Eres Mía
¡Hola! mi nombre es Camila Orellano tengo dieciocho años... Hace diez años llegué a la Mansión de los Besnier. Nunca me imaginé conocer a alguien como él... ni lo que iba a pasar después, Ignacio el heredero del grupo Besnier un rebelde resentido con la vida. Apesar de parecer tenerlo todo, un futuro prometedor, un apellido importante, toda clase de lujos, e incluso:
"Los ojos verdes mas lindos que he visto"
Su conducta parece la de alguien muy infeliz. Pienso que él debe ser así por alguna razón... siempre me hago preguntas:
¿Si tendrá falta de amor?
¿Por qué su rostro denota irá otras veces tristezas?
¿Por qué detesta a su madre?
¿Por qué solo con siete años... decide dejar Francia su país natal?
"Venir a vivir a Nueva York".
Autora: STEFI
¡Está obra es mía espero les guste!
Capítulo 1 a Mansión de los Besnier
Recuerdo el día que llegué a la mansión Besnier. La tarde estaba tan fría cargo mi cazadora rosada y botas de invierno.
—¿Mamá, por qué tenemos que vivir aquí? quiero volver a nuestro apartamento —le pregunto mientras estamos paradas frente a una inmensa mansión.
—Ya te dije que ahora este nuestro hogar hija —me responde mientras mira hacia el frente.
Hay varios hombres vestidos de negros, son altos estan parados alrededor de la mansión... Cerca de la entrada, hay un señor de mediana estatura es moreno usa anteojos y nos abre el portón, que es muy grande.
—¿Usted es la señora Luisa? —le pregunta a mi madre.
—Si, buenas tardes y ella es mi hija Camila.
—Buenas tardes soy Diego el chófer de la mansión.
—Síganme por aquí por favor —mami y yo vamos detrás de él, hay un pequeño camino, rodeado de césped, también hay unas inmensas fuentes de agua. Seguimos caminando; al parecer nos dirigimos a la parte trasera de la mansión.
Una señora alta, de piel blanca, cabello negro y corto sale hablar con mi madre, ella viste una falda azul oscuro, con una blusa de botones manga larga color lila, no se bien lo que le está diciendo pero le entrega una muda de ropa y le dice a una mujer rubia.
—María muéstrale su habitación, luego la mansión y enséñale el trabajo que haces porque ella hará lo mismo.
—Sí señora Adelaida —responde María.
Mami va a trabajar aquí desde que mi papá murió... todo se volvió difícil para nosotras, tanto que escuche una conversación entre ella y mi tía Ruth por teléfono, le decía llorando; que perdimos todo.
Llegamos a la habitación mami me dice.
—Camila quédate acomodar nuestra ropa en el closet, debo ir a trabajar —ella se va con la mujer rubia.
—Si mami —asiento con mi cabeza.
No es mucho lo que tengo que acomodar, pienso al ver las dos maletas.
La habitación es pequeña, hay una sola cama es grande, un tocador, un baño. Todo lo voy a tener que compartir con mi mamá.
Antes dormía en mi habitación sola, la cual estaba decorada de color rosado con muchas muñecas Barbie. Pero está habitación es pequeña, las paredes son altas y no tienen ventanas.
Horas después mi mamá regresó vestida con otra ropa, que se parece ha el uniforme que usaba la mujer rubia; que nos acompañó a la habitación. Es una falda azul y una camisa blanca.
—Camila tengo que trabajar, vamos al tercer piso ¿O prefieres quedarte en la habitación? —No, mami voy contigo.
Es impresionante... en la sala hay dos escalera en forma de caracol de color dorado, una hacia a la izquierda y la otra a la derecha los techos son tan altos, hay grandes ventanas que muestra una inmensa piscina. Subimos la escalera del lado derecho. llegamos a un pasillo pasamos por donde están varias puertas, floreros y cuadros.
Hasta entrar a una sala donde hay muchos muebles grandes, también cuadros y amplias ventanas ¡No puede ser! sonrió de la emoción cerca de la pared hay un piano de color blanco me acerco ha el.
—Camila no lo toques —le escuchó decir a mi madre. Mientras está limpiando unos cuadros con un plumero, me alejo y me voy hacia la ventana.
¡Que hermosa vista! pienso al mirar las fuentes de agua, muchos árboles, las montañas... de repente dos auto negros, se detienen en la entrada de abajo.
