Capítulo 988
—¿Esperarme? —Luciana parpadeó, incrédula—. Pero te dije que no volvería.

—Lo sé. —Alejandro dejó escapar una risita baja—. Aun así quise esperar.

Señaló el antiguo reloj de pared—.  Mira, al final regresaste… aunque un poco tarde.

Ella bajó la mirada, la voz se le hizo casi un susurro.

—No… no hagas esto.

—¿No hacer qué? —preguntó él, inclinando la cabeza.

—No… —mordió su labio, algo turbada—. No me esperes de esa forma.

—¿No esperarte? —sus ojos se oscurecieron—.  ¿O… no tratarte bien?

“Esa pregunta es una trampa”, pensó. Luciana esquivó la emboscada:

—Hoy tengo una cirugía. Necesito dormir un par de horas. Déjame levantarme, ¿sí?

—¿Cirugía? —Alejandro frunció el ceño, preocupado—. ¿Sabías que operabas y aun así pasaste la noche en vela?

—Estoy bien. —Lo apartó con delicadeza y se puso en pie—. No soy la cirujana principal; entro como relevo y eso será al mediodía. Dormiré solo un rato.

¿Qué podía decir él?

Sabía que Fernando era crucial para ella; ponerse celoso de un hombre en coma
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