Capítulo 2

Volviendo a nuestro viejo Chevrolet. Trato de enviar lejos mis recuerdos, en este momento es un lujo que no me puedo dar, tengo la responsabilidad de mantener mi mente concentrada en la carretera, obedezco a mi madre sosteniendo una velocidad de 100 km/h.

Velocidad que me permite apreciar los detalles del paisaje por donde voy circulando. Es imposible no notar los majestuosos montes lleno de vegetación, me siento un poco preocupada. Por alguna razón empiezo a sentir que tal vez me perdí y voy a entrar al bosque que el hombre dijo que no entráramos.

-Tranquila Serene, has seguido todas la indicaciones que dijo Ma, además en todo el camino, no he visto ninguna desviación- Dejó escapar el aire que se me está acumulando en los pulmones por la tensión.

Cuando por fin veo civilización, las primeras residencias son pequeñas ubicadas a cada lado de la calle, entre más avanzo, hay más viviendas de mayor tamaño.

-Ma, Ma- Esta tan dormida que no me responde.

- ¡MAAA! - Le grito para que se despierte.

-Si, si, si como diga- La miro confundida. Mi madre trata de despertarse es evidente que está terriblemente agotada.

-Ma, llegamos al pueblo- Le digo a pesar de que mi madre está haciendo un esfuerzo sobre humano para abrir los ojos.

-Debemos buscar una tienda de productos naturistas ¡Oouah! Es la tienda de las tías- Me dice entre bostezo y su voz ronca por el sueño. Conduzco despacio observando los letreros. La gente del lugar no quita la vista de nuestro auto. Situación que me pareció extraña.

Por fin veo el rótulo que dice “El paraíso de la vida” Productos naturales. Una tienda esquinera bastante larga. A mi parecer bien ubicada porque esta sobre calle principal.

-Ma, será ese- Señalo donde está la tienda, cuando la vuelvo a ver notó que se volvió a dormir. Decido parquear el auto en una de las esquinas de la tienda, el único lugar disponible que no tengo que maniobrar para estacionar.

Salgo del auto llevándome las llaves y dejando la ventanilla de mi madre un poco abierta. Camino en dirección a la tienda, una mujer mayor me observa desde la esquina. Su mirada es tan penetrante que me da escalofríos, trato de ser amable entonces le sonrío y la saludo con la mano. Me ignora y sigue su camino.

¡Tilín! - ¡tilín!

La campanilla anuncio mi entrada, la tienda está bastantes concurrida, hay diferente estantes de productos de cuidado personal, cosméticos y un aparador completo de productos naturales para la salud.

Se acerca una mujer con una piel envidiable, voluptuosa pero muy hermosa, sus facciones son parecidas a las de mi madre excepto por su cabello que es pelirrojo.

- «¡Bien! debe ser una de mis tías»-Analizo para mí misma y antes que pueda hablar me dice.

-Buenos días. Preciosa. Bienvenida a casa- No puedo evitar abrir la boca de sorpresa. La mujer me sonríe para luego preguntarme.

- ¿Dónde está tu madre? - Dice mirando hacia afuera.

-Esta exhausta, se quedó dormida en el auto- Le digo en forma tímida.

- ¡OH! Mi pobre sobrina- Dice otra mujer, que por cierto no vi de donde salió. Su cabello es rubio, sus ojos son achinados con un azul intenso, su tez blanca mucho más delgada que la pelirroja.

-Lea, llevémosla de inmediato a la casa, deben estar agotadas por el viaje- Dice la mujer del cabello rubio. Guiándome con un leve empujoncito en mi hombro hacia la salida.

Margaret te encargo la tienda- Le dice la mujer de cabello pelirrojo a la mujer de gran colochera que está atendiendo.

Las guio donde deje el auto con mi madre dormida. Abro la puerta de copiloto y trato de despertar a mi madre

-Ma, MAA ¡Despierta! Aquí están las tías- La muevo para despertarla

- ¿Mmm? - Me dice tratando de abrir los ojos. Escucho de tras de mí.

-Adira, sabía que la estaban pasando mal, pero no me imagine a qué nivel, ¡Cielos, están casi en los huesos! - Comenta la pelirroja.

- ¡Oh mi niña ¿Por qué no nos buscó antes? - Dice la de cabello rubio.

-No importa ya están a aquí, ahora están bajo nuestro cuidado- Dice la de cabello pelirrojo.

Al escucharlas me percato de eso, hemos estado huyendo casi por años, nuestra prioridad nunca fue la alimentación, la mayor parte estábamos tan cansadas que aprovechamos para dormir y solo comíamos cuando de verdad nos sentíamos super hambrientas.

-Déjala dormir- Me tocan la espalda con dulzura- Tu iras conmigo. Adira llevará su auto a la casa. Dame las llaves- Me lo pienso por un momento y se las entregó. Al fin al cabo mi madre las vino a buscar porque confía en ellas.

