Capítulo 4 Los días pasaban y pasaban, salíamos a diferentes partes a realizar distintas actividades: cine, parques de diversiones, a comer, salidas familiares y muchas cosas más, en un parpadeo ya había pasado un mes, un mes en el que pude relajar mi mente y olvidarme por completo de los problemas de donde vivía, estaba lista para empezar de cero, estaba lista para volver a mi nuevo hogar, aunque seguía prefiriendo quedarme ahí y no volver, tenía un presentimiento inexplicable.—No quiero irme. —chillé mientras hacía un puchero— me quiero quedar aquí, puedo entrar a estudiar aquí.—No. —la voz firme de mi madre me dio a entender de que no había manera de convencerla. Todo estaba listo, nos despedimos de todos rápidamente y tomamos un tax
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