Secuestrada.ES

—Debes cuidarte— recordó que le pidió su madre antes de morir. Vivía como podía, agitado escondido en una casa abandonada con un par de personas mas y en sus manos un arma— ¡Alguien nos delato!—grito. En su cabeza pasaron miles de imágenes, pensamientos que no quería tener y menos pasar el resto de su vida en la cárcel. No se daría por vencido, disparo varias veces y espera que una camioneta pase por él. Le señalan la salida—Ahí lo esperan, jefe—le gritan. Otra vez mas había estado cerca que lo atrapen, su cuerpo era un mar de miedo porque temía ser asesinado por los policías. Se ríe apoyándose en ese asiento de la camioneta—Eso estuvo cerca jefe—le dice el conductor. Asiste y respira agitado—Si, pero debo saber quien fue el soplon—dice dejando el arma abaj

Su labio seguía sangrando llegando hasta su cuello, nadie le había ofrecido nada para limpiarla y él se encarga. Escucha las quejas —Tienes que comer algo—la ayuda a sentarse.—No quiero tu comida porque seguramente tiene algo para que me muera— sostiene. Desde que estaba encerrada lo único que se la paso haciendo es defendiendo a su padre, él se quedó observándola en silencio por si también cubría a ese sujeto. Pero ella no era así, no conocía bien que hacia su padre y como de un día para el otro terminaron siendo millonarios. Tampoco comprendía cómo hizo para que pueda estudiar en una de las mejores Universidades del país y tener una vida llena de lujos. Cada tanto pensaba en que había algo raro, ahora pudo entender esa parte de su padre porque se rodeaba de gente poderosa y peligrosa. Intenta darle de comer, vario