Debo admitirlo en estos últimos años nos hemos vuelto muy desconfiadas, casi al grado de paranoicas.

Me conducen hacia una Chevrolet silverado azul metálico, este tipo de vehículo solo lo había visto en la poca televisión que he tenido acceso.

- «Será, que mis tías abuelas tienen dinero»-Pienso mientras trato de subirme a ella. Es bastante alta.

-Esta es mi bebé, hacia donde vamos se necesita un auto con mucha fuerza, ahora estoy preocupada por el de tu madre. Por suerte la parte más difícil del camino está a solo un kilómetro de la casa y Adira es la mejor conductora que conozco. Ella puede con el trabajo.

Al avanzar me sorprende lo grande que crecen los árboles en este lugar, había una sensación constante que nos observaban, incluso podía asegurar que vi pequeñas figuras moverse entre los arbustos y vegetación.

- «Debe ser el agotamiento que me están haciendo ver cosas»- Me digo a mí misma, llegamos a una zona que el camino es de lastre suelto con elevación. La camioneta se mueve bastante pero pasa sin dificultad.

Ahora estoy preocupada por el auto de mi madre, no lo creo capaz de pasar. Cuando llegamos inmediatamente después de estacionarse, nos bajamos para ver cómo va el segundo auto, me quede con la boca abierta con la habilidad de mi tía abuela, subió el viejo Chevrolet Sonic de mi madre sin dificultad.

-Te lo dije Adira Hotblood es la mejor conductora que ha existido- En su voz se percibe su orgullo por su hermana.

Cuando estaciona el auto me acerco para ayudar a mi madre. Estaba en cierta manera preocupada por ella, nunca la había visto tan agotada como hoy. Para mi sorpresa está bien despierta y con una gran sonrisa por la travesía que acababan de pasar.

-Ma ¿Estás bien? - Le pregunto preocupada.

-Ahora estoy super bien con esa barrita que me dio la Tía Adira, creo que puedo subir la montaña y regresar- Dice revitalizada.

-Vamos preciosas quiero mostrarles su nueva casa y en especial sus cuartos, porque en definitiva deben darse un baño- Nos dice la tía Lea. Por instinto las dos nos olemos las axilas y comprendemos el comentario.

La casa contaba con muchos metros cuadrados de construcción, en la entrada principal cuenta con un pórtico espacioso que cubre todo el frente de la casa. Tiene unas hamacas con bancos de madera de balanceo unidos al techo, con sus respectivos cómodos cojines estampados de flores, unas mesas rectangulares pegadas al barandal.

El recibidor es muy espacioso, la decoración es muy variada, hay unas plantas colgadas en trenza en cada lado de la puerta con listones rojos y morados.

Nunca había visto esto, por lo que me detuve a admirarlo.

-Sirve para que no puedan molestarlos los espíritus y seres indeseados. Tendremos tiempo para hablar de eso luego- Me dice la tía Lea.

Nos conduce primero al segundo piso. A través de unas escaleras rusticas. A mi madre le da la habitación que está a la derecha y la guía la tía Adira. En mi caso me guía la tía Lea, mostrando una habitación super espaciosa está ubicada hacia el izquierda, los ventanales que están abiertos, por lo que puede ver a lo largo la majestuosa montaña, al acércame al ventanal observo el basto bosque, la gran cantidad de vegetación con la que cuenta, el viento mueve constantemente las hojas.

La tía abuela me muestra que tiene un balcón amplio equipado con unas sillas y una mesita. Todo se ve nuevo, incluso pude notar una pequeña etiqueta en uno de los cojines de las sillas. Mi tía abuela se dio cuenta enseguida de mi observación.

-Apenas supimos que venía nos volvimos locas de alegría, así que decoramos todo para que se sientan tan cómodas, que no les dé ganas de irse jamás. De todos modos la sangre Hotblood siempre estará salvo en este lugar.

Por alguna razón todo mi ser sentía que ella tenía razón, este lugar tenía una magia que atrapa.

-Ven hermosa me imaginó que tendrás deseo de asearte- Me hace señas para que le siga a un amplio cuarto de baño. Tiene un mueble con butaca y espejo. Frente de este mueble está un armario con varios compartimentos en el centro un espejo de cuerpo entero.

-Yo lo escogí- Me dice emocionada -Me imaginé que te gustaría, como eres todavía una adolescente este mueble te sería muy útil. La tía abuela me muestra que tiene puertas corredizas.

-Tía ¿Sabe qué? Me encantada es el más hermoso que he visto- Le digo viéndome en el espejo, estoy hecha un desastre se nota mi pelo seco, enredado. Mi piel se ve opaca.

- «¡Cielos! ¿Cómo no me vi antes? Ya hubiera tomado cartas en el asunto»- Pienso mientras mi tía abuela me muestra los artículos de cuidados personal que hay en la repisa y el mueble.

-Te dejo sola no te preocupes por el equipaje cuando salga del baño, estará en tu habitación- Me dice saliendo inmediatamente después de decirlo.

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