media hora que traje a Katherina a mi casa, ni sé por qué la traje aquí, solo quiero que me diga que le sucede, a que mierda le teme tanto. No debería importarme lo que le suceda, sin embargo tengo un instinto sobre protector con ella, le hice una promesa y la voy a cumplir, nadie la dañara mientras que viva.La observo detenidamente, buscando la razón por la cual me tiene entre sus labios, la razón de que mi corazón lata desbocado cuando estoy a su lado, su bellezano es, estoy acostumbrado a tener mujeres tan hermosas como ella, reconozco que sus ojos grises llaman la atención de cualquier mortal, sin embargo su esencia me vuelve loco.Que mujer con el dinero que tienen sus padres viaja en un vuelo comercial, no usa guardaespaldas, no le interesan los lujos, en mi mundo esas personas no existen, todo es manejado por poder, al parecer esono le interesa, no est