¿Volverás? Nunca oí su respuesta. En cambio, te amo, fue lo último que escuche mientras la muerte me cubría y reclamaba. Cuando volví de sus fauces solo encontré un lugar vacío y muchas preguntas. Las caricias del Ángel desaparecieron y en su lugar quedaron recuerdos y pequeños vestigios de lo que alguna vez fuimos juntos. ¿Volverás Ángel mío? Muéstrame, Aimé, muéstrame que en realidad solo sigo durmiendo en esa fría cama de hospital y que cuando vuelva a nuestro hogar te encontraré mirando por alguna ventana y caminando descalza a mi lado. Demuéstrales a todos que solo obligada te irías de mi lado, que juntos todo lo podemos y que las trampas se pagan caro. Tú fuiste, eres y serás siempre Aimé D´Angelo
Leer másSalvatore D’AngeloEl sol cubría mi cuerpo, escuchaba a mis hijos reír al lado mío y mi ángel estaba leyendo un libro a mi lado, habían pasado dos semanas desde que llegamos a Hawái, un hermoso lugar sobre la tierra, y sin ninguna gana de irnos habíamos decidió rentar una villa con acceso directo a la playa, Aimé últimamente se había sentido bien en este lugar, los niños estaban recibiendo clases particulares y entendían perfectamente el inglés, quien nos preocupaba más era Victoria, pero nuestra princesa era una campeona y nada podía con ella.Los días pasan y con ellos las ganas de irnos, al cabo de un mes decidimos viajar a NY, a mi ángel ya se le nota su pancita con cinco meses, se ve hermosa y se siente muy bien, ella brilla en todos los lugares, somos invitados a una galería de artes, decidimos ir, Lola llegó hace poco
Máximo D’AngeloDesperté entre mi morena y nuestra hija, ellas dormían plácidamente mientras que yo ya estaba algo incómodo, mire la hora y ya pasaban de la 2 de la tarde, con cuidado me levanté y luego de pasar por el baño y cambiarme de ropa baje al comedor, allí estaba Gastón, el hombre tomaba café solo en la terraza, pedí algo para comer y me fui a hacerle compañía.Salud y comenzamos a hablar, me comentaba que no había dormido mucho, desde un tiempo hasta ahora se le hacía incómodo no dormir en su casa, y yo lo comprendía totalmente.– ¿Se sabe algo de la pareja? – pregunto y yo negué con la cabeza.– Son 22 horas de vuelo, llegarán a las 5 de mañana, allá serán las 5 de la tarde – una mueca de impresión hizo antes de beber de ser café – all&a
Aimé Bombelles D’AngeloUn toquido en la puerta detuvo todo tipo de pensamientos, estaba a un suspiro de entrar en pánico, mi padre había estado conmigo minuto a minuto, pero ahora que fue a ver a mis hijos por fin me había dejado pensar por un segundo, me veía en el espejo y poco me reconocía, llevaba un vestido de ensueño, con pedrería, pero de falta plana, aunque mi hermana insistió con el estilo princesa yo no lo acepte, aunque con la tiara no pude pelear, por derecho podía portarla y cuando lo haría si no fuera para esta ocasión.Ya veía todo muy pomposo y eso que mi velo aún no estaba colocado en su lugar.– ¡Pase! – grité, pensando que era Isabella o Kira, ellas me ayudarían a terminar de arreglarme, solo faltaban 20 minutos para que todo comenzara y en mi estómago había un nudo – tengo hambre –
Salvatore D’AngeloNo podía dormir, estaba inquieto y aparte de eso sentía que lo único que quería hacer era irnos a la locación de la boda, Civita di Bagnoregio era un lugar de ensueño, digno de mi ángel, por eso lo elegimos e insistí tanto en que rentamos el lugar por un par de días, así poder disfrutar, conocer y poder tomarnos algunas fotografías familiares.Mi ángel dormía sobre mi pecho, mientras que yo veía amanecer, cerca de las seis de la mañana la puerta de nuestra habitación estaba abierta, Victoria entró y con sus grandes ojos se nos quedó viendo, la invite a la cama y se acostó a mi lado, dejando su cabeza en mi hombro.Cuando se durmió me encargué de acomodarla para poder levantarme, antes de que mi mujer siquiera despertara cargue los carros.– ¡Ay! Amor ¿Qué haces
