Un día en la vida de Penny

M****a, que cansancio tan horrible tengo y aún no he llegado al trabajo gracias a la espantosa cola interminable que tengo frente a mí de carros, camionetas, hasta ahí un puto camión de esos que llevan mercancía a las tiendas, no me jodas, me quede dormida el trabajo empezaba a las 8 de la mañana y ya son las 9... ¡Y SIGO ATASCADA EN LA BANDERA(1)! Si tan solo pudiera decir que estoy a la mitad del camino al trabajo.

Siento que el teléfono vibra como si fuera un malparido consolador, ese debe ser mi jefe llamandome para saber dónde estoy. Es en estos momentos en los que deseo que esos poderes de teletransportación de las series estas tontas que ven mi hijos y mi hermana fueran reales.

El bendito teléfono siguió vibrando como loco, pero ahí se va a quedar ni loca voy a sacar el teléfono en la calle, pasé 3 años reuniendo dinero solo para poder comprarlo, no le voy a dar el gusto a esos coño e' madres ladrones de llevarse mi teléfono, no señor.

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Logré llegar a mi oficina a las 10:30 de la mañana, mi jefe estaba sentado frente a mi hablando por teléfono sin dejar de mirarme con esos ojos asesinos, suplicó que me dé piedad desde el fondo de mi alma.

Tragué saliva en cuanto lo ví dejar su teléfono sobre el escritorio.

-Penny Blackhat. Llegaste como dos horas tarde el día de hoy, el horario sabes que es a las ocho de la mañana y son las diez. ¿Qué fue lo que pasó?

-Hubo una tranca, señor. Demasiado horrible, de pana.

-¿Y qué es lo que debemos hacer para evitar estos retrasos?

-Salir temprano de casa.

-¿Qué harás mañana entonces?

-Salir temprano de mi casa, señor.

El sonrió y luego comenzó a reírse.

Mi jefe es de una edad contemporanea a la mía, pero está bien gordo, parece un oso panda y cuando se ríe la panza le retumba como cuando agarras un plato lleno de gelatina.

-No puedo creerme la cara que pusiste. ¿Pensaste que de verdad te iba a despedir?

-Lo considere cuando vi tu expresión, si eres marico. No me des estos sustos.

-Sí, eres tonta. Trabajas para mí hace más de dos años, salimos a beber y todo. Hasta te espanto a los zamuros. ¿Qué más quieres?

-Podría ser que me subas el sueldo.

-No, no te subiré el sueldo. Sigues llegando con retrasos. Lo que puedo hacer es ponerte un transporte exclusivo para ti.

-Muchas, gracias. Señor Gao.

Él agarró su teléfono de nuevo y se retiró.

Suspiré aliviada. No me despidieron, tengo suerte de encontrarme un jefe tan bueno, lo único malo de mi jefe, es que es igual a mis hijos y mi hermana, es un... ¿Cómo es que dice Manuel que son..? Otoku, no, eso no era, otuko, no tampoco... otaku. Sí, eso mismo es un Otaku, a mi jefe le gusta ver anime, tanto así que cuando se estrenan los nuevos capítulos de alguno que ve, hasta apaga el teléfono para que no lo molesten. Que locura, pensé que personas que trabajaban en una empresa importante y eran así era solo personajes de televisión.

Encendí la computadora que tenía en mi escritorio para empezar a trabajar cuando escuché mi teléfono sonando, era el número de teléfono de mi hermana. ¿Le habrá pasado algo con los niños? A está hora ya debió de haberse quedado sola, mamá de seguro fue a trabajar y papá salió a comprar o a algo.

Respondí el teléfono.

-Aló(2).

-¡Mamá!

-Bendito seas Manuel. ¿Para qué me llames a estas horas llorando?

Al oír su llanto aumentar en volumen, supe que la cagué, aparte el teléfono de mi oreja y alce los brazos.

-Dios mío. ¿Qué más quieres de mí?

Susurré para que no me escuchará nadie en la oficina.

-Manuel, deja de llorar y dime que te pasa.

-Es... que... jiiiiiiin

No Dios, por favor no dejes que balbucee porque menos lo entiendo y mientras menos lo entiendo debo volver a decirle que le pasa lo que ocasiona que lloré aún más. Escuche como alguien le quito el teléfono a Manuel.

-Dame mi teléfono, Manuel.

Es mi hermana, gracias a Dios alguien que me dirá que sucede sin balbucear.

-Manuel está llorando porque Gregory le gritó.

Ya decía yo. Es que Gregory es tan testarudo, de nada se estresa y va y le grita al gafo de Manuel que lo único que necesita para llorar es que le digas algo.

-Pasame a Manuel.

Ella le pasó el teléfono a Manuel de nuevo que aún seguía llorando. Me preguntó de dónde sacará tantas lágrimas.

-Mira Manuel. No sé que te habrá dicho Gregory, pero si tu sigues llorando por cualquier cosita que tu hermano te diga te voy a tener que llevar al psicólogo. Así que deja de llorar o no te compro más merienda.

-Está... bien... mamá.

Habló entrecortado por que seguro no respiró bien para contestar por andar chillando. Colgué la llamada y me dispuse a trabajar. Este retraso hizo que se me acumularán más de 50 documentos que revisar cada uno con unas 80 páginas que debo leer detenidamente. Coño que horrible, mi hora del almuerzo la veo tan lejos y ya me está dando hambre.

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Salí del trabajo a las 6, estoy totalmente muerta de cansancio y lo peor de todo es que debo pasar a comprar pan o harina para la cena, me planteé la idea de comprar eso por aquí y renuncié a ella al recordar que debo subirme en la camioneta y que lo más probable es que me toque ir parada porque a esta hora sale todo el mundo del trabajo y no quiero tener que estar abrazando el pan contra mi para no darle golpes a los demás pasajeros con el pan, la harina es menos bultosa pero tendría que dar más vueltas por el centró para comprarla y está considerablemente más barata cerca de la casa, mejor compraré pan por la panadería que está cerca de la casa.

Hice mi fila para montarme en la camioneta que me llevara a casa, era una fila larga. No pues, toda Caracas vive para Valle-Coche, no joda. Me sobé la cien mientras esperaba. ¿Puede haber algo peor que esto?

"Sí, Penny, claro que lo hay. Sería peor trabajar por Plaza Venezuela y encontrarte a Bruno tomado de la mano con esa puta".

Gracias, Penny interna por recordarme esa desgracia con la que debo vivir a partir de ahora.

Siento que desperdicie los 5 meses que pagué la mitad de la terapia de parejas que Bruno me hizo tomar para un coño, para un culo porque eso no sirvió para nada, gasté más de lo que gano en el trabajo para que igual ese imbécil me pida el divorcio.

No me voy a volver a enamorar, en mi corazón solo vivirá Servando(3) por siempre, nunca debí desviarme de ese objetivo, debí ir hasta el edificio donde el vivía y instalar una carpa ahí para acosarlo hasta que se enamorará de mí.

Logré subir a la camioneta, por suerte me senté y con aún más suerte un hombre guapo se sentó a mi lado. ¡Coño Dios esto si es una buena compensación por daños matrimoniales! Verga esta bellisimo este tipo, tiene barba una barba de esas de candado tan varonil que le daba un carácter muy rudo, su cabello negro bien peinado y para rematar unos ojos verdes más bellos. Dios bendito ¿Cómo puedes ponerme tanta tentación de camino a mi casa? De paso seguro solo es un amor platónico callejero, todo un desperdicio.

Me baje en la esquina del barrio de Zamora que queda al lado del barrio donde está mi casa, yo vivo de nuevo en el barrio "La ceibita", lo bueno de este lugar es que tengo toda la calle que lleva a las escaleras antes de comenzar a subir al cerro llenó de pequeños abastos donde comprar comida, chucherías, quesos, jamón, huevos, bebidas, helados, hasta para sacar copias y de todo lo que te imagines, porque también hay un local donde venden sopa, hamburguesas y perros, también por las mañanas venden empanadas.

