Capítulo 90- Ery Avery en Escena Parte 19

~Acto II -Palabra prohibida~

Cuando Cady está borracha es tan directa y honesta que me pregunto si sería buena idea tener una reserva de esa cerveza especial para interrogatorios. Es tan eficiente que le sacaría cualquier verdad hasta al lobo más discreto.

Me ha contado tantas cosas sobre ella, es tan divertida, espontánea, única... Escribe historias extrañas pero muy interesantes. Me pregunto por qué la llaman escritora de cuarta, no me parece tan mala idea una historia de suspenso con un final espeluznante como ese.

También había palabras extrañas que no entiendo, parece divertirle así que le seguí la corriente. Debería anotar todo para preguntarle al Dios entrometido después.

Entre la mucha información para una sola noche, me ha confirmado que es virgen aunque necesité que mi lobo y ese Dios Schadenfreude me ayudaran a traducir lo que me decía porque hablaba como si arrastrara la lengua.

Dice que no es guapa y que no es suficiente para mí en su mundo.

¿Por qué piensa eso? Con todo esto que conozco de ella me parece más de lo que merezco en realidad.

Luego me dejó besarla, ella me lo pidió  y me siento en las nubes de solo recordarlo, nunca había recibido tantos besos recíprocos suyos en una sola noche. Mucho menos me los había pedido ella misma como si fuera una súplica.

Después de contarme tanto que aún me falta tiempo para poder asimilar todo lo que dijo, finalmente soltó la cerveza y tuve que apresurarme para sostenerla antes de que su cara cayera contra la manta en el suelo.

Ella se quedó dormida en mi hombro y mi corazón daba mil vuelcos a pesar de que no era la primera vez que duerme cerca de mí. Escuché su respiración, estoy seguro que sonreí, mi pecho estaba lleno con una sensación cálida y algo en mi estómago revoloteaba.

Si desde antes creí que era linda... Ahora es sublime. Quisiera tenerla completa, tanto en cuerpo y alma para decirle sin ningún miramiento lo hermosa que es, incluso si se niega a escucharme.

Pero tuve que conformarme escudriñando a detalle por primera vez el rostro frente a mí. Las facciones de Candace son muy parecidas a las suyas, sus pestañas son largas y la forma de su rostro son casi iguales. Por supuesto, el cabello así como color de ojos es distinto y creo que ella es unos centímetros más alta.

Definitivamente sus personalidades son muy diferentes, pero la forma del rostro así como ciertas facciones son las de la mujer que vi en mis sueños.  

Acomodo un mechón de cabello con cuidado. Es tan hermosa que no me cabe tanta dicha de la pareja que me ha hecho la diosa. Es preciosa. No Candace, tampoco el cuerpo físico que apenas es la mitad de mi pareja, hablo de ese lado intangible que quisiera tocar al menos una sola vez en la vida.

Aquella mujer encantadora, divertida que al mismo tiempo es insegura y llena de defectos. La admiro porque a pesar de todo mantiene su convicción en alto siempre, se atrevió a pesar de sus fracasos a escribir más de 10 libros, todos ellos con el mismo corazón y entrega hasta el final. Ella cree que es débil y ordinaria, para mí es una joya sin pulir que sigue dentro de una mina de diamantes que otros confunden con una cueva. Es mucho más fuerte de lo que cree.

Desearía poder estar ahí esos momentos en que sintió soledad, tristeza y desesperación. Ser su apoyo y un hombro en el qué llorar hasta volver a levantarse y pelear contra el mundo.

Tal vez si yo hubiera estado ahí ella habría confiado en mí, tal vez sería a mi quien llamara su biblioteca de Alejandría y quisiera conocerme tanto como yo a ella.

Sería el primero en todo así como su primer admirador y también…

—Señor Eardwulf...

Mi corazón da un vuelco y mi interior arde por dentro queriendo salir y calcinar a ese hombre. Quisiera golpearlo, ese cínico tuvo los malditos hu3v0s de decirme que no se puede comparar conmigo, que ella volverá a él… Pero yo no deseo que regrese después de saber todo lo que le hizo.

Ni siquiera puedo entender por qué está presente en sus sueños o por qué le busca de manera involuntaria cuando mira hacia el horizonte. Incluso volvió a caer por él más de una vez después de decepcionarse tantas veces como sus recuerdos perdidos.

Milo dijo que si su corazón se dividiera también entre los dos podría tener la oportunidad de conquistarla e inclinar la balanza a mi favor.

Ahora no estoy seguro de eso.

