Luego de ser abandonada por su prometido un día antes de la boda, Christie Swan decide reinventarse, deja atrás todo para convertirse en una mujer exitosa. Inevitablemente, desarrolla cierta animadversión hacia a los hombres, calificándolos a todos como patanes y mentirosos. Pero todo ese odio durará hasta que cierto empresario europeo llamado Stefano Graziani aparezca en su vida, se las ingenie para meterse en su vida, en su cama y la haga cambiar de opinión. Él es un hombre prohibido para ella, pero bien dicen que lo prohibido es lo más delicioso.
Leer más—¡Buenos Días Christie!— entra Glorita como un bólido a la habitación abriendo las persianas —Es lunes y aunque no quieras tienes que… ¡AAAAHHH! ¡Madre mía! ¿Por qué no me dijiste que estabas acompañada?— pregunta alarmada en extremo y con las manos en su rostro. Afortunadamente lo único que tiene Stefano al descubierto es el torso, el resto está debajo de la sábana.—Lo lamento Gloria, debí dejarte una nota o enviarte un mensaje, pero se me olvidó ¿podrías regresar luego? Necesito hablar contigo.—Cla-claro mi niña no hay problema— dice y procede a salir presurosa de la habitación.—¿A qué se debió tanta alharaca? — pregunta Stefano desperezándose.—Usualmente me cuesta levantarme los lunes por la mañana, por eso ella siempre
Al salir de la cita con el doctor Ramsay, Luciana y yo nos fuimos directamente a su casa, durante todo el trayecto estuvo completamente callada y sumida en sus pensamientos. Entramos a la residencia y la tomo del brazo para hacerla sentar en uno de los sofás de la sala principal. —¿Qué te sucede?— le pregunto cuando ya no puedo más con la intriga. —Estoy muy nerviosa, no sé cómo vaya a reaccionar mi padre. No quiero que piense que por el hecho de haber comenzado un método anticonceptivo saldré mañana mismo a estar íntimamente con Darryl o con cualquier chico. No deseo que me juzgue y crea que soy igual a mamá— por un instante sus ojos se llenan de lágrimas, pero lo disimula muy bien. —No te va a juzgar de eso puedes estar segura, solo sé sincera con él. Es lógico que se preocupe, es tu padre. Pero también debes hacer tu parte y mantenerte protegida. —Aun no estoy segura si quiero hacerlo, él me gusta, pero tengo miedo. —Escúchame bien, ni Darr
—Veo que eso de ser ansioso viene de familia— le digo colocando la mano en su rodilla para que deje de mover la pierna. —Lo siento, es que estoy sumamente nerviosa. —¡Relájate! El doctor solo te hará unas preguntas, te dará una charla y te prescribirá el método anticonceptivo más recomendable para ti. —Señorita Swan, ya puede pasar— me informa la enfermera. —Vamos— se levanta de la silla y puedo notar un ligero temblor en sus manos. —Buenas tardes Christie— saluda el doctor Ramsay —Veo que vienes muy bien acompañada ¿Quién es esta hermosa señorita? —Es.. —Soy Luciana, la hermana mayor del bebé— responde interrumpiéndome y dejándome en completo shock. —Luciana, que hermoso nombre y qué lindo acento tienes— ella se ruboriza y le da una sonrisa. —Si, ella es la hija de mi novio. Me acompaña el día de hoy porque quiere saber cuál es el mejor método anticonceptivo— le digo al doctor quien rápidamente capta mi mensaje
Un mes, eso fue lo que le duró el amor por su familia. Tal y como lo predijo Stefano, Marella rápidamente se cansó de jugar a la madre abnegada que vela por el bienestar de sus hijos y desea recuperar su hogar. Cierto día tomó sus maletas y se fue sin decir nada mientras sus hijos estaban en el colegio, cuando estos regresaron hallaron una nota en el refrigerador donde les informaba “que tenía compromisos ineludibles que reclamaban su atención y no podía seguir dilatando su partida”. Decir que Stefano estaba aliviado de no tenerla bajo su techo es poco, mientras que Luciana estaba decepcionada, puesto que albergaba las esperanzas de regresarse con ella a Italia, lamentablemente esos no eran los planes de su madre. —Mi niña, quieres una merienda antes de irte a la consulta con el médico— pregunta Glorita asomándose en la puerta de mi habitación. —Si, gracias— hoy amanecí con el ánimo por el piso, me siento sumamente cansada, tengo mucho dolor de espalda baja y
