Capítulo 43

—Anaís... Nunca quise hacerte daño

El hombre suplicó una vez más, pero de algún modo solo estaba cabreando todavía más a su yerno.

—No te permito que la mires, no te atrevas a hablarla con ella —exigió Dante.

El hombre lloriqueó y negó una vez más apartando sus húmedos ojos de Anaís.

—Veamos... Te voy a contar el plan: te llevaré al sótano, te ataré y luego estrenaré un bonito látigo que acabo de comprar.

—Se parece tanto a su madre que no podía controlar mis deseos.

—No quiero saber cómo tú asquerosa mente llegó a crearte ese deseo. Sinceramente, me repugnas —lo interrumpió Dante.

—¿Qué puedo hacer para que detengas esto?

Anaís se arrodilló delante de su marido. El dolor que le estaba creando esa situación era insoportable, ella no podría vivir en paz el resto de su vida si ellos mataban a su padre en su nombre.

Con rapidez logró atrapar su cara entre sus manos y lo obligó a mirarla.

—Solo estás haciendo que mis heridas pr

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo