|Capítulo 9: Ya no existes|
Si bien al principio de mi presentación no había reaccionado como debía, luego poco a poco me fui soltando y evitaba mirar a mi jefe a toda costa, terminé la presentación de la mejor manera posible y salí de la sala directa al baño con bastantes ganas de devolver todo el desayuno.
Me lavé la cara en el lavabo y respire profundo, tenía que buscar la manera de evitar ver a Jimmy, trabajamos en pisos diferentes, no creo que sea tan difícil hacerlo.
Salí del baño y decidí ir al cafetín por un vaso de agua, los nervios aún estaban causando estragos en mí y tenía la garganta seca, al llegar al pequeño cuarto saludé a mis compañeros.
— Lo hiciste muy bien Isa — me felicitó Sofía.
— Me paralice en el inicio, lo hice fatal pero gracias por hacerme sentir mejor — le sonreí sin tanta emoción, no me sentía muy orgullosa de lo que
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Si tan solo ella supiera la realidad de todo, si tan solo me diera unos minutos para explicarle la verdad, pero no, es tan terca que me encanta. Me llené de celos al escuchar que otro hombre la invitaba a bailar, ¿Quién era? ¿Por qué carajos tenía que hablarle a mi Isa? Juro por Dios que la encontraré y golpeare al que se atreva a tocarla. Salí de mi departamento con el teléfono pegado a la oreja, del otro lado tenía a mi guardaespaldas, había estado vigilando a Isa para que Carla no se le acercara y estuviera a salvo, ella aún no es consciente del peligro que corre al lado de esa loca. Maldita la hora en que la vine a conocer y maldecía que volviera a aparecer justo cuando Isa llegó a mi vida. —Dime dónde está, Ricki. — pedí al guardia, no respondió — ¿Hola? —Señor Koch —, suspiré poniendo el celular contra mi frente. Que no
|Capítulo 11: Aléjate de ella|Al despertar, mi cabeza palpitaba con bastante fuerza, el dolor era insoportable y no quería abrir mis ojos par que la luz no me diera directo.Me senté en la cama tanteando toda la suavidad de esta para no caerme, mi mano tocó algo cuadrado de cuero, fruncí el ceño haciendo memoria de qué era lo que podría yo haber dejado en mi cama de esa forma y de ese material pero nada parecía lógico.Obligué a mis ojos a que se abrieran para poder observar lo que había entre mis manos, pocos minutos después por fin uno de mis ojos se abrió y con cierta borrosidad pude ver que se trataba de una especie de billetera masculina.Cerré de nuevo mi ojo con fuerza, ¿Había estado con un hombre anoche? Toqué con rapidez mi cuerpo y seguía con ropa, pero sinceram
| Capítulo 12: Te odio | Me encerré en mi oficina con el corazón en mi boca, aún no podía entender si lo que había hecho estaba bien o estaba mal, pero ya no había vuelta atrás. Me senté en la silla giratoria y comencé a dar vueltas y vueltas, quería despejar mi mente como fuera, pero está seguía con la misma intención de volver a Jimmy, sentí que abrieron la puerta de mi oficina de golpe, detuve la silla tan rápido que me fui hacia un lado y casi caigo del susto, al mirar a la puerta me sorprendió ver a Carla parada frente a mí escritorio. ¿Ahora qué quería? Si era presumir a su guapo novio ya podría volver en sus mismos pasos. Levante una de mis cejas y me crucé de brazos esperando a qué hablara, su sonrisa ladeada no auguraba ningún bien, parecía demente. —¿Cómo van las cosas con Spencer? — preguntó como si fuéramos amigas de to
| Capítulo 13: Indiferente |Una semana, ha pasado una semana y no he visto a Jimmy desde nuestro encuentro en la sala donde Miller proyectó su publicidad, que por cierto ya estaba rodando por todos los medios.Era todo un éxito y la marca de teléfonos se había posicionado como la número uno más vendida en un solo día, rompió récord y todo gracias a Miller, aún tenía ganas de comprarme el celular pero estaba ahorrando para otras cosas, aunque no lo descartaba de mi lista de deseos.Jimmy llevaba una semana sin ir a la empresa, no era que yo lo estuviera ignorando y pasando de él, no, es que en serio no estaba cerca, ni en su oficina ni en todo el edificio, no sabía nada de él y por obvias razones no quería preguntar, además la señora Rosaline tambi&eac
Capítulo 14: El secreto. ~Narra Jimmy~ Luego de la conversación que tuve con Isabel todo en mi pareció derrumbarse, quedé devastado y decidí irme por varios días, yo quería hacer las cosas bien por ella, pero si ella me odiaba, ¿De qué me servía hacerlo? Ya había hablado con un hospital psiquiátrico de Alemania, allí tenían muy buena seguridad y Carla no podría volver a escapar, era cansado ver el nivel de manipulación que tiene esa mujer para salirse con la suya, de las tres clínicas psiquiátricas que hay en la ciudad, de dos ya está vetada y nunca más la recibirán y la tercera da por hecho que Carla no tiene nada solo porque sabe mentir muy bien. Se supone que debería estar medicada y encerrada para no seguir haciendo daño, pero no, los incompetentes psiquiatras la dejaban libre y era mi familia y yo quienes nos teníamos que encargar de ella aún más con todas las demandas
Muchas veces sentí que el amor jamás iba a tocar en mi puerta, todas las personas a mi alrededor eran felices con sus parejas, mientras yo seguía viendo los días pasar, soltera.Hasta que un día el amor tocó la puerta de mi casa, literalmente.Recién había llegado del centro de la ciudad, el día estuvo muy lluvioso y como no lleve paraguas, llegué empapada a mi casa, me metí a la ducha para darme un corto baño y no resfriarme, pero a mitad de este la puerta de mi casa siendo golpeada repetidas veces me hizo terminar mi corto baño y salir a ver quien era el o la pesada que golpeaban.—¡Ya voy! — grité para que quien estuviera detrás de la puerta dejara de tocar.Al abrir, lo primero que ví fue a un hombre muy alto, de unos 28 años o quizás un poco menos, vestía un traje formal color azul oscuro, corbata negro y estaba empapado.Me cubrí un poco con mi toalla, no esperaba
Capítulo 2: No puede ser.La noche transcurrió con normalidad, de veces en cuando su cuerpo rozaba el mío y sentía fuegos artificiales en mi estómago, Jimmy se notaba mas relajado, decoramos el pastel con fresas y comimos.— Es el mejor pastel que he comido en mi vida — gimió con la cuchara aún en su boca.— Hicimos un gran trabajo — su sonrisa creció a medio lado, tocó mi frente con uno de sus dedos.— No tengo palabras para agradecerte esto, soy tan feliz en este momento, es que no creí que un simple pastel pudiera ser responsable de mi felicidad — sonreí con ternura — Bueno, no un simple pastel, el mejor pastel de la vida.— Gracias por el mejor sexo de toda mi vida — escupió un poquito del pastel y soltó una fuerte carcajada.— Es verdad, a
— ¿Te gusta? — pregunta Emilia.Mire toda la oficina, era muy amplia, con una muy buena mesa de trabajo, un computador de mesa, una silla de esas que parecía que jamás te iba a cansar la espalda y podrías hasta dormir allí.No tenía nada de decoración pero claro, de eso me encargaría yo, por el momento, así tal y como estaba la oficina me encantaba, no podía querer más, era incluso más de lo que me había imaginado.— Me encanta, esto es increíble. — comenté a Emilia, ella sonrió emocionada.— Me alegra mucho, así me haces pensar que te quedarás por mucho tiempo acá.<