Capítulo 6.

Su vida ya no vale nada, por lo único que vive es por su hijo hermoso de cinco años que cada día se parece más a él. Volverían a lo mismo de hace cinco años atrás. Las vueltas de la vida, ahora tendría que volver a hacer la puta de Liam  otra vez.

Algo que pensó que se había acabado hace tres años después que se casaron, su vida volvía hacer la mía de antes, sentía que era un déjà vù.

Las veces que Liam  lo violó con su hijo en el vientre y ahora se repetía lo mismo otra vez, sólo que su bebe tenía un mes de estar dentro de él y eso lo asustaba. Aún recordaba cómo fue tener a su hijo la primera vez, tuvieron que ponerle anestesia para poder hacerle la cesárea.

Pero sonrió con emoción cuando despertó y vio una pequeña cuna a su lado.

— Creía que era esto lo que pedías esta mañana —dijo Liam, sacándolo de sus pensamientos.

— Lo siento. Es que estaba pensando en Jedward. Pero, gracias por sacarme de la casa —murmuró.

— No es nada, te lo ganaste —sonrió, pícaro, y Harry se sonrojó.

Estaban en un parque privado cerca de la zona de donde vivían. Liam  les indicó a sus guardaespaldas que se retiraran y que luego los llamaría si necesitaban algo.

Fue con Harry hacia los árboles y arbustos que estaban un tanto lejos de los demás. Se sentó primero y luego hizo que el menor se sentara entre sus piernas y luego colocó sus brazos alrededor de sus hombros y cintura de forma protectora.

Harry suspiró colocando su cabeza en el pecho de Liam.

— ¿Por qué suspiras? —besó su cabello.

— Por nada en especial, pienso que cambió entre nosotros —dijo sincero, logrando que Liam  mirara extraño.

— No cambio nada, simplemente somos una pareja de casados —dijo, simple, y Harry rió sin ganas. 

— No somos una simple pareja de casados y lo sabes bien —dijo con tristeza.

— Harry, siempre seremos una pareja normal, la única diferencia es que yo me dedico a la vida fácil, sabes bien que hago todo esto para que tú y Jedward tengan una vida mejor —le recordó.

— Sabes que eso no me importa. Por mi puedes dejar lo que haces —se encogió de hombros.

— ¿Sabes? Mejor dejemos esto aquí. No quiero discutir contigo otra vez, estábamos bien hasta ahora. No dañes mi día con tus cosas —le reprendió.

Harry se dio la vuelta para mirarlo a los ojos, colocó sus piernas a cada lado del cuerpo de Liam  y se acercó más a él. Sabía que era inútil discutir con él, era mejor llevar las cosas con calma.

— Te quiero hacer una pregunta —murmuró, bajando la mirada.

— Dime que te atormenta —tomó su barbilla para subir su mirada color esmeralda.

— ¿Desde ahora me tratarás como antes? —preguntó, tímido.

— No entiendo, bebe —frunció el ceño.

— Es decir, ¿Qué me trataras como en la escuela? —se animó a preguntar.

— El día que nos casamos te dije que te trataría mejor, aunque en estos días has estado muy desobediente, esa es la razón por lo que te castigo. Así que es mejor que no me lleves la contraria —besó sus labios—. Aunque no me molestaría que te vistieras a veces para mí, ya sabes cómo lo hacías en la escuela. Yo no pondría ninguna resistencia — acercó sus labios a los del menor para luego besarlos.

Harry jadeó pensando en separarse de él pero se dejó hacer se acercó más al cuerpo del Liam  cerca de su miembros logrando que el mayor gruñera en su boca. Sus lenguas hacían una danza de sensualidad única que ambos creaban a su manera.

Las manos intrusas de Liam  se colaron debajo de su camiseta de tirantes hasta llegar a sus pequeños pezones los cuales apretó un poco.

— Liam... —gimió el menor.

— Me tienes duro, bebé —mordió su labio inferior.

Harry no dijo nada, asintió y volvió a besarlo restregándose más encima de su miembro sacando otro gruñido por parte de Liam. Si tenía que ser así para poder huir con su hijo otra vez, tenía que comportarse de esa manera.

Se separó de los labios del mayor con una sonrisa de lado mostrando un hermoso hoyuelo.

Te amo —le dijo Liam, y estaba seguro de que si se lo hubiese dicho antes le creería pero ahora no está seguro de eso.

— Yo también te amo —dejó un casto beso en sus labios. De eso estaba seguro. Lo amaba como el primer día en que decidió volver por él.

— Siento lo que pasó anoche, sé que me comporte como siempre habías tenido miedo, de eso estoy seguro. Es que hay veces en las que me haces enojar de más —suspiró— Pero de algo estoy seguro es de que te amo demasiado como para dejarte ir otra vez —murmuró entre dientes.

