Capítulo 5: Daño Colateral

LEVI

llego a mi oficina.

—¿Entonces? —Me pregunta Tobias, quien al parecer revisa su reloj con insistencia—. Siento que algo me ocultas, huele a problemas.

Este tipo es un imbécil, pero un buen abogado, una de las razones por las que es mi mejor amigo, es porque es la única persona que conozco del planeta, que no tiene alma como yo. Esa es la razón por la que nos llevamos tan bien.

Guardo silencio un par de segundos.

llaman a la puerta y casi puedo asegurar que se trata de la secretaria de mi abuelo, es una Sra. malcriada.

Joven Evenson —dice con un tono de voz casi tan molesta—. Su abuelo y hermano lo están esperando en su oficina.

Lo sabía.

Diles que no tengo tiempo.

Lo siento, me temo que su abuelo no está de buen humor.

Algo que compartimos los dos el día de hoy.

Es importante —dice para luego salir sin decir nada más.

Cierra la puerta a sus espaldas, dando un portazo, sabe que odio que hagan eso, aunque lo hace solo para molestar. Mi abuelo, sin duda, le da muchas beligerancias.

 

Tobias, permanece sentado frente a mí, con cara de póker.

 

Creo que violé a una mujer —confieso con lentitud—. No lo sé, puede que si lo haya hecho.

Al parecer mis palabras llaman su atención, ya que enseguida frunce el ceño.

—¿Crees o estás confirmándolo? —enarca una ceja con incredulidad—. Cuéntamelo todo.

Tengo imágenes vagas del momento, Clara… Esa m*****a arpía, juro que cuando la vea la voy a mandar al otro mundo —respondo cerrando los puños con fuerza, pensar que ella me había drogado, metiendo una sustancia tóxica en mi copa de vino.

—¿Clara? Creí que era solo una mujer superficial que no le importa nada más que las apariencias —añade Tobias con mirada fiera, nunca le ha agradado esa mujer, y bueno, ahora tenemos una cosa en común.

Es una bruja.

Como tu abogado, necesito más información, y sé más detallado, cada cosa es importante, te escucho —se inclina hacia adelante.

Recordar que esa mujer traicionera hubiera jugado sucio con ayuda de mi hermana, me enerva la sangre. Termino por contarle todo.

Ya veo —replica Tobias con una media sonrisa.

Tobias me mira fijamente, está estudiando mis expresiones, es como un maldito robot.

Conociéndote, supongo que tomaste medidas y te encargaste de las cámaras de seguridad del hotel, ¿cierto?

Por supuesto, sabes que no soy de los que dejan cabos sueltos, en cuanto salí de la habitación, le llamé a uno de mis agentes para que se encargara de borrar toda la evidencia.

Tenso el cuerpo.

Deja, me encargo yo.

[...]

Me voy —me dirijo hacia la puerta.

Suerte con el demonio mayor.

Se marcha, me quedo en mi despacho un par de segundos más, hasta que alguien abre la puerta sin llamar, la única persona que suele hacer eso, es la persona que más me cansa.

Nolan.

Mi hermano mayor me sonríe con altanería.

Hermanito, te estamos esperando —ironiza—. Ya sabes cómo se pone el abuelo cuando no estamos los dos cuando él nos llama.

—¿Acaso tienes un deseo de muerte? Toca antes de entrar —exijo.

Su expresión cambia a una más seria, no le temo, aunque la mayoría de los empleados lo hacen.

Andando —dice en tono duro.

Sale de mi oficina, odio que me quiten el tiempo, sin embargo, él tiene razón en algo, si el viejo se molesta, va a lanzarme sermones que no estoy dispuesto a escuchar, por lo que salgo de mi oficina y me dirijo a su despacho, par cuando entro, Nolan ya está sentado frente a él, Félix Carrier, el líder empresario más famoso al que todos temen.

Sus ojos verdes, muy parecidos a los de Nolan, me miran fijo, deja de firmar los documentos que descansan sobre su escritorio y sella sus labios unos segundos antes de comenzar a hablar.

Por fin llegas —dice.

Tengo cosas que hacer —respondo.

—¿Cómo qué? —bufa Nolan a mi lado.

No le respondo, es una pérdida de tiempo hacerlo, además, desgastar palabras en mi hermano, es el inicio para que entremos en una discusión que no va a tener fin.

—¡Silencio los dos! —exclama mi abuelo.

Le lanzo una mirada llena de advertencia a Nolan, quien a su vez intenta aparentar que es el fuerte cuando no lo es, solo es el débil eslabón al que el abuelo maneja a su antojo.

—¿Para qué nos has mandado llamar? —pregunto en lugar de seguir el juego de Nolan.

Mi abuelo carraspea, vuelve a acomodarse en su silla de cuero y nos mira a los dos con determinación desafiante.

Tienen que dejar de pelear entre ambos, son familia, hermanos, la misma sangre y carne —empieza con el sermón—. La apariencia de la empresa tan bien pulida, es lo que nos ha dado la riqueza, nosotros no nos metemos con nadie, no hacemos nada para perjudicar a las empresas que están dentro del mercado de la competencia.

Sonrío con malicia. El abuelo me observa serio.

Al menos no que se den cuenta.

Comienzo a desesperarme.

Como ya saben, en unas semanas dejaré la empresa en sus manos, uno de ustedes va a tener que llevar el enorme peso y responsabilidad de la empresa, así que ahora más que nunca, deben estar a la altura —se pone de pie con las manos hacia atrás—. Levi, te comprometerás con Clara Daanger, es hija de uno de nuestros socios más fuertes, su padre es millonario, invierte demasiado, la unión entre ambos es algo que todos esperamos, y al hacerlo realidad, no solo estarás fortaleciendo a la empresa, sino, a nuestra familia.

Me niego, sin embargo, no lo digo en voz alta, prefiero guardar silencio.

Recordé lo que me advirtió Tobias:

[...]

—Acaso vas a buscar a esa mujer! ¿Tratas de comprarla para salir de la m****a en la que tú solo te has metido?

Vete al demonio, no soy un imbécil como para caer en las redes de una mujer.

Si lo haces puede ser una salida fácil, es decir, te evitaría el problema legal.——él me miró por unos segundos, sacudió la cabeza.

Y que significa eso?

Ten mucho cuidado. por si los conspiradores te lo amenacen con tu reputación familiar.

Estás exagerando...

[...]

Tenso la mandíbula con fuerza, él tiene razón.

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