El regreso

En Hampur

La capital Costar es una de las más famosas por ser un lugar lleno de riquezas, de buena vida, magníficos negocios y allí acaba de aterrizar Rogel Batiosta. Vestido totalmente de negro junto a dos de sus mejores amigos, se desplaza por el aeropuerto. Tal parece un desfile de moda, son tan sexis que las personas no pueden apartar sus ojos.

—Odio que me miren así, como un maldito filete.

La carcajada de los otros se escucha al oír lo que ha dicho Rogel, este tan bien ríe. Y continúan su camino hasta llegar frente a un señor de unos cincuenta y tantos.

—Bienvenido señorito Rogel.

El muchacho lo encierra en sus brazos y golpea su espalda con una mano.

—Cada vez más viejo Alex, es bueno estar en casa. Deja de decirme, señorito, se escucha fatal hombre.

Todos vuelven a reír y el rubio del grupo se acerca más a ellos.

—Ro tiene razón pa, quítate esa m*****a costumbre.

—¡Seh! Más respeto jovencito, aún puedo noquearte sabes.

Lo abraza en lo que los otros sonríen.

—Yo también te extrañé pa y estoy loco por ver a la familia.

—Pues entonces vamos que nos esperan en casa. Sobre todo a usted señorito Rogel, el señor Batiosta, está ansioso por verte.

—¡Grandioso! ¡No puedo esperar!

Lo dijo con gran sarcasmo y el señor Alex solo negó, como diciendo que nunca iba a cambiar. Todos montan en el jeep negro que los espera y ponen rumbo hacia su destino, que luego de media hora aparece frente a ellos. Una enorme mansión abre sus portones para recibir a los recién llegados.

Rogel

—¡Ya están aquí!

La hermana de Fernando viene corriendo a recibirnos cuando cruzamos la puerta principal, siempre la he querido como una hermanita también.

—¡Wow! Maci estás enorme, que bueno verte.

Como si realmente hubiese pasado tanto tiempo sin vernos.

—¿Estoy hermosa no es así Rogel? —Pone los ojos en blanco y luego mira detrás de mí—. Ahora no tienes por qué seguir diciéndome que no Donal, soy toda una mujer.

—¡Maciel por Dios!

Fernando le grita, no sé ni para que, ella siempre ha sido así de directa ya ni sus padres le hacen caso. Ha estado persiguiendo a Donal desde que somos pequeños. Permítanme explicarle, de seguro están bien perdidos. Mi familia, como ya deben saber, se apellida Batiosta y es una de las más ricas en el país. No solo porque posee negocios de varios tipos, sino a causa de que hemos pertenecido al ejército por generaciones, pero eso es algo confidencial.

En cuanto al señor Alex, es la mano derecha de mi padre y cabeza de familia de los Crode. Estos han estado por generaciones trabajando para mi linaje y ahora su hijo Fernando continua la tradición, contiguo a su hermana Maciel. Para mí son como mi estirpe, pues su madre, Eli, ha ocupado el lugar de mi mamá, quien falleció cuando nací. Por eso son mis hermanos junto con Donal, un chico huérfano que me salvo la vida una vez y desde entonces mi abuelo lo trajo a la familia.

La verdad es que me llevo mejor con todos ellos que con mi propio padre, con el cual siempre he tenido roces. Supongo que es debido a la muerte de mi madre, aunque mi abuelo persistentemente me dijo que él no me culpaba. Era solo que le recordaba a ella y por eso le dolía. ¡Seh! Ahora que no está el anciano, no sé quién será el que actúe como puente entre los dos.

Volviendo a la escena, la cara de Donal está roja, la verdad es que a él siempre le ha gustado Maci, pero por respeto se ha mantenido lejos. Fernando lo sabe, solo que no quiere que ambos al final salgan heridos y él verse en el medio. Por suerte llega mamá Eli para poner orden y luego de abrazarnos a todos, nos ordena asearnos para bajar a comer. “Dios, como he extrañado la comida de casa”.

Tenemos la costumbre de cenar todos aquí como una enorme familia, así lo impuso el abuelo. Y me alegro porque si no hubiésemos sido tres tristes hombres en una mesa. No como ahora que hay una gran algarabía y todos ríen, llenándome el corazón. Hasta mi padre se ve más relajado en el momento, pero su rostro se endurece cuando me mira. Me hace señas de que vayamos a su oficina y lo sigo, a lo que continúa un total silencio en la mesa, todos saben que puede haber problemas.

Camino detrás y al ver su espalda me da nostalgia, no puedo evitar recordar a mi abuelo. Ya adentro me invita a sentarme mientras me ofrece un trago, cosa normal en esta oficina. Lo veo sentarse, poner sus manos sobre el escritorio al dejar el vaso frente a él y golpear con sus dedos índices sobre la madera. Sabe que eso me desespera y no tardo en explotar.