Del segundo auto se bajan unos cuatro hombres vestido de negro, uno de ellos abre la puerta del primer auto que llegó. Se baja un niño él está vestido con un uniforme del colegio tira el morral en el piso, le está diciendo algo a los cuatro hombres que llegaron atrás. El señor Diego se baja él era que estaba conduciendo el auto de dónde se bajó el niño.
Ahora también parece estarle diciendo algo al señor Diego, quién se mantiene en silencio mientras recoge el morral.
Ese niño voltea, por primera vez nuestras miradas se encuentran, el tiene los ojos verdes y su rostro resalta una gran frialdad, no se porque pero sentí miedo de él. Enseguida me aparté de la ventana.
...
—Camila Orellano —Presente. —le respondo a mi maestra.
Estudio en un colegio "solo para niñas'' mi padre antes lo pagaba, pero debido a que él murió. Mami, decía que no había dinero para que pudiera seguir estudiando, pero afortunadamente me consiguió una beca. Observo las gotas de agua caer por la ventana. Desde esta mañana ha estado lloviendo. Miro hacia el cielo... extraño tanto a mi padre, desearía que nunca se hubiera ido.
—Mami dice que él está en el cielo, que está bien allá con Dios.
...
Hoy es mi segunda noche en esta mansión y estamos acostadas mami trabaja mucho ya se quedo dormida. En cambio yo, no tengo sueño. Me levanto abro la puerta de la habitación. Subo las escaleras y voy al tercer piso. Quisiera volver a ver ese lindo piano blanco.
Cuando llegó al tercer piso, abro las grandes puertas con cuidado de no hacer bulla, la luz está encendida. Me siento frente al piano tiene todas la octavas completas, también un pentagramas.
Mis dedos se deslizan por el piano, comienzo ha tocar esa sinfonía de Beethoven que tanto me gusta, hasta que unos minutos después.
"Las puertas se abren de golpe"
—¿Quién eres tú? ¿Y cómo te atreves a tocar mis cosas?
Escucho gritar, a alguien detrás de mí cuando levanto mi cabeza es el niño que ví ayer en la tarde desde la ventana. Lleva puesto una pijama de seda color azul sin pensarlo me levanto y me paro frente a él.
—Soy la hija de Luisa una empleada me disculpo por lo que hice —respondo tan nerviosa.
—No quiero tu disculpa, si vuelve a tocar mis cosas tú y tú madre tendrán que largarse de aquí —su mirada parece congelar y su rostro denota enfado.
Bajo la escaleras asustada y triste, al entrar a la habitación lo hago en silencio. Porque no quiero despertar a mi mami. Me acuesto en la cama, lágrimas corren por mis mejillas. Nunca nadie me había tratado así.
A la mañana siguiente le digo a mi madre.
—Mami quiero que no vayamos de este lugar, no quiero vivir aquí.
—No tenemos a dónde irnos, por ahora debemos vivir aquí hija.
—Apúrate que se te hace tarde para irte al colegio —mi madre me está terminando de peinar me hizo una trenza. Luego recojo mi morral, le doy un beso en la mejilla y salgo de la habitación.
Estoy esperando el bus escolar, pasa a una cuadra después de la Mansión Besnier. Cuando miro hacia abajo está el carro negro que maneja el señor Diego, con otro auto negro tras de el. Él señor Diego al verme levanta una de sus manos y me da un saludo, con una sonrisa. Le devuelvo el saludo también moviendo mi mano.
Ese niño de anoche va sentado en la parte de atrás. Él solo me mira con esos ojos verdes que parecen congelar. Esquivo su mirada y sigo esperando el bus de la escuela.
La mañana en el colegio se fue tan rápido, ya llegué a la mansión. Estoy en mi habitación tan aburrida aquí. Solo hacer tareas y estar encerrada. Si tan solo tuviera un piano todo sería más motivador. Y de paso casi no salgo, es que no quiero toparme con ese niño; él me hizo sentir tan mal por tocar su piano.
Salgo de mi habitación, voy a la cocina a buscar un vaso de agua. Mami no está debe estar limpiando en alguna parte.
En la cocina está la señora Ofelia ella es gorda y pequeña, desde que llegué ha sido muy amable conmigo.
A diferencia de la señora Adelaida, quien es la ama de llaves, ella siempre anda... con cara de amargada.
—¡Camila, la niña hermosa ya llegó a la mansión! —exclama con una sonrisa la señora Ofelia.
—Hola señora Ofelia, vine por un vaso de agua —le digo mientras abro la nevera y sacó la Jarra.
—Camila te guarde unos bocadillos franceses, que siempre le hago al niño Ignacio son Macarons —ella me da una bolsita.
