Capítulo 2

—¿Si, pero él tardara mucho? Verás…

—Eleanor – la miró – la paciencia es una virtud… sé que tus padres han estado así, por pocos años… entiendo que estés desesperada por tenerlos de vuelta. Pero si no te calmas, tendremos que ir a visitarte a ti al hospital. Terminaras volviéndote loca.

—Tienes razón… – bajó la cabeza.

—Mira a Neville, años tratando de hacerlo, despacio, paso a paso… y ahora ve sus frutos y se siente tan bien…

—Me imagino… a él le dolía estar sin sus padres. – De pronto la puerta de calle se abrió. Todos se dieron vuelta para ver quién llegaba, pero eran varias personas. Emerson reconoció enseguida a la abuela de su amigo…. Todavía tenía ese viejo sombrero oscuro con el que se la había visto siempre, y el bolso rancio del mismo color. Ella venía tomada del brazo de un hombre algo calvo, y demacrado, el señor Frank Moore. Detrás de ellos, una mujer de cabellos blancos, Alice, abrazada a su hijo. Aquí todos abrieron los ojos. Neville no se parecía en nada al joven que conocieran en La Universidad de Cambridge. Tenía una seguridad al caminar y un porte tan masculino… Emerson no podía cerrar la boca del asombro.

—¡Neville! – Sophie se levantó como si tuviera un resorte y salió en encuentro de su esposo. Este la abrazó sonriendo y le dio un suave beso.

—Hola Sophie – dijo cariñosamente – Veo que tenemos visitas — dijo mirando a todos. – ¡Buenas tardes! ¡Emerson amigo! – abrazó al pelirrojo y después a todos los demás – Realmente esperaba que tu… – dijo acercándose a Eleanor. — ¡Te apostaras en frente de mi oficina del hospital apenas abrieras el periódico! – la abrazó

—¡Neville! Yo…

—Miren déjenme presentarles a mis padres — Se saludaron afectuosamente. Todos los Rose se quedaron sorprendidos y esperanzados, al ver a los padres de su amigo, hablar normalmente, y mantener una conversación coherente. Al cabo de un rato, Neville habló — Bueno, disculpen, pero mis padres deben descansar… abuela, Sophie ¿podrían acompañarlos? — Las mujeres asintieron y se llevaron a los padres escaleras arriba. – Y ustedes – dijo mirándolos seriamente. – síganme por favor – Los hermanos Rose y Farrah se levantaron y siguieron a Neville hasta un despacho, en el que tenía una cantidad importante de libros… la mayoría según pudo observar Eleanor de plantas exóticas y medicina moderna, así como vieja… algunos que parecían ser de hacia siglos, y diccionarios médicos. – Ustedes dirán… — los miró.

—Neville… sé que has hecho un descubrimiento muy importante… y nosotros queríamos saber… cómo lograste…

—Eso no puedo decírtelo Eleanor – dijo sonriendo. – te imaginarás que lo que he descubierto es, sin error a equivocarme el mayor logro médico hasta ahora descubierto… hacer que la gente que ha sufrido un daño que parecía incurable, se recupere sin más signos que el paso del tiempo… — suspiró.

—Realmente no queremos saber los ingredientes, Neville – dijo Emerson – Queremos saber si cabe la posibilidad de que mis padres…

—¿Se recuperen? – todos asintieron – en un cien por ciento – Todos sonrieron esperanzados – Sin duda, sus padres… y déjenme decirles que los he visitado muchas veces… son especiales – Todos lo miraron expectantes – En verdad…

—Mis padres, están como los tuyos estaban… no nos reconocen…

—Pero tienen idea de quien es Carlisle. – Eleanor lo miró duramente. – Sí, he seguido el caso de tus padres, y me han comentado de sus cambios de humor cuando él, los visita… es un caso raro… y mira que no es su hijo…

—El caso es… – dijo Eleanor interrumpiendo bruscamente. – Si existe la posibilidad de que mis padres vuelvan a ser los de antes de… lo que les paso…

—Si, pero déjame decirte que decir posibilidad me ofende – ellos lo miraron. Él sonrió. – ¡es un hecho! La medicina es efectiva con seguridad – la rubia no resistió mucho y se abrazó a Neville. Este se puso colorado.

