Elígeme a mí “Eres mi vida”
Melanie Fraser
Nota
Hay situaciones que, por muy difíciles que sean, son la mejor experiencia que podremos vivir. Yo siempre digo “la vida es una especie de novela en la que los guiones se escriben día a día, pero tenemos la libertad de escribirlos nosotros mismos”.
Existen pasajes que pretendemos ignorar, porque son intolerables a nuestro consciente, pero se convierten en una voz interior, algo que deja marca en tu corazón, y en momentos especiales se intensifican tomando magnitudes impresionantes, volviéndose parte de tu día a día. Eso que pretendemos pasar por alto, es aquello que inconscientemente sabemos que es nuestra droga, aquello que nos da fuerza y es el motor de nuestras vidas, en ocasiones es tan potente que se vuelve peligroso y puede destruirnos. Nos proporciona una sensación única de adrenalina que nos hace sentir vivos.
¿Cómo definirías amor? No siempre encontramos el amor en la primera, en la segunda o tercera oportunidad. No siempre el verdadero amor está en esa persona con la que mejor te entiendes y con la que más congenias, en la mayoría de las veces esa persona se vuelve parte de tu vida, parte de ti, parte de tu historia, pero no parte de tu final.
En cambio, la persona que te hace cambiar y no lo digo porque te hace ser quien no eres, no. Te hace cambiar en esa forma que te liberas y eres tú mismo, de esa manera que si no la vives no sabrás de que eres capaz, esa persona que te hace reír y llorar al mismo tiempo, que te hace amar y odiar a la vez, que te impulsa y te arrastra en distintas ocasiones, esa persona que no te explicas como se adentró en tu vida pero que ya no puedes vivir sin tenerla en ella, esa persona que es tu fuerza y tú debilidad, es esa persona el amor de tu vida y, por más que te niegues a aceptar o creerlo lo sabes.
El verdadero amor solo se vive una vez con una sola persona, pero los momentos preciosos se pueden vivir con personas diferentes.
ÍNDICEPresentación, nota y nombre del autorDedicatoritaCitaCapítulo 1Capítulo 2Capítulo 3Capítulo 4Capítulo 5Capítulo 6Capítulo 7Capítulo 8Capítulo 9Capítulo 10Capítulo 11Capítulo 12Capítulo 13Capítulo 14Capítulo 15Capítulo 16Capítulo 17Capítulo 18Capítulo 19Capítulo 20Capítulo 21Capítulo 22Capítulo 23Capítulo 24Capítulo 25Capítulo 26Capítulo 27Capítulo 28Capítulo 29Capítulo 30Capítulo 31Capítulo 32Capítulo 33
Me encuentro caminando por las calles de Toledo, España. Esta mañana hace menos frío, está iniciando el verano y aunque me agrada el invierno, los cálidos días como este no caen mal. Días así me recuerdan a mi país, mi preciosa tierra canalera.Con un largo suspiro continuo mi camino, debo iniciar mi rutina diaria. Llego a mi lugar de trabajo, soy la que se encarga de dar las órdenes para acondicionar el lugar, no es gran cosa pero me ayuda a pagar facturas y a sobrevivir. —Hola Tom. —Saludo con demasiado entusiasmo a mi compañero. Tom junto conmigo se encarga de abrir el supermercado diariamente y de que todo esté en perfecto orden. Después, él se encarga de la seguridad. Este me dedica una gran sonrisa y no puedo evitar notar ese brillo al mirarme que indica seré su
Un estropicio y un golpe me despiertan del profundo y placentero sueño que estaba teniendo, abro los ojos alarmada y al ver a mi alrededor noto el desastre, botellines de cervezas, envoltorios de chuches, paquetes de patatas fritas a medio comer entre otras cosas, estoy en el piso y es ahí cuando me doy cuenta que caí del sofá.—Joder. —Estoy tirada y la escena es similar a la de una serie de criminología, de esas que suelen ver los solteros amargados un sábado por la noche, vaya golpe que me he propinado.—¿Que sucede? —pregunta Verónica alarmada, pero claro el susto se le pasa al verme en el piso tirada y sin esperar más se parte de la risa.—¡Calla! —grito cabreada— no es bonito despertar de esta manera... me has tirado tú de lo feo que duermes. —La culpo, pero no hace caso, sigue riendo como una posesa.—¿Quién, yo…? —No puede seguir la risa no la deja, me levanto del piso y me vuelvo a echar al sofá con mi costado izquierdo adolorido, a