Yo no quiero la mitad, lo quiero todo, a ella por completo.

Mientras tanto solo puedo pensar en llevar a esta mujer a nuestra habitación, no creo poder dormir en nuestra cama hoy, si dice el nombre de mi rival no podré contenerme. No después de todo lo que dijo.

—No te vayas, pareja.

Me detengo un momento y volteo. Cadence me ve con sus ojos despiertos y brillantes. Ojalá así fuera, pero reconozco sus ojos azules.

—No me llames así, Chiara.

Shawn gruñe y me regaña aunque se encuentra en un estado de embriaguez tal que apenas puede levantarse.

— ¿Te decepciona que no sea ella quien te lo diga? —Dice semi acostada apoyando su brazo en la cama con el otro brazo sobre su cadera y la mano fijaen su muslo como si quisiera seducirme.

—Si— Respondo sin pensarlo dos veces e ignorando sus intentos inútiles de llamar mi atención.

—Tiene razón Cady cuando dice que eres un m4m0n, pero descuida, ella también me agrada—Gruño cuando menciona el insulto que hasta mi lobo utiliza— A veces desearía que su alma fuera parte verdadera de este cuerpo así podríamos convivir como una pareja normal lobos y humanos.

Incluso yo deseo eso mismo.

—No deberías tomar el cuerpo deliberadamente sin permiso de su dueña.

—No es su cuerpo y lo sabes, Candace quien sabe en dónde esté y Cadence…

Se levanta de la cama y envuelve sus brazos en mi cuello. No me sorprende que sus avances no me hagan sentir absolutamente nada.

—Eso no te da razones para tomarlo. Incluso si es de manera temporal ese cuerpo es de Cadence ¿Por qué lo haces? —Intento alejar sus brazos pero esa loba loca tiene fuerza.

—Por nada en particular— Se cuelga más de mí— Solo quiero convivir un poco con mi pareja y, ya sabes… Decirle que me tiene descuidada ¿No puedes darme tu atención también, cariño?

—Estás borracha ¿no es así?

— ¡Lo estoy, ji, ji!

Maravilloso, ahora esta loba pervertida me va a querer hacer algo y no está Shawn en sus cabales para detenerla. Será mejor que pase la noche lejos de sus garras.

— ¡Oye, no te alejes! En realidad solo quería decirle algo importante a mi pareja.

—Lamento decirte que Shawn está indispuesto… él tuvo que resentir todo ese alcohol.

—Shawn no es quien sufre, pareja. —Se pone de puntillas con los pies descalzos y toma de objetivo mi cuello—Te diré algo interesante si me das algo de tu atención.

—No me toques.

— ¡Uy, me rompes el corazón! ¡Da igual, te lo diré de todas formas!

Chiara da saltos con el cuerpo de Cady (Candace) y se sienta en la orilla de la cama, luego me hace señas y golpea juguetonamente para que me siente ahí.

— ¡Descuida, no muerdo!

Dudo un poco, aún recuerdo cuando me pateó y atacó en la cocina.

— ¿Quieres saber más de ella o no? —Dice haciendo un puchero.

—De acuerdo, pero te advierto que no respondo con gentileza si intentas algo.

— ¿Yo? ¿Una simple y débil omega contra un gran Alfa?

Ella se ríe y chasqueo la lengua con desagrado. Ahora entiendo lo que quiere decir Shawn cuando menciona que no puede ver a Cady como su pareja, me pasa exactamente lo mismo con Chiara.

—Si me miras así me vas a congelar, brrrr— Ella se frota con los brazos imitando una fuerte ventisca— Bueno, no esperaba menos del frío y nada expresivo Alfa Ery.

—Ve directo al grano.

—Pero si eso hago, siempre has sido frío, un completo cretino… excepto con ella.

—Si eso es todo lo que quieres decir---

Chiara me detiene con fuerza por los hombros y se avienta sobre mí.

— ¡No eres el único que tiene un dilema, pareja! ¡¿Crees que Shawn y yo estamos conformes con este enlace a medias?! —Me toma por la fuerza subiendo sobre mí y siento los escalofríos recorrerme.

—Para el Alfa un error es imperdonable, pero Cady es un error incluso para ella misma.

— ¡No…la llames…error! — Empujo con todas mis fuerzas pero esa condenada loba es persistente.

—No la he llamado error, tontito. Es ella misma quien se cree que lo es.

¿Se cree un error?

—Así es porque el error de su vida siempre ha sido olvidar.

