3:07 a.m.
Lancé la caja de cigarrillos a cualquier parte de la habitación, me tape la boca para no soltar el grito de impotencia y vomitar de los nervios.
« Esto fue una mala idea. »
Estoy agotada de tanto correr, de huir y de escabullirme para que Cirus no me descubra.
Ser perseguida por un Stonw es igual o casi peor que te siguiese un demonio, para mí mala suerte fueron dos, a uno que se le acabó lo angelical cuando se vio descubierto.
Si algunos de los dos me llegó a ver no se les haría difícil mandarme a prisión por, no lo sé, ocultar el cadáver de un gato en el jardín y sustituirlo por otro para que mi hermanita no se dé cuenta. Con la ley a su favor no se les haría complicado, para, nada.
El recuerdo de lo que pasó esta noche me perseguirá por el resto de mi vida, lo que me obliga a callarlo hasta mi tumba, ni mostrando las fotos a la policía me creían ¿O sí?
Apago el teléfono y lo lanzo en la cama, no me crearían de
17 de febrero.A donde quiera que fuéramos de lo único que se hablaba era del incidente que hubo noche.«Un trágico acontecimiento ocurrió en el vecindario de Sweet Gram en la calle 32, cuando la vivienda del ex oficial Harry González, fuese víctima de las llamas a la tres en punto de la madrugada con la viuda Abby Lee Müller dentro.El cuerpo de bomberos aun no identifica la causa que produjo tal infortunio, pero el departamento de policía inició una investigación y búsqueda del…»Tina apaga la radio. Conduce a la universidad tensa y yo a su lado con tristeza en el corazón por no ser de los que llamaron a las autoridades también. Si tan solo me hubiese quedado cinco minutos más espiando a Cirus el incendio no hubiera ocurrido. Tal vez, y puede que esté hablando el sentimiento de culpa, yo hubiera impedido el incendio.La pregunta que ahora todos se hacían era: ¿Qué pasará con la fortuna de los Gonzales? O ¿Quién comprará la mansión Müller? Cuando la qu
17 de febrero. Habitación del hospital.—¿Cómo te sientes, muñequita?—Quiero hacer popo. —bonita forma de empezar.Miro a Tina y ella me da la espada para desentenderse del asunto. Me hago cargo de Julieth mientras que la gorda floja hace su tarea en la camilla del hospital. Yo debería estar cuidando a Fabricio, no limpiándole el culo a mi hermana.—Cierra los ojos y extiende las manos. —le digo emocionada, pero ella se encoje en la almohada sin saber qué hacer, solo mirar el yeso que le inmoviliza el brazo.—Uy, perdón. —Tina se ríe, Juji extiende la mano sana y cierra sus ojitos marrones al tanto que yo depósito las gomitas de dulce que la ponen aún más contenta—. Es de parte de Iris y esto es para ti.—¡No quiero nada que tenga que ver con esa drogadicta! —se le eriza la piel.—Y tan bien que habla de ti fíjate. —guardo la caja de happy brownie.—La última vez que le acepte algo termine lanzándome a la piscina de la señora
A oído de terceros Iris se enteró que Cirus estaría en el club. «Ya sabemos por dónde le entra agua al coco» con razón insistía tanto en venir; eso significa que de nuevo estaré sola mientras ella se dedica a llamar su atención. Tina al darse cuenta de su intención torció los labios haciéndose la promesa de que si lo veía iba a agarrar un taxis y nos abandonaría. Dentro de la disco la gente voltea a vernos, pero las Ruíz sabemos que no es por nosotras sino por semejante modelito a nuestro lado con un entallado vestido verde, medias de red y tacones. Su look de chica mala siempre me sorprende. Su altura es perfecta, me saca una cabeza de diferencia, su cuerpo se desarrolló incluso mejor que el mío dándole ese efecto de reloj de arena mientras que yo a duras penas tengo forma, y desde que se cortó el pelo al estilo badboy las facciones de su cara se tornaron delicadas.Tina, para prevenir lo de la última vez, optó por jeans oscuro y camisa blanca de tiras finas
Siempre supe que algo no estaba bien dentro de la cabeza de Cirus, desde que lo vi sonreír aquella tarde antes de perder la memoria con la empujada que me dio hasta cuando por “accidente” ahogó a jirafa número uno, desde entonces la semilla del miedo hacia su retorcedura fue floreciendo mediante el pasar de los años. En Belmont High había rumores, sí, pero como todos eran descabellados y cualquiera con cinco dedos de frente se daría cuenta que eran inventados.Incluso yo, como su vecina y principal fuente de información para el periódico escolar, negué el rumor de que estaba enrollado con bandas criminales. Que ingenua al pensar que por ser hijo de policía no se iría al lado oscuro.Luego de ver el porte tétrico y orgulloso pisando la cabeza decapitada de un ser humano me empecé a cuestionar sobre todo, ¿ese es Cirus? ¿El verdadero Cirus, sin masc