CAPÍTULO 04

Me encontraba aburrida, eso de estar viendo pantallas era el trabajo más aburrido que podía existir.

Aproveché para sacar mi móvil y entretenerme en las redes sociales y juegos. ¿Quién iba a robar en esta gran empresa? 

—No sabía que nuestros empleados podían jugar en horas de trabajo. 

Di un salto en mi silla, solté mi móvil y este cayó al suelo. Fray Wolf, estaba en la puerta de brazos cruzados.

—Disculpe, señor, es que…

—¿Estabas aburrida? Lo sé, no tienes las mejores películas en esas pantallas. —Se acercó, tomó mi teléfono y me lo entregó—. Mucho gusto soy Fray Wolf. 

Extendió su mano y la tomé.

—Mucho gusto señor soy Circe Hall.

Me miró de manera detenida por algunos segundos, soltó mi mano y se recostó en la pared.

—Solo dime Fray.

Esto era muy raro, ¿Qué hacía él aquí? Estaba en el lugar más escondido de este edificio y Fray uno de los jefes de la empresa, estaba aquí conmigo.

—¡Circe! —el jefe de seguridad gritó mi nombre al mismo tiempo que ingresaba a la habitación. Su cara era de enojo, pero al ver a Fray, cambió por completo. —Señor, ¿sucede algo?

—No, todo está bien. 

—Si necesita alguna información yo soy la persona indicada para dársela, no ella. 

—Te aseguro que lo que necesito, solo me puede dar ella. Ahora vete, si no quieres que te despida y Circe ocupe tu lugar. 

El jefe de seguridad se sintió avergonzado y salió de la habitación. 

Fray enseguida empezó a reírse y yo le seguí. La cara del ogro del jefe de seguridad fue realmente chistosa cuando Fray le habló de esa manera. 

—¡Fray! 

Mi risa se detuvo de inmediato al notar que su hermano, el pervertido, mi jefe había llegado también a la habitación. 

Es que acaso hoy era el día para reunirse en esa cueva de lucifer y nadie me lo había informado. 

—¡Hermano! Me alegra verte. Estaba conociendo a una de nuestras empleadas, ¿ya la conoces? 

—¡No! —respondió de inmediato. Además de pervertido, era un mentiroso. 

—Pues te la presento: es Circe y es nueva en la empresa. 

Él solo asintió, ni siquiera un hola o bienvenida. Era todo un arrogante, ya que ni siquiera era capaz de verme a la cara. 

—¡Vámonos! Tenemos que hablar. —ordenó a su hermano. 

—Está bien, mucho gusto Circe, espero nos veamos pronto y disculpa a mi hermano Edón, pasa por un mal momento. 

—¡Fray, vámonos! —exigió de nuevo. 

Este hizo caso a su hermano y salieron de la habitación. Fray parecía un tipo agradable, pero su hermano era todo lo contrario, era todo un arrogante, mentiroso y pervertido. Era seguro que iba a agregar más adjetivos a esa lista. Desde que lo conocí tenía una mala impresión de él. Podía ser guapo, mucho más que Fray, pero su carácter borraba todo lo bueno que era físicamente. 

(...) 

—¿Es una broma? —inquirió mi amiga

—No, ya te dije que tus dos jefes estuvieron en la misma habitación conmigo. 

—Eres una mujer con mucha suerte, ya tienes a los dos detrás de ti. 

—Ninguno de los dos son para mi, sobre todo el tal Edón, es todo un arrogante, maleducado. 

—Pero es guapísimo…

—Pero sigue siendo arrogante… no me interesa y si Fray fue a darme la bienvenida con el fin de lograr algo conmigo, pues te aseguro que se llevó una gran decepción. Yo no soy para nada parecida a las chicas de esta empresa. 

—No te subestimes Circe, tú eres especial. Ahora apresúrate que vas a perder el bus. 

—No podré irme contigo, el insoportable del jefe de seguridad me ha pedido que me quedé un par de horas más. 

—Pero eso no puede ser. 