Es domingo por la mañana, desperté con un dolor de cuerpo y de cabeza horrible, creo que un tren me pasó por encima mientras dormía—Aauch. —Me quejo mientras me incorporo en mi cama para ver la hora, llevo mi mano a la mesita de noche y tomo el reloj de pulso, son las 8:05 horas <<¿por qué despierto tan temprano?>> Salgo a duras penas de la cama, al pasar por el espejo de cuerpo completo que tengo en la puerta de mi closet, veo mi terrible apariencia, mi cabello esta enmarañado, tengo unas ojera muy marcadas y un aspecto desaliñado.—Pero bueno que mala pinta tengo. —Susurro con voz rasposa. Dejo de mirarme al espejo y me arrastro hasta el cuarto de baño. <<Debo hacer algo conmigo, estás trasnochadas no son igual que antes ¡ya estoy vieja!>>. Pienso con un poco de pánico. Treinta minutos después, estoy lista con un vestido sencillo y corto, es verano y me puedo dar el lujo de vestir ligera, mis pies descalzos sintiendo el frío del pis
Me encuentro en la sala, estoy por marcarle a Tom pero el sonido del timbre llama mi atención, guardo mi móvil en mi bolsillo y me apresuro a atender la puerta, abro sin ver quién es, una mala costumbre mía abrir así. Me encuentro con unos ojos felinos y sonrió.—¡Has venido! —Me lanzo a los brazos de Tom quien me toma de volada, al separarnos le miro sin dejar de sonreír— ¿Cómo estás? —Me aparto para darle paso.—Estoy bien. —Responde con una sonrisa en su rostro que no termina de convencerme, pero no digo nada.—Vamos, nos esperan. —Lo tomo de la mano para cerrar la puerta y finalmente guiarlo. Sé que no está bien, pero haré lo mismo que hice con Vero no lo voy a presionar, yo solo espero que el ambiente no sea tenso ni incómodo.—¿Dónde está Elizabeth? —Se gana un regaño de mi parte <<¿Por qué no la puede tratar de usted o de señora?>> Si es cierto que ella se lo ha permitido, pero vamos que debe haber respeto, no
Me gusta tu sonrisa, es preciosa y al dibujar la forma de tus carnosos labios, mis dedos sufren una deliciosa descarga que se extiende por todo mi cuerpo, esa castaña mirada me enloquece y me llena de amor y, esa forma en la que nuestras miradas dicen lo que nuestras bocas callan no tiene comparación, tu cabello rizado e indomable hacen de ti una mujer única Neon. Sus suaves manos acarician mi cuerpo, despertando lo que hacía ya mucho tiempo, nadie despertaba en mí. Solo su tacto me hace jadear, se abre paso entre mis piernas y su erección acaricia mí humedad, hasta hundirse en mí lenta y pausadamente.—¿Qué? —Despierto alertada, con la respiración acelerada y bañada en sudor, miro todo mi alrededor y no es hasta que veo a mi amiga dormida, que recobro el sentido y sé que estoy en casa. —Joder. —Bufo. <<¿Qué hago yo soñando con ese chico que apenas conozco? Y cosas tan subidas de tono cómo esta>> Me levanto con mucho cuidado no quiero despertar a mi pobre amiga, sa
Voy camino al trabajo, está lloviendo torrencialmente, voy bajo el paraguas tratando de no mojarme, el hambre me está matando, no comí nada desde ayer en el almuerzo, no he podido comer en casa, al parecer esto de estar tarde se me está volviendo una muy mala costumbre, ha de ser que lo de Vero se me está pegando, este día está iniciando mal, no pego una, no puse a cargar el móvil por ende se apagó a media noche y no sonó la alarma, no he visto a Verónica, decidí darle su tiempo, aun no sé si faltará nuevamente hoy al trabajo.Llego a la cafetería, voy muy tarde, pero si no como me muero; entro al lugar que para mi suerte hay una fila tremendamente larga, me formo en ella, estoy horrorosamente aburrida, sin música no soy nada <<Como es que se me ha olvidado cargar el móvil, pero que despistada soy>> finalmente es mi turno y una sonriente chica toma mi orden, como siempre pido mi capuchino de vainilla y mi Croissant, pago el consumo y mientras espero, pienso e
Dolor, un fuerte y desgarrador dolor hace que me despierte y me replantee mi vida para considerar ser mejor persona.—Dios... —Me quejo sin poder soportarlo más, el dolor en mis ovarios es insoportable, no es posible que no tenga descanso por lo menos un mes, estiro la mano y tomo mi móvil para ver la hora, las 9:15 de la mañana es muy pronto, no he dormido casi nada. Con gran esfuerzo me levanto de la cama y me arrastro hasta mi gaveta, tomo unas bragas y me sigo arrastrando hasta el baño, duele mucho y no quiero estar de pie, no lavaré mi cabello y me ducharé lo justo. Una vez preparada me envuelvo en una toalla limpia y me dirijo de vuelta a mi habitación, donde me coloco unas de mis camisetas con mangas holgadas, rebusco por todos lados alguna píldora para que me calme, pero no encuentro ninguna, me tiro a la cama y trato de no moverme, así paso un par de horas hasta que ya no soporto el dolor.—Verónica. —Grito, el dolor se torna insoportable. —Vero... —Insist