El mundo no siempre es lo que esperamos y eso, Amelia Walton lo sabe muy bien. Tener una familia acaudalada no te excluye de tener relaciones disfuncionales, porque el dinero no es lo único que posee valor. Sin embargo, es muy cierto eso que dicen, de que aquellos que no piensan solo en dinero, es porque lo poseen. Así que cuando la necesidad apremia, debido a las restricciones de una madre estricta, las oportunidades deberán ser aceptadas sin pensarlo demasiado. Amelia nunca imaginó que un encuentro inesperado con un hombre mayor, interesante y enmascarado cambiaría su vida, al abrir los ojos con un nuevo día. Es a partir de ese momento que las reglas cambian y sus pobres experiencias inocentes son cambiadas por un mundo peligroso, lleno de adrenalina, diversión, pero también mucha incertidumbre. Un hombre en traje, un sobre en la mesita de un hotel y el tiempo, serán decisivos para ella.
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