Kira AndradeEran las 6 de la mañana y mi alarma ya había sonado, me estiré y di con el fuerte pecho de mi hermoso novio, mordí mi labio recordando las noches anteriores.– ¿Cómo es posible que tengas cara de niño bueno? – dije en voz alta mientras bajaba mi mano hasta su crecida erección mañanera – y seas tan … - no alcance a terminar cuando me vi debajo de su cuerpo.– ¿Cuándo soy tan qué? – pregunto cerca de mi oído mientras que su erección entraba en mí, despacio, duro y listo para comenzar su faena.Sus embestidas rudas y con el vaivén tan exquisito, así como me gustaba, así como ambos lo disfrutábamos no se hizo esperar, los besos apasionados, nuestras desnudes frotándose y los gemidos mezclándose con el sonido de nuestra carne chocando.Su lengua baja por mi cu
Aimé Bombelles D’AngeloDesperté rodeada por los niños, habían pasado solo dos días desde que volvimos a casa, todo estaba cambiando incluso mis horarios estaban algo descontrolados, era casi mediodía y aún dormía, se hizo algo raro despertar y no ver a mi esposo cerca, él acostumbraba, útilmente, a quedarse en la habitación ya sé trabajando o leyendo hasta que yo despertara, pero al darme cuenta de la fecha pude adivinar que estaba en el despacho con el abogado.Me levanté con cuidado, puse una película infantil en la televisión y me metí en el baño cuidado no dejar cerrado con seguro, mis hijos son algo invasivos y si no me ven me buscan por todos lados sobre todo Victoria.Rápido me di un baño y luego salí a vestirme, unos jeans y una blusa suelta, acompañada de unos botines fue lo elegido, algo simple para u
Salvatore D’AngeloUna llamada me sacó de mi letargo, había estado durmiendo con mis hijos, necesitaba dormir algo, pero en el hospital no lo lograba, Mateo también estaba con nosotros, cuando Antonia me lo encargó no pensé que mi esposa haría lo mismo, pero en diferentes ocasiones.Apenas conteste el móvil, mi suegro, porque si, ahora Gastón era un hombre al que le gustaba que le dijeran suegro, me daba la noticia de que Aimé estaba despierta, casi salte de la cama, pero no quería que mis bebes despertarán, entonces corte la llamada y me moví con cuidado hasta salir del lugar, baje a dar la noticia y todos la tomaron muy bien, encargue a mis hijos con Lola y el equipo de seguridad que me seguía últimamente a todos lados, se alistó para salir.Nos encaminamos al centro de salud y de paso compré algunas flores, mi ángel debía ver pur
Máximo D’AngeloUn calor en mi pecho me hizo caer de rodillas, ya no podía sentir a Aimé detrás de mí, ella ya no estaba, los ojos de Kira estaban fijos en los míos y comenzaban a llenarse de lágrimas, dos disparos resonaron y fue Pía quien cayó esta vez.– Mi amor – grito Kira y luego sentí sus manos en mi pecho – mi amor, por favor – rogó – quédate conmigo ¿ok? – le sonreí, no era capaz de articular palabra, puse mi mano en su mejilla y la vi buscar mi calor, cerrando los ojos mientras que Giuseppe hacía presión en mi pecho y un policía pedía una ambulancia.– No cierres los ojos – ordenó el hombre, pero poco a poco dejé de sentir mi cuerpo, lo único presente era el ardor en mi pecho.– Te amo – susurré y Kira besó mis labios.
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