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InicioEl rojo de Devina (Libro 1)
El rojo de Devina (Libro 1)

El rojo de Devina (Libro 1)ES

Romántica
sheyla garcia  En proceso
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18Capítulos
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Resumen
Índice

Sinopsis

JuventudRomance oscuroAmorRomanceDramaengañarbar

Devina D'Angelo, Una joven de 25 años, huérfana y con un pasado difícil, explora su vida sexual sin ataduras ni compromisos. Su cuerpo provoca lujuria entre los clientes que frecuentan el bar donde trabaja. Hasta que conoce a Hamlet Giannato y siente que todo su mundo está patas arribas. El quiere más de lo que ella puede ofrecer. Ya no cree en el amor. No desde que su novio y el único hombre que la amó murió por su culpa. Hamlet luego de un año de sexo y amistad decide que quiere tener a Devina en su vida. No importa lo que le cueste, logrará que ella se convenza de que están hechos el uno para el otro.

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El rojo de Devina (Libro 1) Novelas Online Descarga gratuita de PDF

Último capítulo

  • Capitulo Dieciocho: Buscarla.

    Una necesidad imperativa.Hamlet. Procuró no pensar más en las confesiones que su madre le había hecho. Prefería calcular cómo enfrentar a su padre, confrontarlo y sacarle toda la información posible. Su padre era un hombre pensante, él había levantado las empresas Giannatto elevado a su máximo nivel y potencial. Si en tal caso estaba teniendo una aventura, debía recolectar cada prueba antes de ir a verlo.Hamlet llamó a su primo para cancelar la reunión que iban a tener. Debía de quedarse para más adelante la charla para saber que demonios le sucedía. Mientras, Hamlet se enfocaría en algo más importante, como por ejemplo, que su madre ya sabía de la existencia de Devina. Quizás no sabía su nombre, pero era cuestión de tiempo que su madre enviara a detectives

  • Capitulo Diecisiete: Explicaciones Vacías

    Devina se levantó automáticamente de la silla. Tan pronto como su cerebro registró el acercamiento de Ben hacia la mesa donde ellas estaban. No fue difícil encontrarlas, al menos eso se imaginaba Devina. Considerando que la cafetería no tenía más de quince mesas y que estaba rodeada de un cristal completamente transparente, las posibilidades de no ser vistas en un lugar así eran prácticamente nulas. Malo por parte de ella, se maldijo, pues desde que salió de su apartamento, perdiendo de vista a Ben, debió llamar a su hermana y ponerla al tanto de la situación. Quizá incluso debió tomar un taxi e ir a casa de sus padres adoptivos. O algo mejor: Tomar un taxi, ir al aeropuerto, comprar un ticket de avión y mudarse a otro continente. ¿Todo aquello tan solo porque Ben había regresado a su vida? ¡Que no regresó a mi vida! Se gritó a sí misma, incómoda con la situación que no podía controlar. Cuando las cosas se escapaban de s

  • Capitulo Dieciséis: Explicaciones a la Señora Giannatto.

    —¿Quién es quién? — Preguntó Hamlet haciéndose el desentendido.—No te hagas el gracioso, Hamlet. Sabes muy bien de lo que hablo. — su madre lo miro con las cejas enarcadas.—Te juro que no lo sé. — Maldito mentiroso, se dijo. Pero debía sacar la mayor cantidad de información a su madre, para así saber que responder.Carola Giannatto no era una mujer fácil de disuadir, por lo cual, Hamlet sabía que lo iba a tener bastante difícil.Convencerla de que no se traía nada entre manos iba a ser una tarea dificilísima.Y todo porque su secretaria no pudo advertirle de que su madre estaba en la oficina.De haberlo sabido incluso se atrevía a decir que estaba resfriado.—Madre, en verdad no sé de qué hablas. No hay ninguna mujer en mi vida. — Su madre podía ser muy intensa

  • Capitulo Quince: ¿Por qué tardó tanto en ir a buscarla?

