MICHELLEPaso las rejas, no puedo creer lo que mis ojos me muestran. Definitivamente, viaje a la época medieval. Suelos empedrados, casas de madera y mampostería, pequeñas callejuelas que nacen de la calle principal, la cual, es un tumulto de gente que no se detiene, la mayoría se reúne en pequeños bazares, donde venden distintos productos, extraños a mi parecer. Todos visten ropas extrañas. Las mujeres vestidos largos y plegados con mangas largas y coronas decoradas con flores. Los hombres, por otro lado, utilizan jubones y algunos andan en capuchas.Mi ropa desentona con el lugar, creo que estoy mostrando mucha piel. Ahora entiendo porque el guardia me miraba como bicho raro.—Llamas mucho la atención —comenta Thrall y noto un tono burlesco en su voz.—Mi ropa. Aquí se visten muy raro.—¿En tu pueblo no se visten como nos
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