Hoy he despertado más relajada, el juego de ayer me liberó de manera alucinante, me siento como nueva y con ganas de ir a por todas, Declan como siempre no sale de mi cabeza, tengo miedo que se convierta en una obsesión, realmente me preocupa que me haya enamorado de él como una tonta, espero y no sea así, porque si es así, voy a sufrir como nunca antes, amaría a un hombre mientras estoy con otro, lo típico que se vive en la realeza, no puedo con mi vida, se supone que yo iba a romper ese hilo de infelicidad. Lista y hermosa como siempre, voy al ascensor para ir a planta baja, Mateo ha de estar esperándome y yo de lo más tranquila. Al llegar veo al hombre con una cara de preocupación única, me acerco a él igualmente preocupada, él jamás deja de sonreír.—Buenos días Mateo, ¿Qué sucede? Le noto bastante acongojado. —Se mueve intranquilo y me mira bastante turbado.—Es mi esposa señorita, está mal, me han llamado de urgencia, es todo. —Cuando da un paso en dirección al aut
Leer más