Capítulo 90: Te amo, Emily.
>>> Emily Robinson:
Sus labios se separaron lentamente de los míos, y mi corazón latía con fuerza, desbordando emoción. Mis manos acariciaban los rizos de su oscuro cabello, disfrutando de la cercanía.
—Nunca subí al vehículo —comenzó él a explicarme—. Me quedé en el cuarto de baño. Cuando la droga hizo efecto, porque sí la tomé para despistar a Erik Sinclair, yo ya estaba en el hospital. Uno de mis hombres infiltrados en la mansión aprovechó el escándalo para ayudarme a salir.
—¿Y el accidentado? ¿Fue uno de tus hombres? —pregunté, sintiéndome confundida.
—Sí. Pero no te preocupes, tanto él como el chofer sobrevivieron. Están gravemente heridos, pero tendrán el resto de sus vidas resueltas —dijo con frialdad. Era evidente que seguía siendo alguien radical y cruel, pero ya no valía la pena seguir molestándome por eso.
Tenía tres cosas claras.
La primera: Franklin Robinson no era una buena persona, y nunca lo sería.
La segunda: Estaba absoluta e irremediablemente enamorad