—Gracias, Neville no sabes los felices que nos haces…

—Gracias Eleanor… pero suéltame, mi esposa es algo celosa ¿sabes? – todos rieron, ella se soltó.

—Lo sé, es mi amiga… la conozco.

—Sólo tenemos que ver cuando podemos darles la medicina a nuestros padres… — Neville se puso serio de repente, cosa que hizo dejar de sonreír a todos.

—Bueno, eso es un problema… — Todos lo miraron. – Veras, mis padres no son los únicos en los que he probado la medicina… He experimentado con ratas y otros animales mamíferos para ver si el efecto era para todos por igual, y lamentablemente los ingredientes con los que la he preparado… ya no dispongo de materia prima. Lo siento.

—¿Qué problema puede haber? Sólo debemos comprarlos…

—Eleanor, si leíste el diario, yo he puesto a mi disposición mis honorarios para todos aquellos que quieran utilizarla… pero déjame decirte que los ingredientes…

—Por eso hemos venido – dijo Emerson – queremos ser parte de… eso. Queremos que nuestros padres sean parte de tu investigación…

—Bien…— dijo algo apagado— eso es bueno… pero aún sin mis honorarios, el tratamiento es algo caro…

—¿Qué quieres decirnos Neville? – dijo Farrah, ya que todos los hermanos al oír estas palabras enmudecieron.

—Es que… como les dije, ya no disponemos de materia prima para elaborar la medicina…

—Si – dijo Eleanor – y como yo te dije, podemos comprarlas…

—Eleanor – dijo tratando de que ella entendiera. – Mira, estos ingredientes, no se encuentran en cualquier botica… yo tuve que vender la casa de mi abuela para poder comprárselos a la tribu de Nepal en donde Sophie encontró uno de los ingredientes… una planta muy exótica, y como tal, casi a punto de extinguirse…

—¿Quieres decirnos, que no puedes realizar la medicina, porque es muy cara ¿Cuánto puede costarnos? – preguntó Ferdinand.

—Sé que esto puede ser algo…

—Neville, no nos importa tener que vender lo poco que tenemos… te aseguro que no escatimaremos en sacrificios, si de tener a nuestros padres con nosotros se trata… — dijo Emerson.

—Entiendo, muchachos, pero es… muy complicado conseguir una planta en especial. La flor exótica que tenía en mi casa, es fácil de conseguirla, yo mismo la he hecho reproducir y tengo una plantación considerable…

—Pero…

—La otra planta… la que compramos con Sophie en Nepal… es muy complicada conseguirla… hay una plantación en ese país, pero protegida salvajemente por una tribu y el gobierno de ese país, para evitar su extinción; y como hay muy pocos ejemplares…. Su precio es alto… demasiado cara a mi entender. Yo traté de reproducirla aquí… pero por alguna extraña razón, no he podido lograrlo… Sophie está investigando. Tal vez si tuviéramos la oportunidad…

—¿Cuánto? – dijo Eleanor – cuánto costaría ir allí y traer esa dichosa planta milagrosa? – lo miró.

—Si ustedes están dispuestos a aventurarse en esa empresa… tal vez podríamos quedarnos algún tiempo, analizando el suelo, para así poder reproducirla y evitar el encarecimiento de la medicina…

—¡Claro, lo típico ¿Para qué publican una cosa como ésta, si no está al alcance de todo el mundo?

—Eleanor cálmate – dijo Ferdinand, acercándose a su hermana y abrazándola – tal vez podemos costear… cuánto debemos darte para que puedas ir y…

—¿De cuánto tiempo estamos hablando para que hagas todo eso? –

—Bueno… de cinco a seis meses, en conseguir los elementos específicos… y tres meses más para la elaboración, y teniendo en cuenta que debe estar en reposo cinco meses…

—Mas de un año – suspiró Eleanor. — Al menos sabremos que papá y mamá estarán con nosotros para ese tiempo — miró a Neville. – ¿cuánto dinero necesitas?

—Bueno… según mis cálculos…— miró a todos nerviosamente – treinta mil euros. – los seis Rose y Farrah, lo miraron sin creer.

—Pero dijiste que donabas tus honorarios…— Dijo ofuscado Emerson.

—Emerson… Con mis honorarios serían cuarenta mil… — un silencio se apoderó de la oficina, sólo rompiéndose en la mente de Eleanor, quien se preguntaba con angustia, dónde demonios conseguirían tanto dinero.

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