Un asesino aburrido. Un policía centrado en su trabajo. Juntos se embarcarán en un juego que puede salvar o destruir muchas vidas.
Leer másEVELYN Han pasado veinticuatro horas y no se nada de Henry de manera que me armo de valor y voy a hablar con nuestra jefa la señora Jiménez. —Señora —le llamo después de entrar en su despacho— necesito unos cuantos hombres. —¿Qué? —me pregunta atónito de que yo se lo pida. —El inspector Albes está en una casa con el asesino de los juegos —le explico mientras me sentaba en la silla dado que él me lo ha indicado con un gesto. —¿Cómo es eso posible? —me pregunta sorprendido. —Recibió una carta para participar en el juego. —¿Y cómo es que no se me ha comunicado antes? —pregunta ahora cabreado. —El inspector
Están todos muertos, pero yo no, yo he sobrevivido pero no entiendo por qué. Hasta que recuerdo todo. —No —digo negándome a aceptar la realidad— no, no, no. Lloro desconsolado gritando por lo que me parece una eternidad hasta que cojo el arma y me disparo. ************************* 24 horas antes Estamos todos en la cocina bebiendo agua y comiendo algo cuando decidimos que lo mejor es separarnos para darme espacio para poder actuar y que me atrapen. Lo primero que hago es ir a por el puñal y me encamino detrás de la señorita Amapola, tardo bastante en encontrarle y cuando lo hago no puedo actuar debido a que se encuentra en el invernade
—¡YA NO AGUANTO MÁS! —dijo gritando con toda su fuerza— ¡Eres un monstruo!Había vuelto a discutir con el oso pero esta vez la discusión no terminaría en una pelea o alguno encerrado en su habitación, no, esta vez sería la última pelea.—Y qué vas a hacer pequeña rata —se rio el oso como si la rata no pudiese hacer nada.— HENRY —He dicho que no os mováis —nos vuelve a amenazar el hombre que es más bajo que la estatura media, moreno y fornido. No estoy para tonterías y mi paciencia se está acabando, aparte parece que el tipo no va a razonar, en razón de lo cual me lanzo a por él, le bloqueo la muñeca donde tiene el arma, le doy un puñetazo y lo inmovilizo en el suelo. —Viva por el inspector —dice Raquel sorprendida por lo que he hecho. —Está bien —le digo al desconocido al que tenía retenido en el suelo— tienes que calmarte o no voy a soltarte. Mis palabras no parecen hacer efecto debido a que el hombre sigue forcejeando así que tengo que estar un buen rato encima de él. Cálmate, ¿quieres? —le pide Iratxe alterada—CAPÍTULO 42
HENRYMe despierto tirado en el suelo de un pasillo, tengo el cuerpo agarrotado y la cabeza iba a estallarme, siento un dolor descomunal por la zona de los ojos. Se lo achaco al sedante que me ha debido de poner el asesino para dejarme fuera de combate.Cuando veo que estoy lo suficientemente estable, me levanto, empiezo a andar por el pasillo y me encontré con una habitación a mi izquierda, así que entro y al encender la luz me doy cuenta de que es un estudio. En las paredes alejadas de la puerta hay dos grandes ventanales a los que me acerco y puedo ver que estoy en una mansión.De repente me fijo en que hay un candelabro de época encima de la mesa que no pega nada con el mobiliario.—¿Qué narices? —me pregunto en voz alta, aunque
HENRYNo sé qué hacer con la carta de modo que después de pensarlo bastante decido enseñársela a Evelyn. Así que le pido que venga a mi casa para poder hablar de ello.—No estarás pensando en ir ¿verdad? —me pregunta preocupada después de leer la carta como unas tres veces.—He estado pensando —le contesté sinceramente— y creo que es una buena oportunidad para atraparle.Lo cierto es que es verdad, si el asesino está en el juego podría atraparlo y encerrarlo de una vez por todas. Sé que es bastante peligroso, pero merece la pena con tal de que no muriera más gente.—¿Y si es una trampa y si quiere matarte?
HENRYEstoy llegando a casa y cuando justo en la puerta me acuerdo que llevo un par de días sin abrir el buzón así que me acerco a abrirlo y me encuentro con que tengo una carta sin sello ni nada, subo a casa y nada más dejar las hojas del caso que he traído en el sofá, la abro y la leo.Querido inspector:Me complace comunicarle que le he estado siguiendo muy de cerca y me gustan sus habilidades, así como su paciencia y su voluntad para atraparme.Por ello quiero proponerle un trato.Como habrá usted descubierto los últimos asesinatos se han basado en el espléndido juego el Clueddo. Y déjeme decirle que los participantes ped&i
ASESINOQuerida señorita Zabaleta:Tengo entendido que usted es una famosa periodista de crímenes.En consecuencia le agradecería que investigara un crimen que la policía ha zanjado como un suicidio. Por mi parte yo no creo que sea así, de tal modo me complacería que usted viniese a investigar.Mi nombre es María Rosa Del Carmen y tengo 54 años, y me gustaría que investigase la muerte de mi querido hermano Manuel. Ambos somos o éramos residentes del pueblo Umbralejo de Guadalajara.Me gustaría mucho que viniera porque sé que mi hermano no se suicidó.
ASESINOYa he jugado unas cuantas veces al Clueddo y me estoy empezando a hartar de que al igual que pasó con los diez negritos nadie adivine quien soy.El juego está empezando a ser aburrido, de modo que tengo que pensar en una manera de mejorarlo sea como sea.Estoy pensando diferentes ideas cuando se me ocurre una espectacular.—Eso es —digo a la nada— invitaré a gente relacionada con los crímenes de forma que tengan más posibilidades de atraparme.Después de la gran idea me pongo a buscar personas que encajen con lo que quiero. Luego de estar un buen rato buscando, consigo crear la lista perfecta.Además de ello, me incluyo en ella