Compré el pan, una mantequilla y un kilo de queso, en uno de los puestos que acabo de mencionar.

Terminé de llegar a la casa y me encontré a Peter sentado en una esquina de la cama con los audifonos puestos, a Gregory con una tremenda cara de enojo y finalmente escuché a Manuel llorando en la sala tirado en el piso.

-Ahí a estado toda la tarde, dice que

no se va a levantar del piso hasta hacerse uno con el suelo. Si me lo preguntas a mí, ya se hizo uno con el piso. Cuando trata de levantar el brazo la piel se le queda pegada al piso.

-¡Rox, no seas rata!

Le dí un golpe en el hombro a mi hermana. Le agradezco que cuide a los niños pero si Manuel la escucha lo va a hacer llorar más.

-Ay, coño. Si me quitas el brazo ¿Con que cocino?

-Con las nalgas tuyas.

Le contesté molesta dejando mi bolso en la mesa que colocamos en el cuarto para comer y así poder ir a consolar a Manuel o a darle su coñazos(4) para que lloré con ganas. Ya veré que sucede primero.

-Manuel. ¿Qué haces ahí tirada en el piso? Te vas a ensuciar, además es de noche y si sigues ahí tirado te vas a resfriar.

-No.

-¿No?

-¡No!

-¡¿No qué?!

-¡No me voy a parar! ¡Nadie me quiere! ¡Tu te vas a trabajar, papá no está aquí y Rox solo se burla de mí!

Exclamó el niño chillón que Dios me dió como hijo. Ojala con la llegada de Manuel me hubiera dado más paciencia para calarme este comportamiento berrinchudo de él.

-Mira, Manuel. Primero: eres el menos indicado para decir que nadie te quiere, tus abuelas te tienen todo consentido, tu papá te compra cosas, yo te compro cosas y Gregory no puede despegarse una semana de tí, porque se pone a llorar como idiota. ¿Cómo puedes decir que no te quieren?

-¡¿Entonces por qué no te quedas conmigo?!

-¡Si yo no trabajo nadie más te va a dar comida! ¡¿Quieres que deje el trabajo y todos nos vayamos a morir de hambre?! ¡No! ¡¿Verdad que no?! Ahora deja de decir boberías y anda al cuarto.

Lo agarré de los hombros para levantarlo y no pude, m****a, este carajito esta gordo. Creo que todo lo que Peter se come lo transfiere a Manuel y por eso él esta todo huesudo y Manuel esta gordo.

-Manuel, ayúdame que no puedo sola contigo.

-¡De paso me dices gordo, mamá!

Y aquí vamos de nuevo, volvió a llorar porque le dije gordo.

A este paso soy yo la que va a terminar llorando.

-Yo te dije, Penny, te lo dije muchas veces. "No te pongas a inventar guevonadas(5), no busques peos" ¿Y qué hiciste tú? Viniste a traer tres peos benditos hechos por el monaguillo ese de la iglesia que quería ser un padre de iglesia y ahora es un padre de familia.

Tanto tiempo en el que mi papá podía pasar a decir sus ridiculeces y tiene que decirlas justo cuando más molesta y irritada estoy, coño de la madre.

-¡Papá, coño, no me estás ayudando!

-Ya va espérate. Dejame llamar a una grúa para parar al gordo del piso.

-¡Papá, no!

Cerré mis ojos muy fuerte, tratando de calmarme.

-Dios dame paciencia porque si me das fuerzas mató a los dos y sin remordimientos.

No sé que estaba pensando el día que le dije a Bruno que sí iría a una cita con el, ojalá pudiera regresar el tiempo.

1.La bandera: es la siguiente zona después de pasar El Valle, lugar donde vive la protagonista.

2. Aló: es la forma de saludar al responder una llamada en el teléfono en Venezuela.

3. Servando: es un cantautor famoso en venezuela. Hijo de Alí Primera quien también era un cantautor que se centraba en canciones de protesta social.

4. Coñazos: se usa para referirse a que se le dará golpes fuertes a alguien o algo.

5.Guevonadas: se refiere a hacer una estupides.

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