    Devina¿Por qué tardó tanto en buscarla? ¿Cómo es que en cinco años no había dado con ella? ¿Qué intenciones tenía ahora?Devina se hizo toda clase de preguntas antes de llegar siquiera a la cafetería donde había quedado de encontrarse con Cloe. Era cerca de su departamento y tenía la incertidumbre de si Ben iba a seguirla y llegaría hasta donde ella estuviera.Era un sentimiento incómodo ese de la persecución. Quizás él no fue más que el hombre del que se había enamorado años atrás y que ahora deseaba entablar una amistad con ella.—Si, claro. Amistad mi abuela— Murmuró en voz alta sin darse cuenta.Después de varias cuadras caminando, por fin comenzó a sentirse más aliviada de la distancia que hab

  • Capitulo Catorce: Escapar

    — Perfecto. ¿Quieres que te lleve?—No. — respondió ella rápidamente sin pensarlo.Aunque era la respuesta correcta.Debía alejarse de él y aún no entendía bien porqué.Claro que entendía el porqué, pero no deseaba admitirlo.Le dolía como el demonio tenerle allí frente a ella. Necesitaba escapar de él. Por supuesto que no estaba bien quedarse. ¿El no se daba por enterado? ¿No deseaba entenderlo?— Has cambiado. —Ben lo dijo más como un hecho que como una observación. Era cierto que ella había cambiado. Bastante. Ya no tomaba tanto ni salía cada día. Su gusto había cambiado en los hombres y ya no se enamoraba ni confiaba en lo que ella era capaz de hacerle a las demás personas a su alrededor.Si.Ella habí

  • Capitulo Trece: Lo que era una vez

    La mañana de Devina no hizo más que complicarse. Su vida completa giraba desde hacía poco a las acciones y decisiones de Hamlet Giannato. No porque ella quisiera ser de algún modo dependiente de él, más bien, porque el hombre era como un imán. Uno muy pesado y difícil de esquivar.Caminando para disipar sus ideas, Devina cruzó por la calle Paradise Avenue, sin notar ni por asomo que alguien la observaba.Las cosas estaban demasiado complejas para lo que Devina estaba acostumbra ya. No porque su vida completa no lo fuese, sino porque desde hacía años que había perdido la facultad de preocuparse por algo que no fuese su propio cuerpo y espíritu.Devina a través de demasiado madrazos de la vida, comprendió que por más que intentara llevar el control de todo a su alrededor, lo cierto era que de pocas cosas ella podía tener el con

  • Capítulo Doce: Antes

    Varios Años antes—Deseo poder irme de aquí. Lejos de todos, lejos de esto, necesito.. No entiendes... No tengo a nadie... Necesito hacer mi vida.—¿Qué estás hablando? ¡No digas sandeces! ¡sabes que no quieres alejarte! Catalina y Jason son buenas personas, nos han cuidado bastante, mucho mejor de lo que jamás ninguna persona se ha interesado por nosotras. —le dijo ssu hermana. Sí, su hermana. Esa joven de pelo marrón y ojos verdes, esa chica de labios gruesos y mirada intensa que hablaba como si fuese mucho mayor que Devina, aunque en verdad fuesen de la misma edad. —Lo sé. —le dijo Devina a su hermana. — pero aún así no puedo evitar sentir que hay algo más de la vida que me estoy perdiendo. Por más bien que me traten aquí, creo que.. —ella dudó de sus propios pensamientos. No porque no supiera exactamente que decir, o que sentir, sino porque no se lo habia contado a

  • Capitulo Once: Será

    Hamlet GiannattoHamlet se duchó y vistió con calma sin molestarse en afeitarse lo poco de barba que había llenado su rostro en esos días de depresión. Luciendo un traje echo a medida de color azul índigo, se peino el pelo hacia atrás y se miro en el espejo del cuarto de baño minutos antes de tomar su celular y escribirle a su primo para verse en horas de almuerzo.''Ocupado''Fue la única respuesta que recibió por su parte.No estoy en tus niñerías, tengo que verte.Despues de esperar por varios segundos eternos, mirando el celular, pensando que TImothy se negaria una vez mas, al final recibio una respuesta positiva y so

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Capítulo Uno: La intuición
El rojo de Devina (Libro 1)/sheyla garcia
—¡Eh! ¡Tú! ¡Él de los lentes Hipster, baja los pies de la mesa pendejo! - Devina le grita al cliente sin reparos. Estaba harta de siempre corregirle lo mismo a ese tipo, por suerte para ella en esta ocasión no estaba el gerente para sermonearla por su manera de referirse a los clientes. Ella se salvaba y aún conservaba su trabajo porque ninguna otra camarera atraía tantos clientes como Devina D'angelo. Pero n especial ese cliente la ponía d ellos nervios y a punto de cometer un clientisidio. Todas las noches era lo mismo con ese idiota patológico. Comenzaba a pensar que le gustaba ser corregido por ella. Quizá tenía deseos de ser sometido por una pelirroja de temperamento explosivo.—Deberían lavarte la boca con ácido - Dice el hombre de chaleco negro tipo motorista de Harley Davidson y lentes al estilo hipster.— Y a ti deberían cortarte los pies asquerosos  para que tengas más educación. ¡Me tienes har
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Capítulo Dos: La belleza de la sinceridad
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Hamlet Giannatto Hamlet estacionó el vehículo con calma en el parqueo subterráneo. Eran pasadas las nueve de la noche pero la luna era la que dominaba el cielo. Hamlet era un hombre de casi 2 metros, esbelto y con músculos definidos, su pelo azabache era una herencia de su padre y sus ojos azules índigo eran la herencia por parte de su madre; una nariz aguileña adornaba su rostro y unos labios esculpidos por dioses amantes de la belleza le otorgaban un perfil completamente atractivo e hipnotizador. Más de una mujer se giraba cuando el daba pasos despreocupados por la oficina, fuesen clientas o empleadas. Estaba acostumbrado a siempre causar ese impacto en todos, hombres y mujeres. No le molestaba, todo lo co trario, le gustaba que las perosnas lo notarán, que supieran de su existencia. Al menos hacia había sido hasta dos años atrás. La muerte de Manello, le dejó un sabor amargo indeleble en su vida. Nada volver
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Capitulo Tres: El que busca, encuentra.
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HamletLas miradas dicen más que mil palabras.Devina deambuló de un lado a otro del apartamento de Hamlet. Cómo ratón enjaulado que no sabía cuál era el destino que le espera. Hamlet la observó en silencio sentado en el sofá gris en piel colocado a un extremo del apartamento. La decoración era austera y simple. Un sofá tipo L y uno rectangular de 4 plazas. Dos mesas esquineras con flores artificiales como decoración, unos tres cuadros comprados en un mercado en Jerusalén y una mesa de centro en cristal y Caoba. No le gustaban las cosas complicadas ni los diseños extravagantes. Su madre se pasaba cada dos o tres meses y le cambiaba todo, agregando cerámicas y arreglos florales "vivos" como ella le gustaba llamarle a las flores naturales. Su madre era todo un personaje. Se preocupaba demasiado por su hijo el único que le quedaba vivo. Algo que jamás creyó decir, según decía ella. Después de la muerte de Manello, Ninguno de
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Capítulo Cuatro: Golf Bar
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Devina D'Angelo Si había algo que Devina no había podido superar a su edad y acontecimientos dolorosos eran las despedidas. Definitivamente ella no sabia manejarlas.Los siguientes veinte días y dieciséis horas Devina D'Angelo había llorado y roto la mayoría de sus platos en cristal y floreros comprados en el baratillo de los sábados. Los primeros tres días había esperado una disculpa por parte de Hamlet aunque no sabía específicamente porqué debía disculparse el.Quizás por su falta de compromiso y responsabilidad, pensó ella mientras se tomaba una taza de café a las diez de la noche mirando Orgullo y prejuicio por enésima vez. Las cosas estaban tan bien entre ellos, no entendía porque de un momento a otro habían pasado de ser amigos que compartían historias de sus días separados y los unía un deseo sexual incomparable, a ser dos desconocidos que no se comprendían ni con traductor.
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Capítulo cinco: Cómo tener sexo parte 1
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Hamlet caminó como una fiera que ha visto su presa, sigiloso, actitud digna del Rey de la selva. Se movió sin prisa entre los cuerpos que se aglomeraban bailando o simplemente charlando. Miró su reloj, eran pasadas las 2 de la mañana. ¿Cuánto tiempo llevaría Devina allí? se preguntó él. Su cabello estaba peinado en un moño demasiado elegante y recatado para el lugar,  llevaba un vestido rojo que destacaba cada curva de su cuerpo como una segunda piel, y vaya piel, le quedaba como un guante. Su piel blanca destacaba por el contraste del color rojo y de las botas de tacón negras que le cubrían las piernas que ya el conocía bastante bien.Odió verla vestida así. ¿por qué diablos había vestido tan seductoramente para ir a un lugar tan sólo acompañada de mujeres? ¿sabiendo que con esa belleza y el cuerpo tan perfecto que tenía era una presa fácil para las miradas llenas de lascivia de los hombres que no tenían la capacidad de acercarse a una mujer decen
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Capítulo Seis: Cómo tener sexo parte 2
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Hamlet salió con la absurda esperanza de encontrar a Devina  fuera del bar. Si ella está aún ahí, es que les queda algo de esperanza a lo que tenían, pensó él mientras recorría el parqueo por segunda vez. No era un establecimiento tan grande como para no aceptar que la mujer en cuestión no estaba allí. Se había ido. Y con ella las esperanzas de poder recomponer lo que se había roto.Él no tenía muy claro sobre lo que había cambiado entre ellos. Pero algunas cosas tenía seguro:  No quería compartirla con nadie más, no obstante, querer no era la palabra perfecta para utilizar. Querer es algo opcional y  el Sencillamente no podía permitir que nadie más estuviera con ella. El acuerdo que  inició con encuentros ocasionales, verse de vez en cuando, matarse las ganas, quitarse el cansancio del trabajo mutuamente, se había convertido en una necesidad tan fuerte como respirar, algo que en un inicio a él no le molestó, ahora le resultaba di
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Capitulo siete: El baño
El rojo de Devina (Libro 1)/sheyla garcia
— Cuidado si se te caen los ojos de tanto abrirlos — Hamlet se encontraba con si hubiese dicho algo como: "Hoy parece que lloverá"— No estoy captando tu punto.Hamlet colocó una mano encima del hombro derecho de Devina y la invitó de forma silenciosa a acompañarlo a sentarse.El bar se encontraba en su apogeo, debían haber alrededor de 70 personas tomando, bailando y pasándola bien. Devina comenzaba a irritarse otra vez y a reconsiderar la decisión de volver a estar con Hamlet.Cuando había salido del Bar Corinne y Sabina la miraron como si se hubiese vuelto loca. Habían pasado horas hablando y pensaban que ella sería más fuerte en la toma de decisión con respecto a Hamlet Giannato. Pero algo sucedió con Devina que la hizo recomponerse y decidió esperar a Hamlet a que saliera, ella sabía que e saldría de bar. Al menos esperaba que lo hiciera y así fue.Se sentaron en un lugar apartado y u
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Capitulo Ocho: Seducida por un arrogante.
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Devina D'Angelo — Entiendo que buscas más que una charla. - dijo Devina mientras sus recientes temores eran embolsillados y lanzados al vacío de su cerebro.   No podía permitirle jugar con su cerebro. Se había escapado de una relación así.   No, definitivamente no podía volver a caer.   ¿Caer? ¡Es que ella no había caído!  ¡Ella había creado el vacío al cual lanzarse!   ¿Por qué Hamlet creía que lo de ellos podía ser distinto? ¡No debía haber un ellos!   ¡Eran amigos con derechos! ¿Derechos a qué? ¿A querer más?  ¿Ha buscar más? ¿A desear ser más de lo que ya eran? ¡Por qué buscaba arruinarlo todo! — Últimamente hablas más de lo que haces — le dice Hamlet. —No sabes lo que dices y tampoco sabes lo que quieres, italiano arrogante. —En eso te equivocas, pelirroja. Sé muy bien lo que quiero. Sé muy bien lo que necesito p
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Capitulo Nueve- Un poco mas
El rojo de Devina (Libro 1)/sheyla garcia
Las luces del apartamento dieron el saludo a Hamlet y Devina que subían después de un silencio no tan incómodo. Devina había buscado en varias ocasiones una conversación pero no lo había logrado. Hamlet se había convertido en un cubo de hielo, un iceberg que no hablaba mi movía los labios más que para decir un sí o un no. Algo iba mal y Devina lo sospechaba. Era como caminar en terreno movedizo. No sabía qué esperar de su extraña relación. La costumbre los había vuelto dependientes el uno del otro. Ella guardaba secretos que no creía capaz de compartir ni siquiera con él. Secretos que se llevaría a la tumba de ser posible. Su única relación había salido mal, no quería que Hamlet cambiase su forma de pensar y el concepto que tenía sobre ella. Estaba tan cansada de ser la mujer independiente y decidida que llevaba años interpretando, Devina sentía que en cualquier momento se vería obligada a salir de la caja de seguridad en que se había metido. El probl
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Capitulo Diez - La trampa
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Antes de que el sol comenzara a salir, Hamlet abrió los ojos al sentir el suave roce de unos labios delicados en los suyos.Parpadeó dos veces para acostumbrar sus ojos a la luz y sonrió al ver a Devina sobre él.— Buongiorno, principessa - la saludó, adormilado, mientras admiraba el rostro y el cuerpo divino de la mujer  con quien había pasado toda la noche haciendo el amor.— Buenos días, dormilón - le respondió sonriendo mientras depositaba otro beso en su boca.  De repente, Hamlet frunció el ceño al percatarse de la realidad que nuevamente los había arropado. Pensaba que habían superado una de las barreras que los había tenido estafados las últimas semanas.— Estás vestida. ¿Por qué estás vestida?—se le encogió el corazón, sin saber por qué. &Ea
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