—Gracias señora Ofelia —le digo con una sonrisa.
Él niño que me miró mal desde la ventana, y me gritó por tocar su piano... Entonces así se llama...
"Ignacio, él es un grosero"
Salgo de la cocina justo cuando voy por el pasillo escuchó una voz.
—Detente ahí —cuando volteo es él, está vestido con su uniforme escolar. No sé por qué pero siento miedo.
—¿Qué quieres? —le pregunto nerviosa.
—Sígueme —me responde con frialdad, pero me quedo paralizada el voltea y me mira ahi parada.
—Te dije que me siguieras —yo no reacciono creo que estoy muerta.
Él me toma por mi muñeca y me jala.
—Vamos camina —lo dice con un tono más dominante.
—¿Pero a dónde? —le pregunto nerviosa, él ignora mi pregunta...
...
Autora:STEFI
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De nuevo le pregunté y me volvió a ignorar y de tanto que me jala, llegamos al tercer piso y entramos en la sala donde está el piano. —Siéntate frente al piano —le escuchó decir su tono de voz es autoritario. —No, usted dijo anoche, que no tocará sus cosas—respondo un poco nerviosa. —Olvida lo que dije y haz lo que te digo. Pienso será que él siempre habla así, con ínfulas de grandeza y con ese tono tan dominante. —¿No escuchaste? dije que te sientes, quiero que toques la sinfonía que estabas tocando ayer en la noche. —¿Después podré irme? —le preguntó tartamudeando. —Si, después podrás irte —está vez me respondió con suavidad. Me siento y empiezo a tocar, mis dedos se deslizan por las teclas como si fueran uno con ellos. Puedo oír el fluir de esa hermosa sinfonía que tanto me gusta y me relaja. Cuando terminó de tocar lo observo su mirada parece indescifrable. —Ya terminé joven Ignaci
Camila Horas después, ya estoy en casa después de bañarme me cambio me coloco un vestido blanco más abajo de mi rodillas con pepas azules y una zapatilla. Luego comienzo hacer mis tareas es de matemática, mañana tendré examen de eso. Un rato después bajo a la cocina almorzar cuando veo la comida no se que es. Pero igual me siento al lado de mi madre y como. En esta mansión mayormente cocina es platillos franceses. Tengo entendido que al joven Ignacio no le gusta comer otro tipo de comida que no sea la de su país. cuando son las tres subo a tocar el piano. Pero él no está, no llegó hoy. No sé por qué pero siento una tristeza en mi corazón. Tenías tantas ganas de verlo su presencia me agrada aunque se que su manera de ser es difícil. Las veces anteriores que he subido ha tocar para él. Se para en la ventana, con un rostro tan serio aunque también he notado un rastro de nostalgia ¿Quisiera saber en qué piensas cuando se para cerca de la ventana? ¿Y por qué sus cambios de animos tan r
Lo sigo y subimos por las escaleras al cuarto piso llegamos y nos detenemos en frente de una habitación dos puertas. El pone su mano sobre la pared parece ser un detector de huella, de repente las puertas se abren. Al entrar las luces se encienden solas, se escucha una voz que dice —Bienvenido joven Ignacio —parece la voz de una computadora, al entrar hay mesas de billar y de videojuegos. —Este es uno de mis lugares favoritos —dice con un pequeña sonrisa. Entró sorprendida porque nunca había visto algo así. —¡Wow! —exclamó con la boca abierta. —También tengo una sala de cines aquí adentro ¿Quieres ver películas? —¡No! ¿en serio tienes una sala de cines aqui?—exclamó emocionada. —Si, quieres verla o prefieres jugar videojuegos —lo dice como si fuera lo más normal del mundo. Yo no se que decir es que todavía estoy impresionada escucho una voz
¡Feliz cumpleaños a ti! ¡Feliz cumpleaños a ti! mi mamá y todos los empleados me están cantando cumpleaño. Ellos usan gorro de fiesta la señora Ofelia me hizo un pastel rosado y unos dulces muy ricos. Mamá me compró un vestido nuevo y los empleados me dieron regalos. Ceci me llamó en la mañana al celular de mi mami para felicitarme... mi tía Ruth también me llamó. Así transcurrió mi cumpleaños. Aunque todavía no he podido olvidar esas palabras del Joven Ignacio... Fueron como un calmante para mi dolor. Flashback Ignacio Besnier, me abrazó una mano la coloco en mi espalda y la otra sobre mi cabello. Mientras me decía: —Estoy aquí Camila llora todo lo que desees... No estás sola yo estoy contigo —su tono de voz es suave y sus brazos me hacen sentir segura y más tranquila. Era la primera vez que él me llamaba por mi nombre, lo decía de una manera tan tierna. —Antes de irme me dijo —Mañana quiero verte
Ofelia Es invierno, están cayendo la gotas de lluvia son gruesas. El frío que está haciendo afuera es fuerte. La visita de la señora Victoria Besnier, fue algo imprevisto. Aunque ella viene unas dos veces al año, había dicho que no vendría está navidad. Y no dijo el motivo, pero creo era porque estaba tratando de resolver ese asunto que tanto preocupa a esta familia. Pienso que entre cielo y tierra no hay nada oculto. Algún día, la señora Victoria y la presidenta tendrán que revelarle al niño Ignacio el secreto o los secretos, que ellas ocultan. Esta noche de lluvia y de invierno me recuerda ese día en la mansión de Francia. Él niño Ignacio lloró tanto... la muerte de su padre. Duró días sin comer, sin dormir, sin querer salir de su habitación. La pérdida de su padre fue muy doloroso para él. Dos semanas después de la muerte de su padre. Mando a llamar Adelaida y a mí. Nos preguntó que sí queríamos, venir a vivir a Nueva Y
Camila Diez años después uff, muchas cosas han pasado ya estoy en mi último año de secundaria. En una preparatoria que es solo para señoritas. Les cuento que el señor Diego parece estar pretendiendo a mi madre. La señora Ofelia sigue siendo muy amable conmigo y con mi madre. En cambio, la señora Adelaida continúa siendo odiosa, creo que nunca le voy agradar y no entiendo porque si no le hecho nada malo. Mi mama ahora es auxiliar de cocina en la mansión, eso es un alivio para ella porque le gusta mucho cocinar y le aumentaron el sueldo. ¡Ah! ¡Ceci, sigue siendo mi mejor amiga! Le gusta vestirse de negro, hacerse tatuajes, colocarse piercing y vive teniendo citas pero siempre le rompen el corazon sus relaciones tienden hacer muy tóxicas. Varias veces la he consolado cuando la lastiman. La abuela de Ignacio vive en Francia pero nos visita dos veces al año, es como otra abuela para mí. Ella me trata con mucho cariño me
Calló al oír eso ella tiene razón, a mi memoria vienen los recuerdos de ese día. Flashback Todavía recuerdo esas vacaciones de verano, tenía dieciséis y Ignacio dieciocho. Estaba haciendo tareas, cuando me llego un mensaje de él. * Pecosa, vamos con mi amigos a la isla privada de Elior. * ¿Cuando Ignacio? * El viernes en la tarde. * Preferiría no ir, no quiero hacer sentir incómodo a Elior. *Irás conmigo, tranquila que Elior ya lo superó. Me tardó unos minutos para responder, el me vuelve escribir. * ¡¿Responde Oh te comieron el táctil los ratones?! ¡¿Oh soy tan aburrido que ya te quedaste dormida?! * No sé Ignacio, no voy a ir. * No me gusta salir sin ti ¿Oh prefieres que invite a otra chica? Después no te quiero molesta si voy con alguien más. El sólo ver su mensaje y " pensar que va a salir con otra chica" me pone de malas. * Está bien voy a ir contigo. *
Camila Cuando me volteó lo miro es Ignacio, está sin camisa su cuerpo cada vez está más moldeado, el tiene abdominales muy marcados, solo carga puesto una bermuda verde que resalta sus hermosos ojos verdes... Su piel luce tersa, tiene unos hermosos tatuajes que decoran su brazo y pecho. Parece que se ha dado una ducha, tiene el cabello húmedo y por eso se le ve más oscuro. Se acerca a dónde estoy él es más alto que yo. Yo me levanto del piso rapidamente —Hola Ignacio —lo saludo aunque me provoca reclamarle, ¿por qué no me llamas y me escribes acaso ya no soy tu mejor amiga? ¿Qué te pasa? ¿por qué cambiaste tanto? Pero sólo lo pienso porque no tengo el valor de decírselo. —¿Cómo estás pecosa? —pregunta mirándome con una pequeña sonrisa. Se me acercó tanto que pude mirar su rostro claramente a pesar de la oscuridad él pone su... dedo en mi labio y lo pasa suavemente y su contacto están exquisitos y me trae... Recuerdos que quisiera poder borrar porque solo soy una tonta que cometi