—¡Uf! Dilo ya, padre, por favor.

Se aclara su garganta y enlazando sus dedos me mira.

—Tu abuelo fue asesinado.

—¡¿Qué?!

Me puse de pie de una sola vez, la rabia me invadió al mismo tiempo que la confusión.

—Siéntate y cálmate, esto es, solo la punta del iceberg.

Lo miro fijo y acato su orden, me siento en el borde del asiento incómodo. Escuchar que mi abuelo fue asesinado ha sido un duro golpe.

—¿Quién?

Saca una carpeta y la pone frente a mí, la tomó y comienzo a ver fotos de un hombre alto, corpulento de unos cincuenta años, corte de pelo bajo entre negro y canoso. Usa espejuelos y posee bigote canoso, aquí dice que es un empresario llamado Amed Xaham y viene de Seobi. Es un país lejano que estaba en guerra hasta hace unos días, que los invasores lograron vencer y ahora están provocando una masacre total allí. Las personas huyen en bandadas, la cantidad de refugiados es enorme y no hay dónde acogerlos, es un desastre general.

Igual habla de que parece estar inmiscuido en actividades comerciales turbias, pero no ha podido probarse, es un tipo hábil. Es la competencia más cruda que han tenido nuestros negocios, por lo que muestran estos reportes. Mas, qué diablos tiene que ver con la muerte de abuelo.

Cierro la carpeta y miro a mi padre, espero su explicación.

—Él es el responsable de la muerte de tu abuelo, de alguna manera lo elimino en el hospital, pero desgraciadamente a quien tenemos, que sabe, le teme. Tanto que prefiere morir a nuestras manos que traicionarlo. Al parecer este tipo es como las ratas, está al tanto de como meterse en los lugares oscuros y que duelan. Toma a las familias de rehenes y amenaza con despedazarlas luego de torturarlas. Al ver su cara cualquiera pensaría que es una buena persona, pero es todo lo contrario, es un peligro y necesitamos contenerlo.

—Y que propones para hacer eso.

—Te he dejado jugar a los soldaditos por bastante tiempo, es hora de volver a lo tuyo, a dirigir nuestro imperio. Has hecho las suficientes conexiones con los importantes y te has paseado lo suficiente por camas de distintas mujeres. —Ese comentario me molesto mucho, pero no le reclamo por eso. Si supiera que no solo es una opción, sino más que eso; más, no le debo explicaciones ni puedo—:

>> Ha extendido una rama de olivo. —Lo miro tratando de que explique mejor, siento algo de nerviosismo en su persona y lo demuestra cuando aclara su garganta—. Tiene una hija a la que dice amar mucho. —Me pasa otra carpeta y la recojo aun mirándolo a los ojos—. Llegó hace unos días de Seobi con su hermana y madre, no pudimos descubrir nada de ellas. Al parecer borraron todo sobre su identidad antes de escapar como refugiadas de guerra.

Abro la carpeta y la chica que se presenta es preciosa, su pelo es castaño y lo lleva trenzado hasta la cintura. Ojos almendrados, color verde opaco, nariz pequeña y una boca que mejor no decir lo que pensé. Sacudí los pensamientos de mi cabeza y leí su nombre, Sahar.

—¿Y qué quiere hacer con su hija?

Devolví mi mirada a mi padre que ya estaba frente a mí y no sé cómo lo hizo, pero no lo sentí.

—Tendrás que casarte con ella por un año.

—¡¿Qué?! ¡Estás loco! ¡Pretendes concertarme un matrimonio arreglado! En que época crees que vivimos, no, me niego.

—Rogel… es la única forma de investigar que trama este hombre. Estoy seguro de que usara su hija para infiltrarnos, igualmente usémosla en su contra. ¿Es que no quieres averiguar qué pasó con tu abuelo y vengarte? —Otro golpe bajo, sabe que amaba y amo mucho a mi viejo, y claro que quiero al culpable en mis manos, pero no está bien utilizar a otra persona—. No pienses que esa chica es inocente, es indudable de que es como su padre si acepta un matrimonio así. Además, solo será por un año, después pueden separarse.

Me quedo reflexionando en que tendré que poner todo en espera y que un año pasa rápido, además de que ella ha atrapado mi curiosidad. Hagamos esto, apostemos al futuro para ganar y derribar los enemigos.

—Acepto, pero nada más con una condición.

—¿Cuál?

—No viviré con ella.

—Pero eso… como piensas investigarla si no estás con ella.

—Yo me encargo, tú solo déjale claro eso a ella y no le muestren una foto mía bajo ningún concepto.

Tomé de una sola vez mi trago, que me quemara la garganta, me relajaba y llenaba de fuerza para lo que vendría.

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