Capítulo 245.
—¿Dónde está Mateo?—, la pelirroja escuchaba las detonaciones desde muchas direcciones y con la frecuencia aterradora que la hizo apartar el rostro para evitar que las esquirlas la golpearan. —Sigue caminando.
Fannie no lo pensó dos veces para huir, pero que tres Centinelas cayeran de frente la hizo retroceder un segundo, siendo Harper quien la empujó contra la pared con fuerza, protegiéndola con su cuerpo.
No tenía un arma a la mano, no había una forma de huir sin darles la espalda. La prisa en sus latidos sólo revelaba el desespero que tenía por salir de esa zona, pero…
—Mira lo que tenemos aquí—, rió uno de ellos con el cañón apuntándoles. —De rodillas, hija de perra. A mí no me interesa escucharte, así que realiza el mínimo gesto que no me guste y mis balas van a saludar tus intestinos.
Fannie giró el cuello, estaba asustada, pero sabía que ponerse a llorar no era una solución.
—Ponte de rodillas—, demandó el sujeto con cabello largo—. Ahora.
Dos golpes de alguien cayendo detrá