—No contestaste mi pregunta Marella ¿qué demonios haces aquí?— Stefano esta tan molesto que su rostro está completamente rojo y la vena de su cuello resalta, le tomo la mano en un intento por hacer que se calme. —¡Relájate querido! Harás que te de una embolia ¿Qué tiene de malo que haya venido a hacer una visita de cortesía?— le dije la bruja en su lenga natal. —Por si no lo has notado mi invitada quien por si no lo sabias es mi novia no habla italiano. —¡Qué Pena! ¡has bajado los estándares querido!— ¡qué cosa! Estoy a punto de darle una bofetada, pero luego veo la sonrisa burlona en la cara de su hija y se me pasa —no lo digo por ti cariño, no quieras dártela de importante— esto último lo dice mirando en mi dirección. —No se preocupe señora, nunca me interesé en estudiar italiano, sin embargo, aprendí español, francés y alemán. Pero como el destino es caprichoso me llevó a los brazos de un italiano— toma esto cariño. —¡Ay si! ¡Amor
—¿Hmm?— contesto la llamada entrante en mi móvil. ¿Quién demonios interrumpe mi sueño? Despertar a una mujer embarazada debería contar como delito. —¡Oh! Lo siento cara mia no pensé que estarías durmiendo a esta hora. —¿Acaso estás insinuando que soy una perezosa Stefano Graziani?— automáticamente mi sueño se desvaneció y fue reemplazado por una ira creciente ¿cómo se atreve a llamarme perezosa? Si ajá son las once de la mañana, pero ¿y eso qué? Aunque viéndolo de otro punto de vista jamás había dormido hasta esta hora a menos que me desvelara, sin embargo, eso no le da el derecho de llamarme de ese modo. —Christie, no me mal interpretes. Si no había llamado más temprano es porque temía despertarte, sé de sobra que las mujeres embarazadas duermen más porque se cansan mucho más rápido y por el exceso de hormonas fluyendo en su cuerpo. Debí haber enviado un mensaje en vez de llamar, pido disculpas por ello— aaww ¿acaso no puede ser más adorable este ho
—¿QUÉ DIJO QUÉ?— como siempre la escandalosa Alena no perdió la oportunidad de gritar a todo pulmón haciendo que muchos de los clientes voltearan en nuestra dirección. —Shhh… ¡baja la voz! ¿acaso no te das cuenta que la gente está volteando a vernos?— susurro irritada. —No tengo culpa que las personas que frecuentan esta tienda no pierdan la oportunidad de obtener un jugoso chisme, pero eso es lo de menos, no puedo creer que esa mocosa infernal te haya dicho eso. O sea, te trató peor que a una fulana, ¿Acaso no sabe que eres la dueña de la empresa? —No— respondo a la par que muevo la cabeza en negativa —ella debe pensar que soy alguna subordinada de su padre que simplemente lo está enredando para subir en la escala social, de otro modo no habría dicho esa sarta de tonterías. —Y ¿Qué piensas hacer? Porque esto no se puede quedar así, de ninguna manera, claro que no. Hay que planear la venganza perfecta— Alena está tan molesta que si le pinchan una vena
—¡Oh! Así que has decidido hacerte notar— digo mientras inspecciono el bulto que tengo en mi vientre, juro que antes no estaba ahí. Hasta anoche tenía un abdomen plano y una gran retaguardia —creo que te quedaste sin espacio amigo— paso la mano suavemente por la longitud de la zona abultada, no puedo creer que ya tenga cuatro meses. Pareciera que fuera ayer cuando me enteré que sería madre.Tomo la ropa que se encuentra sobre mi cama y casi entro en shock al notar que el brassiere me queda pequeño, al punto que mis pechos casi se salen, el pantalón no me cierra y la blusa mucho menos ¿en qué momento sucedió todo esto? Hasta ayer todo me quedaba a la perfección.Continúo probando una prenda tras otra hasta que encuentro un vestido veraniego que afortunadamente puedo usar con un blazer por encima. Creo que saldré de la oficina temprano para ir a compra
Baby, this is what you came for Lightning strikes every time she moves.And everybody's watching herBut she's looking at you, ooh, ooh You, ooh, ooh, you, ooh, ooh…Me remuevo debajo de mis cobijas, tratando de ignorar la música que anuncia una llamada entrante, pero mis esfuerzos son en vano, la dichosa musiquita simplemente suena una y otra vez.Molesta, extiendo la mano para tomar el móvil y saber quién ha osado a perturbar mi sueño.—¿Mmm?— contesto sin ánimo de pronunciar una palabra.—Buenos días cara mia, te informo que en este instante estoy entrando por la puerta de tu edificio. ¿ya estás lista?— ¿Qué demonios? Alejo el ofensivo aparato de mi oído para ver la hora, y el reloj muestra las 7:00 am.—Stefano, son las siente en