— ¿Te refieres a olvidar momentos específicos de manera repentina?

—No— Me detiene por los brazos— Olvidar quien es y lo que son todos aquellos a su alrededor.

— ¿Por qué eso sería un error? Todos ellos le hicieron daño---

— ¿Sabes cuál es mi poder, Pareja? —Tapa mi boca y la libera cuando termina su pregunta.

—Eres un lobo de fuego, quemas objetos.

Una sonora carcajada resuena con una voz más chillona como si fuera una niña.

— ¿De verdad creíste que mi poder solo se limita a “quemar” lo físico? Entonces no eres tan listo como creí, pareja.

***

Después de esa larga noche amanecí con una gran y poderosa cruda. Ni siquiera puedo ver la luz del sol sin que este me golpee en mi cabeza. Pero no es la resaca lo que me tiene más inquieto sino aquella conversación con Chiara.

—Milo ¿qué se puede hacer para que alguien recupere la confianza en sí mismo?

—No lo sé—Responde Milo con una voz seca evadiendo verme a los ojos.

— ¿Sigues molesto porque no te conté que debía embriagarme para la misión?

—No me molesta que lo hayas hecho. Lo que si me molesta es que hayas dicho que soy tu aliado pero continúas omitiendo y guardando demasiados secretos.

No es que quiera omitirlos, es solo que entre ese Dios desconsiderado y sus misiones extrañas no me dan tiempo de pensar en decírselo antes de actuar.

—Lo sé. No creí que me fueras a apoyar si te dijera que me iba a embriagar cuando eso está prohibido.

—Alfa, soy tu mano derecha. Incluso si no estuviera de acuerdo te acompañaría hasta ahí mismo y haría de guardia para que nadie los interrumpiera. Claro, después de eso pegaría un buen sermón... Pero no me molesta solo como Beta, como amigo me siento decepcionado de que no me hayas tenido esa confianza.

—No lo omití por falta de confianza.

— ¿Entonces por qué?

—Porque quiero estar a solas con ella.

¿A solas? Ni siquiera yo sabía que ese era mi deseo.

—Todo este tiempo solo he tenido una parte de ella, no solo porque su alma está en un cuerpo que cree prestado. También ella, solo me dejaba conocer un tercio de ella. Quería más, Milo.

— ¿Y creíste que no te entendería o estaría de entrometido haciendo mal tercio?

— ¡No, lo sé! ¡Serías más entrometido que una señora Potvin!

— ¿Señora qué?

—Luego te lo explico.

Milo chasquea la lengua con un “Tch” y me da la espalda nuevamente.

—Por fin obtuve algo que quería desde hace tiempo—Esta vez Milo voltea a verme incrédulo y con una mueca de disgusto.

— ¿Fuiste tan atrevido como para aprovecharte de la ocasión? ¿Borracha?

—No, eso es aparte. Me refiero a conocerla a ella, la verdadera Cady. Su lado más puro y vulnerable.

— ¿Y qué descubriste?

— ¡Que es preciosa!

A pesar de que la sensación de dolor zumbando en mi cabeza paso mi mano por mi cabello y no puedo evitar sonreír al recordarla.

—No sé por qué continúo preguntando a un bobo enamorado.

Entonces mi sonrisa se borra y todo se detiene a mí alrededor.

— ¿Qué has dicho?

—Que no sé por qué continúo...

—Eso no, lo último.

— ¿”Bobo enamorado”?

¡Carajo! Una cosa es que sea preciosa para mí, también que me guste mucho hasta el punto que siento como si pudiera salir flotando de la habitación. Pero... ¿Amor?

—Gustar, sentir atracción, querer a alguien y desearla es completamente diferente a esa palabra tan desagradable.

— ¿”Amor”?

—Ni se te ocurra repetirlo. Enamorarse es entregarse completamente, un Alfa no se entrega, los demás lo hacen.

—No entiendo tu absurda lógica.

—Es simple. Incluso si me gusta, nunca voy a darme por completo a alguien más. Nadie va por encima de mí ni siquiera una hembra.

—Alfa, a veces me pregunto si tienes conectada la boca al cerebro.

¿”Amor”?

No, ella me gusta mucho, podría decirle que la quiero pero de eso a llamarlo amor... El amor no es algo bueno, te vuelve un tonto y acabas entregando todo lo que eres. Mucho menos entregarme  a alguien que no puede darme siquiera un mañana porque ya ha dicho que se irá.

Esta mañana cuando amanecimos juntos, ella como había advertido antes de comenzar a beber conmigo hasta terminar la misión, no recordó nada.

Mentiría si digo que no me decepciona sin embargo entiendo su situación.

Desde mi ventana puedo ver a Cady entrenando con Hershey, ella también tiene una cruda fatal así que la esposa de mi Gamma parece estar pegándole un buen sermón.

Aunque sonrío mi risa se borra de inmediato cuando recuerdo las palabras de Chiara. Sobre su poder oculto y aquello que Cady desconoce de sí misma.

—Dirás lo que quieras pero esa cara de bobo no la tienes con nadie más.

—Vete a cocinar o hacer otra de tus cosas, deja de fastidiar.

—Voy a preparar sesos a ver si te sirven algunos…

Tiene suerte de que es mi mejor amigo, ya lo habría colgado por hablarme así.

<<Anoche me dieron entretenimiento de primer nivel. Sería una lástima si tomo tus recuerdos y regresas a ser un gruñón>>

A buena hora te apareces, Dios fastidioso.

—Buenos días a usted, Dios Schadenfreude —Milo se detiene y saluda cordialmente antes de irse.

—Ya te dije que ese Dios insoportable no tiene nombre.

<<Por supuesto que tengo un nombre, pero no mereces saberlo ¿Así me agradeces que te tengo consideración?>>

— ¿Entonces se elimina la misión?

<<No, solo la estoy posponiendo. Te daré una semana para lograrlo siempre y cuando continúes haciendo todo para entretenerme>>

— ¿Una semana para qué? —Mi Beta tampoco sabe quedarse callado.

—Ve a la cocina o lo que sea, déjame conversar con el Dios sin nombre.

Milo sale por la puerta sin olvidar cerrar y en cuanto escucho el clic del seguro le exijo a esa voz que comience desde el principio.

<<Eres un Alfa muy impaciente ¿sabes? Por suerte yo soy muy paciente>>

<<Te daré una misión más sencilla. Debes hacer que el huésped diga las palabras "eres el mejor">>

<<Pero no te emociones todavía, habrá reglas. La primera es que no puede decirlo como resultado por un acto sexual, debe ser por su propia cuenta desde el lado más sincero de su corazón. Tampoco puedes implicarle que quieres que te lo diga y finalmente... Debes conmoverme con ese acto>>

¿Y a eso le llama una misión sencilla?

— ¿Y cuál es el tiempo límite?

<<Dos semanas>>

— ¿Penalización?

<<No habrá penalización, solo tomaré el recuerdo que me debes>>

¡Claro, no la hay! ¡Solo va a tomar uno de mis recuerdos valiosos para su deleite de sembrar discordia! Además, si me da tanto tiempo es porque sabe que es una misión complicada.

<<¿Aceptas la misión?>>

***

En cuanto entro a la habitación sosteniendo mi cabeza lo primero que encuentro es a Cady sentada sobre la cama con las piernas abiertas y haciendo gestos mientras parece inmersa en lo que sea que hace con la pluma. Me sorprende que tenga una resaca peor con la mía y pueda sentarse como si nada.

Sus expresiones son graciosas y por momentos frunce el ceño. Ganando mi curiosidad por saber lo que hace, me acerco lentamente y me asomo sobre su hombro.

— ¡Oh, Alfa! —Ella salta en cuanto nota mi presencia.

— ¿Qué escondes?

—No escondo nada... Es solo, hace mucho que no escribo y soñé algo, entonces quise tomar nota para alguna historia nueva. No sé por qué lo hago si ya no trabajo para una editorial, Pero...

— ¿Puedo leerlo? —Le digo curioso por saber la razón de sus gestos graciosos.

— ¿Quieres leerlo?

—Si me lo permites, me encantaría hacerlo.

—Es una historia un poco diferente de las anteriores.

Cuando mis ojos comienzan a recorrer entre cada palabra, nuevamente me acaba de cautivar. Esta vez la historia es menos lúgubre y parece un pequeño cuento, es ligero pero divertido.

—Termínalo —Digo regresando el manuscrito en sus manos.

— ¿Eh?

—Cuando lo termines llévalo a mi oficina, quiero leerlo completo.

Sus ojos se iluminan aunque no sonríe siquiera un poco.

— ¿Qué? ¿Pensaste que tú Alfa no leía? —Digo con una media sonrisa.

Ella niega con la cabeza y sonríe ligeramente abrazando el texto contra su pecho.

—Aah, espera. —Tomo el texto de nuevo y con la misma pluma agrego unas anotaciones. —Esta parte podría mejorar si agregas esto y omites aquello, también creo que este personaje podría ser más...

Ella abre sus ojos a pesar de su apariencia desaliñada y las ojeras por los efectos secundarios de una noche llena de alcohol y desvelos.

—Agrega esos cambios si quieres. Es una buena historia.

Ella asiente en silencio y en cuanto toma de nuevo lo que ha escrito, hace algo diferente... Hunde su cabeza entre las páginas y veo como su rostro se ha puesto completamente rojo.

—Lo... haré... —Dice con una voz baja, muy baja.

Ese lado suyo también es muy lindo.

****

Después de eso, como si aquello se hubiera convertido en nuestro nuevo código secreto, cada vez que entro en mi oficina me espera algo más además de los pendientes que Milo deja apilados.

En mi escritorio hay una gran cantidad de papeles y papiros de piel, en cuanto leo las primeras líneas con su letra cuidadosamente escrita paso mi mano y sonrío.

Tras terminar de leer, ya tengo escrito algunas anotaciones y abro la puerta de nuestro dormitorio.

Cady está sentada en la cama y en cuanto me ve llegar, noto que se encuentra nerviosa.

—Terminé de leerlo.

Ella no responde.

—No estuvo mal aunque hay algunas mejoras que podría suge---

No puedo terminar lo que sea que pensaba decirle porque sus manos me han tomado por ambas mejillas y sus labios chocaron con los míos. La sensación es suave pero envía unas poderosas descargas desde mi cabeza hasta la punta de mis pies.

Como sé lo preciado que es este manuscrito para ella, no lo suelto por ningún motivo, ni siquiera cuando empujo mi cuerpo contra el suyo y le abrazo con fuerza devolviendo ese beso tres veces más. En el frenesí aumento la intensidad al iniciar el siguiente.

Por supuesto no me limito solo a tomar sus labios, mi mano libre recorre cada centímetro de su de su cuerpo sin soltar mi otro brazo de ella abrazando con fuerza hasta que ella finalmente se aparta.

Ella toma una gran bocanada de aire y sus mejillas están tan rojas que parecen arder.

Apenas puedo escuchar su voz que es suave como un susurro mientras me quita el texto de las manos y me empuja afuera de la puerta.

—Hare... Esos cambios… Entonces…

Sonríe tan leve que apenas podría llamarse así pero, estoy seguro, es la sonrisa más hermosa que le he visto hasta ahora.

Es tal mi sorpresa que ni siquiera puedo responder, todo sucedió en cuestión de segundos desde que me empujó hasta que cerró la puerta pero, por la Diosa, juro recordar cada instante y cada gesto como si hubiera pasado lentamente. Aún persiste la sensación en mis labios y creo que yo también tengo algo que quema en mis mejillas porque hace demasiado calor y arde.

Luego de eso camino como si estuviera dando pasos en el aire, mis piernas torpes me hacen tambalearme como si hubiera vuelto a beber esa cerveza extraña y debo sostenerme de las paredes por ratos. Por suerte mi cuerpo sabe llegar a su destino pero mi cabeza parece estar todavía divagando en lo que acaba de sucederme.

En cuanto abro mi puerta incluso olvido cerrar y camino hacia mi escritorio hasta poder desplomarme en la silla. Recorro mi labio inferior con los dedos, aún puedo sentir su calidez.

Beta Milo entra sin percatarse de que la puerta está abierta de par en par y viene hablando quien sabe de qué. Se acerca a mí y por un momento mi cabeza finalmente vuelve a tocar tierra firme cuando le escucho.

—Investigue secretamente que hay un remedio durante las crudas. Esto le ayudará a Luna si tiene otra vez la misma...

¿Por qué se ha quedado callado?

— ¡Alfa! ¡Sé que debe estar muy emocionado con su Luna pero...! ¡P-Por favor guarde eso!

En cuanto me señala veo hacia el lugar entre mis piernas y paso la mano por mi cabello con una risa seca.

¡Condenada Cadence, me ha puesto así con tan solo un beso!

Maika Maese

Se han besado demasiadas veces, pero algo ha cambiado en este último. El joven Alfa experimenta otra sensación nueva que aunque no puede describirla, no le es desagradable pero si un poco incómoda pues lo lleva por terrenos desconocidos. Próximo capítulo el Miércoles. Ya estamos cerca de llegar a lo que sucede al inicio del segundo acto, les recuerdo que todo esto sucedió en las dos semanas antes del asunto de las dos esposas que menciona Ery.

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