La obra no está dividida en capítulos, sino en crónicas. Algunas son largas y otras muy cortas, porque la separación atiende a los recuerdos de Erael, el protagonista de la historia.
Los nombres de los Cherub son enteramente ficticios —salvo el de Abraxas— y corresponden a la necesidad en particular de brindar un origen para los nombres de dioses, ciudades o criaturas del mundo antiguo (Rael=Ra, Yerichie=Jericó, Hieraco=Heracoesfinge).
La fecha del Éxodo judío es muy inexacta, en el caso de esta micronovela se situó un poco después de la batalla de Kadesh para dar realce a la “cacería Cherub” que emprendió Gabriel.
Aunque cuenta con referencias mitológicas e históricas de gran importancia, la historia de los Cherub es enteramente ficticia y en ningún caso busca herir ninguna sensibilidad religiosa.
Para alivio de todos, los lemmings en realidad no se suicidan; es solo un mito que surgió hace algunas décadas debido a una película documental sobre dichos roedores.
¡Gracias por leer Cherub: las Crónicas de Erael!
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Cherub: Las crónicas de O’lmechaak
Donde la batalla se traslada al México antiguo, específicamente en la cuna de la civilización en Mesoamérica: las tierras olmecas.