—Lo sé, pero no quiero que piense que no puedo colaborar, me quedaré dos horas hasta que llegue mi reemplazo, después tomaré un taxi. 

—Te cuidas amiga. 

Corté la llamada y dirigí mi mirada a las cámaras de seguridad, esta era la hora más interesante durante el día. Todos los empleados salían, tomaban su auto y se iban. Ví como Edon y Fray subían a su auto. 

Edon dirigió su mirada a la cámara de seguridad, su mirada me causaba terror, era como si él supiera que yo lo veía en ese momento. 

Cambié de monitor y seguí observando como todos se iban. Media hora después ya todo estaba vacío. Esperé el resto de las horas hasta que llegó mi reemplazo. Empecé a caminar, ya que olvidé que no tenía suficiente dinero para pagar un taxi. 

Decidí tomar un atajo y cruzar el parque, así mi camino sería más corto. La noche estaba siendo fría, me abracé a mi misma y apresuré mis pasos. 

El sonido del aire entre las ramas era lo único que me acompañaba. De pronto sentí una presencia extraña, vi una sombra correr delante mi. Me detuve de inmediato y miré a mi alrededor. Todo estaba oscuro, mi única luz era la de la enorme luna del cielo. 

Seguí caminando y esta vez escuché pasos detrás de mí, no quise ni voltear a ver, empecé a correr entre los árboles, ya conocía estos finales y a la chica nunca le iba bien. 

Nada me detuvo seguí corriendo como si estuviera en una maratón. Sentía mi corazón desbocado y mis pulmones quedándose sin aire. 

Estaba a punto de llegar a la salida del parque, cuando un enorme lobo blanco se interpuso en mi camino.

Me detuve de inmediato. Tenía una mirada furiosa, sus ojos rojos y su dentadura filosa —Lindo perrito, solo déjame salir… —pero cada vez se ponía más furioso. De un momento se lanzó hacia mí y no pude hacer nada, caí al suelo y el lobo encima de mí. 

Iba a morir, lo bueno era que nadie iba a extrañarme, además de mi amiga Ada. 

El lobo soltó un gruñido, lo que provocó que cerrara mis ojos e hiciera mi cara a un lado.  Lo extraño de todo esto era que tenía un olor extraño, no era animal salvaje, era más… ese olor lo había sentido en algún lugar, pero el miedo en esos instantes no dejaba que tuviera mis ideas claras. 

Escuché un aullido a unos metros, así que abrí mis ojos y vi como otro lobo también con sus ojos rojos corría hacia nosotros, empujó al lobo blanco, lanzándolo unos metros lejos de mí. El lobo negro corrió hacia el otro lobo e iniciaron una pelea entre ellos. 

<<¡Corre Circe!>> gritó una voz interna dentro de mí.

Me puse de pie y empecé a correr, esta vez nadie me detendría, pero canté victoria demasiado temprano, el lobo blanco volvió aparecer frente a mí. Retrocedí unos pasos, pero topé con el lobo negro. Esto estaba mal, ya no iba a morir por un lobo sino por dos. 

Cerré mis ojos, no podía terminar así, mi vida no iba a terminar de esa manera, aún tenía muchos sueños que cumplir. Escuché un par de gruñidos cerca de mí. Empuñé mis manos, tenía que defenderme, tenía que hacer algo para librarme de estos dos animales salvajes. Un calor empezó a recorrer todo mi cuerpo, la adrenalina estaba a mil en mi cuerpo. 

—¡Noooooooo! —grité y extendí mis dos manos, abrí mis ojos de inmediato y vi como los dos lobos eran lanzados varios metros lejos de mí —¡Wow! ¿Yo hice eso? ¿Cómo? 

Miré a mi alrededor, los dos lobos estaban otra vez de pie y se dirigían a mí, pero entre más se acercaban, esas figuras animales se desvanecen y se convertían en hombres, esto no podía ser cierto. ¡El pervertido y su hermano! Todo a mi alrededor oscureció, sentí mi cuerpo pesado y no pude resistir más, caí al suelo. 

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo