3- Opciones.

Capítulo 3.

Opciones.

Ada.

Al menos pude salvar a este animalito de las manos de ese monstruo, pero no lo hubiese logrado sin la ayuda de ese hombre, es tan guapo pero un completo arrogante, debe ser un engreído por su apariencia.

¡Basta Ada!, deja de pensar en ese extraño, nunca más volverás a verlo. —Golpeo mis mejillas al llegar a casa, allí vivimos mi madre y yo, es una casa mediana. Mi padre viajó por trabajo a Europa, si no fuese por su trabajo no tendríamos esta casa, aunque últimamente nos dicen que no les está yendo muy bien, entonces decidimos rentar una habitación con salida al jardín, pero como vivimos solas, no hemos aceptado a nadie todavía.

—Hija. ¿Dónde estabas?. —Escondo al perrito en mi habitación, casi no estoy en casa, por ello no tenemos mascotas.

—Tuve clases de refuerzo en la universidad. —Respondo mientras de prisa cierro la puerta, voy hasta la mesa, la cena olía delicioso.

—Ada, tienes que salir a divertirte de vez en cuando, nunca te he visto con ningún muchacho, en mi época las amigas presentaban a sus amigos, no veo que Fátima haga eso. —Sonrió al escucharla.

—¡Mamá!, ya hablamos de eso, no tengo prisa por meterme en una relación, estoy bien así, trabajo y estudio, si el amor llega; pues bienvenido. —No pude dejar de pensar en ese hombre, ´por mi culpa le habían robado la maleta.

¿Y si allí llevaba el único dinero con el que contaba?.

¿Y si sus documentos los tenía allí dentro?

Tal vez venía desde una ciudad lejana , y quedó varado… —Mi remordimiento se hacía cada vez más pesado, para mi tranquilidad este perrito no era un llorón, bebió toda la leche del tazón y luego se durmió en su cajita acolchada.

Bruno…

Caminé demasiado, las casas a decir verdad no costaba demasiado dinero, con mi antigua vida podría pagar inclusive diez de ellas, pero mi poco dinero apenas me alcanzaría para rentarlas por dos meses sin incluir la comida, odiaba el lugar, jamás pensé atravesar esta situación, ni siquiera la mujer a quien amo me tendió la mano, ella conocía mis sueños y prometió acompañarme y apoyarme, pero al final de todo, no lo dejó todo por nosotros dos. Llegué hasta una banca, ya estaba oscureciendo cuando uno de los hombres a quienes consulté acerca de un lugar para quedarme me vió allí sentado.

—Oiga joven, al fin lo alcanzo. —El hombre ya mayor, respiraba agitado, me pongo de pie acercándome a él.

—¿Está bien señor?. —El hombre asiente, lo observo curioso.

—Si, recordé un lugar al que puede ir. Llamé a la señora Amelia, ella dispone de un cuarto, por quí no es seguro. —Cuando mencionó la palabra cuarto, terminé por rendirme, era mi única opción.

—Se lo agradezco. —Tomé la hoja con las anotaciones de la direcció, cuando llegué mis pies dolían, una mujer me recibió un tanto sorprendida, me observó de pies a cabeza; apenas y me saludó cuando se dirigió a la puerta principal de su casa, el lugar no se veía tan mal, inclusive contaba con un jardín no muy grande. Cuando la veo regresar, una persona familiar viene con ella.

¡Imposible!, es la misma chica quien me trajo mala suerte desde que tropecé con ella, doy media vuelta a fin de retirarme, otro lío más sería intolerable.

—¡Hola!, espera un momento, no te vayas. —La escucho acercarse hasta la reja del portón. — Entonces estás buscando dónde quedarte; déjame ayudarte como agradecimiento y disculpa a la vez.

—Mira, no es necesario, encontraré otro lugar. —Tomo las pocas pertenencias con las que me quedé.

—¡Espera!, no encontrarás nada a estas horas, y por aquí todo es muy costoso, al menos deberías aceptar quedarte hasta que encuentres un mejor lugar, supongo que quien ayuda a alguien en apuros, es buena persona. —La chica tiene razón, no encontré nada, estoy hambriento y cansado.

—Bien, lo aceptaré como disculpa. —La chica sonríe y va corriendo junto a la mujer, al parecer no deseaba que me quedara…

Conversación entre Ada y su madre…

—¡Mamá!, él me salvó de ser golpeada o algo peor por un hombre. —Mi madre queda boquiabierta.

—¿Cómo?, y por qué no me dijiste nada. —Toma asiento en el sillón del corredor.

—Es que ese malnacido quiso eliminar a un pequeño cachorro y yo… —Mi madre suspira mirando al cielo.

—Ada, te he dicho un sin fin de veces que dejes de meterte en problemas en los cuales puedes salir herida. No quiero saber dónde está ese perro ahora mismo. —Mi madre busca inquilinos, pero termina no aceptando a nadie.

—Mamá, además por mi culpa lo asaltaron, dejó sus cosas y fue a ayudarme, es lo menos que puedo hacer, además esa habitación está separada, y no se ve como un criminal. —Luego de un momento logró convencerla, a regañadientes acepta.

—Pero solamente unos días, prefiero a una inquilina antes que tener a un extraño bajo el mismo techo. Hija, tomé mi pastilla para dormir, no resistiré despierta; ve y acomódalo rápidamente. —La obedezco y me siento feliz porque puedo devolver el favor.

—Adelante, te indicaré el camino. — La chica, cuyo nombre olvidé, se ve feliz con mi presencia, de seguro planea seducirme, pero definitivamente no es el tipo de mujer que me gusta, además es demasiado acelerada y con nada de elegancia. —Bien, es una habitación pequeña, tienes un baño afuera, una cama y un pequeño mueble; serán unos pocos días, te sentirás cómodo.

—Muchas gracias. Disculpa, olvidé tu nombre. —Pregunto sin mirarla.

—Ada Castillo. ¿Y tú eres?. —Acomoda unas almohadas.

—Bruno. —No podía decirle mi apellido verdadero, lo relacionaría con mi familia.

—Necesito una foto de tu carnet de identificación, es por seguridad y algo necesario. —¡Demonios!, no puedo simplemente mandarle una foto de mi carnet de identificación.

—Supongo que se perdió junto a la maleta. —Ella hace una mueca al escuchar, mi idea funcionó.

—De acuerdo. Nos encontramos hace rato. ¿Quieres comer algo?. —No puedo creer lo que diré, pero acepté inmediatamente.

—Te lo agradecería. —La chica sale de la habitación, me acomodo como puedo en ese lugar tan pequeño, en pocos minutos llega junto a mí con unas empanadas al horno y jugo de frutas, me regañaba a mi mismo por sentirme tan feliz al ver algo de comida.

—Bueno, aquí dejaré mi número de teléfono por si necesitas algo, mañana mi madre te dará la llave de la habitación. Buenas noches. —Me deja un papel en el mueble viejo de la esquina.

—Te lo agradezco Ada. —Respondo y sin pensarlo mucho devoró los bocadillos— ¡Está delicioso!. —Mi hermano no dejó de llamar desde hace horas, finalmente contesté a su llamada.

—Bruno, te he estado llamando por horas. ¿Ahora piensas ignorar mis llamadas?. —Sigo comiendo.

—¿Y qué me dirás?, ya no quiero escuchar sermones. —Raúl del otro lado coloca una de sus manos en su cabeza, tratar con Bruno siempre fue complicado.

—El abuelo Gregorio, planea invertir en los negocios de cualquiera de nosotros tres, pero a cambio pide un matrimonio, dice que él se dará cuenta si es amor o no, fui a verlo el día de hoy. —Escucho sus palabras, aunque voy entendiendo lo que intenta decir, prefiero preguntárselo.

—¿Quieres que me case con alguien para obtener dinero del abuelo?. —Raúl no demora en responder.

—Es la única opción que tienes Bruno, ningún banco te dará dinero porque jamás has trabajado, y me enteré de lo ocurrido con Jimena; piénsalo bien. Necesitas mucho dinero para tus planes. —Apenas escucho su última oración.

—Agradezco tu interés, pero no haré tal cosa, solo pensar en una relación ahora mismo es imposible, además en el estado económico en el que estoy, ninguna mujer en su sano juicio aceptaría casarse conmigo. Esa idea es absurda, el abuelo se está volviendo loco, adiós y gracias por el dinero que me dejaste. —Bebo el jugo y aprovecho para darme una ducha.

¡Perfecto!, no hay agua caliente; necesito encontrar un mejor lugar en donde quedarme, Raúl no confía en mis aptitudes, esa idea es absurda, no debe ser muy difícil conseguir un primer préstamo o un inversionista para mi proyecto, en el cual debo trabajar antes de presentarlo a los empresarios. El agua fría no se sintió tan mal al final de cuentas, necesitaba pensar que es apenas el primer día, y este dinero no durará mucho, si me desespero ahora no alcanzaré mis objetivos.

“Casarme a fin de conseguir dinero departe de mi abuelo, y con una mujer quien él crea conveniente, es ridículo, nunca dejaré dejaré de amar a Jimena, es la única mujer en mi vida”

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