A Harry se le hizo un hueco en el pecho, debido a la seriedad con la que habló el mayor, sabía que Liam  era de armas tomar.

— Tengo que decirte algo —pasó sus manos por los hombros de este.

— Dilo sin miedo —rió.

— Cuando fui a la clínica me hice unos estudios...

— Señor, nos tenemos que ir, hay una camioneta al otro lado del parque, se sospecha que hay alguien adentro y que nos está vigilando —dijo uno de los guardaespaldas, de Liam  totalmente agitado.

Liam  al escuchar eso se levantó de un salto aún con el menor en sus piernas, lo tomó en brazos haciendo que este enrollara sus piernas en su cadera y salir corriendo con él hacia donde estaba el vehículo que los había traído ese día.

Aún con Harry enrollado en su cuerpo entró a la camioneta negra y lo soltó.

La camioneta comenzó a acelerar hacia la casa de los Jackson-Hamilton, sin detenerse.

— ¿Estás bien? —preguntó Liam, quien tenía su cabeza en su cuello.

Liam  sintió como Harry temblaba encima de su cuerpo y su preocupación aumentó al máximo. Vio como el menor sacaba su cabeza y él frunció el ceño.

— ¿De qué te ríes?

—De… nosotros —siguió riendo.

— No entiendo —dijo confundido—, ¿Te estás riendo de una situación tan delicada?

— No es de eso —suspiró tres veces antes de hablar—. Es en la forma en que corriste conmigo en brazos es lo que le da risa, yo parecía un muñeco y tu un niño que no quiere que se lo roben —explotó, en risas, logrando que Liam  también riera.

— No me había percatado de eso. Aunque ahora que no pienso me da risa eso que hice —rió.

— Eres divertido cuando te lo propones —secó las lágrimas que habían salido de sus ojos por la risa.

El teléfono que Liam  usaba para comunicarse con sus guardaespaldas sonó en su bolsillo logrando que Harry diera un salto por el susto. Liam tomó el teléfono y Harry pudo apreciar que su rostro cambió, colgó el teléfono antes de mirar a Harry.

— Era una falsa alarma —murmuró.

Harry se bajó del regazo de Liam  y murmuró una maldición entre dientes.

— Llévame a la casa, Jackson —se cruzó de brazos.

Liam  dijo una medición en voz alta cuando vio a Harry cruzar el jardín que daba hacia la casa, miró todo el camino a sus guardaespaldas de forma asesina por dañar su día con Harry de esa forma. Ahora tiene una erección entre los pantalones que lo está matando y está seguro que Harry no va a querer hacerse cargo de eso ese día.

Fue directo a su despacho esperando que Michael llegara para poder hablar de negocios.

Harry por su parte, había visto a Michael desde que entró a la sala, lo tomó del brazo cuando vio a Liam  caminando con dirección a la casa.

— Hey, ¿Qué pasa? —le preguntó, cuándo estaban en la cocina.

— Necesito que me ayudes a escapar de Liam otra vez —soltó sin rodeos.

— ¿Qué? —preguntó, confundido.

— Que me ayudes como hace cinco años, por favor...

— ¿Qué está mal? —acarició su rostro.

— Volvió hacerlo, anoche lo hizo otra vez —susurró—. Tengo miedo de que me haga daño al igual que lo hizo cuando estaba embarazado de Jedward —bajó la mirada.

— Pero tú fuiste el que decidió volver con él, no puedes irte ahora —tomó su mentón.

— Ahora me quiero ir, bien lejos. No quiero que en algún arranque de ira por parte de Liam, me haga perder a mi bebe como casi lo hizo hace cinco años —sus ojos se llenaron de lágrimas.

— No otra vez, Harry —lo abrazó.

— Yo creía que no lo haría, que en verdad me amaba pero todo se fue a la mierda. Hace un mes y medio, antes de irse a Colombia, me di cuenta hace unos días de que tenía un mes de embarazo. Tengo tanto miedo. No sé qué pasó en ese viaje. Él llegó feliz ese día, pero después se puso agresivo, no acepta que Jedward juegue con Kayled, porque según él, no quiere un hijo maricón —lo abrazó con fuerza.

— Enserio, lo siento. ¿Cuándo deseas marcharte? —preguntó, después que se separaron.

— Aún no sé, pero ten todo listo. Debo esperar algunos meses antes de que Liam  vuelva hacerme eso, estoy seguro de que lo volverá hacer. Gracias por todo —sonrió a medias y salió de la cocina. 

Liam era un caso perdido, si Harry quería irse lo ayudaría cueste lo que cueste. Todo sea por salvar la vida del bebé que viene en camino, la vida de Jedward y Harry. 

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