Crecemos con la ilusión de encontrar el amor eterno. Aunque algunas veces, el príncipe no termina siendo tan encantador... Emily descubre la infidelidad de su esposo por medio de una nota en vivo. Intenta olvidarlo, hacer como si nada hubiera pasado, pero tarde a temprano tendrá que enfrentarse a que el "vivieron felices por siempre" no aplica para todas las parejas...
Leer másVíctorEnciendo el teléfono y comienza a timbrar y vibrar sin control. Mensajes y más mensajes de Marina ¿es que esta mujer no se rinde? Le dije, se lo dije. Me enfurecen sus dramas e insistencia. Como si estuviera espiándome, el teléfono en la mano me avisa de su llamada entrante.- Víctor mi amor…- Esto se acabó – la corto en seco ¡maldita la hora que me fije en ella! – espero tu renuncia mañana en el estudio, arreglare todo para que tengan tu finiquito listo- ¿Por qué me haces esto? Yo te amo, lo único que he hecho es amarte- Jamás te perdonare lo que hiciste hoy ¡pude haberla perdido por tus estupideces! – se me hiela la sangre al pensar en que ella quiera estar lejos de mí, ni siquiera pudimos hablar, apenas iba a disculparme y… – tengo cosas que hacer, no vuelvas a llamarme- Pero, pero…Termino la llamada y bloqueo su número. Elimino las conversaciones sin leer los setenta y dos mensajes que me mando. Marco a la oficina con la esperanza de que quede alguien, pero nadie respo
Emily-Emily –Víctor se acerca desesperado a la cama. Arruine su “presentación” se supone que no regresaría hasta pasado mañana. Tres días, que prefiere pasar “trabajando” con su asistente – Emily – insiste y yo quisiera estar en cualquier otro lugar, de preferencia muy muy lejos de aquí- Amor –brinco al escuchar el estridente timbre de su teléfono, tiene semanas con ese sonsonete y no logro acostumbrarme. El silencio dura solo unos segundos antes de reanudarse-¿Podías...-Si, si, lo siento – para mi sorpresa, desaparece el ruido y lo guarda en el pantalón - Emily, yo te amo y… – tocan a la puerta, es la enfermera de turno que viene a presentarse, me ofrece el menú-No tengo hambre, gracias-La cocina está abierta las 24 horas para usted ¿quiere que la ayude a cambiarse? – dice amable – ¿al bebé?-No traje ropa – rompo a llorar llena de sentimiento – es que… – hipo sin control-No amor, no te preocupes por eso, yo traeré lo que necesitas-Lo envolveré en mantas para que este calienti
Víctor- Emily – me acerco a la camilla cuando la sacan de la sala de recuperación - amor ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? – me mira sorprendida. Se ve fatal, pero siento un gran alivio al tenerla frente a mí, sus labios tiemblan, pero no me responde - amor, vine en cuanto lo supe ¿Por qué no me avisaste? – evita mi mirada, sonríe al pequeño en sus brazos, mientras las lágrimas se deslizan por su rostro demacrado – ¿Cómo esta? – pregunto preocupado, debería haber nacido casi en navidad, no hoy- Bien – susurra – estamos bien – avanzo tras ellos hasta la habitación, me siento tan feliz, comienzo a planear, a imaginar cada momento. Le hablare a mamá, le pediré a Marina que le compre el boleto...Estaba tan preocupado que me olvide por completo del escándalo que causo mi asistente. La rabia se apodera de mi ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué llamo a la prensa? Ella sabe perfectamente que era solo una aventura pasajera, jamás dejaría a mi familia, jamás dejaría a Emily por ella. Y estoy seguro que
EmilyEscucho llorar a mi hijo tratando de asimilar lo que soy madre de nuevo, todo paso tan rápido, estoy segura que no han transcurrido ni treinta minutos desde que rompí fuente en el consultorio. Es irónico que fuera así, mi única preocupación en los últimos meses había sido este momento, claro, hasta hoy. El parto, la razón por la que me negué a tener otro hijo en todos estos años y ahora resulta que fue lo más sencillo. Claro que dolió, el alumbramiento sigue siendo terrible, solo que lo recordaba peor, mucho peor...Lágrimas de tristeza se mezclan con las de alegría al recordar a Víctor y sus promesas de estar conmigo en este momento. Miro a mi pequeño y me invade un terror indescriptible. La incertidumbre de lo que va a pasar ahora me carcome por dentro. Tres niños, que voy a hacer con tres niños sola. El pediatra lo revisa, lo pone en mis brazos, aunque nació mucho antes de lo programado, está bien y tiene noventa y nueve por ciento de probabilidades de tener un desarrollo no
EmilyEl taxista baja del auto apenas llegar. Un minuto después aparece acompañado de un camillero que, a su vez, viene con una silla de ruedas. Debería hablar, decirle que estoy bien, que no hay de qué preocuparse, no necesito todas estas atenciones, pero entonces tendría que explicar mi llanto, así que opto por agradecer a ambos y dejarme llevar. Entre sollozos, pregunto por el doctor Aceves, que, para mi mala suerte, está de vacaciones.El camillero, amable, me dice que me atenderá alguno de los doctores de guardia, que es tan bueno como él. Me lleva a un consultorio vacío, ofreciéndome llamar a una enfermera para que me ayude a ponerme la bata. Le aseguro que estoy bien y puedo hacerlo sola, pero ahí está el tirón de nuevo al ponerme de pie, aunque lo hice con todo el cuidado y protocolo necesario. Cierro la puerta del pequeño vestidor y quitarme el pantalón se vuelve toda una odisea, aun lo tengo enredado en las piernas cuando tocan la puerta.- Buenas noches soy la doctora Parra
Emily- Señora, tiene que calmarse – me dice – le va a hacer daño, tómese este tecito para que – niego, no quiero nada – ande señora, es por su bien, por el niño – me pide, pero solo con mencionarlo hace que me sienta peor, mis hijos ¿Qué va a pasar cuando se enteren?- ¿Anahí?- Esta en su habitación seño, haciendo tarea con la música muy alta – me tranquiliza – y el niño Carlitos está viendo esa película de conejos que le gusta – se anticipa a mi siguiente pregunta- ¿Qué voy a hacer? ¿Qué voy a hacer ahora? – me lamento- No se mortifique señora, así son los hombres – lo justifica – pero usted es su esposa, es la buena…- ¿Y que se supone que debo hacer? – protesto – ¿act
Emily- Señora – entra María de Jesús – señora – insiste. Ignore los llamados a la puerta ¿no es obvio que estamos en algo importante?- Tomaremos un descanso – Carlitos sonríe de oreja a oreja, será imposible sentarlo de nuevo para terminar la tarea- Señora, tiene que ver esto – esta tan preocupada que dejo de lado mis reclamos, debe ser algo realmente urgente. Me apresuro a seguirla, pero con el embarazo no es tan sencillo- ¿Qué pasa? – pregunto a penas entrar a la cocina, señala la televisión, como si eso explicara todo. Una fotografía de Víctor llena la pantalla – dame mi teléfono – pido y sale corriendo. Busco el control pensando a quien debo llamar ¿al abogado? ¿al doctor? ¿al seguro? No puedo con esta angustia. Presiono el botón