Dream – Lo siento, Emmi, pero por ciertas circunstancias debo dejarte a cargo–me expliqué con mi amiga de oficina. La pobre sería la encargada a partir de ahora de aguantar al imbécil.Había pasado una semana completa desde la última vez que lo ví en aquella habitación, y hubiera sido la última si no tuviera que recoger todos mis documentos y entregar una renuncia formal.–¿ De verdad vas a renunciar, Dream? ¿ No hay posibilidad de qué vuelvas?– me preguntó con lágrimas en los ojos.– Solo volvería si el Señor Wright me otorga el 5% de todas las acciones de Wright International. Sería la única forma en la que entraría a este lugar de nuevo– le sonreí burlona y me despedí.Cuando estaba abriendo la puerta de mi auto mi celular sonó.– ¿Sí?–pregunté con curiosidad. – ¡ Oye, incompetente! ¿ Qué fue lo que sucedió? Esa voz...era la loca del contrato de confidencialidad. –¿Por qué Lachli está saliendo con esa perra ? ¿ A qué está jugando esa estúpida? ¿ Eso pasò después de tener probl
Dream Dudé un momento antes de dejarlo entrar.— ¿Tienes miedo?– sonrío perspicaz.— Nunca–le respondí altanera–¿ De qué quieres hablar?–fui directa.– ¿ No me vas a invitar a sentarme?– arqueó una de sus cejas.– Adelante– señalé el asiento más incómodo pero chic de la casa. Para mi pesar se sentó como en casa. Maldito imbécil millonario.– ¿ Recuerdas a Sindy? – Eh– me hice la desentendida. Sonrió ampliamente.— Si, esa misma, la que mandaste al hospital hace poco tiempo.– ¿ Qué tengo que ver yo con ella?– me removí incómoda.– Nunca había visto a dos mujeres pelear como perros.¿ Qué habrá pasado? El chisme asomando a mi puerta.–¿ Así que viniste aquí como cobarde huyendo de dos mujeres?—inquirí con fingido pesar.– Te daré un 10% más.– ¿ Qué?– .– Escuché que volverías si te otorgaba un porcentaje de mi empresa. Pero eso es muy problemático, dime otra cosa que quieras.Lo sopesé un poco.– Mi única oferta es el 5% de Wright International.El susto se reflejó en su rostro.–
Lachlan <...Tengo que encontrar una manera de manejar esto con más soltura…»Aún me siento como un imbécil por la forma en la que me comporté en la noche de Luna Azul. Desde el momento que la ví solo pude imaginar sus rosados labios envueltos en otro eje que no era el mío, disfrutando como solo una omega lo puede hacer y haciendo cosas que no eran conmigo.Y sí, sé que soy el mayor idiota del mundo llevando a otra mujer conmigo, pero era la única forma de olfatear otro aroma que no fuese el suyo, después de todo solo le pagué a la actriz para que fuera mi acompañante, no podía ni quería estar con otra persona, no teniendo cerca a Dream.Siempre supe que estar con ella sería como estar en el cielo, pero después de saborear su boca en su apartamento y sentir lo apretado que era su coño en mis dedos, supe que probarlo una vez no sería suficiente.Tenía que llevar las cosas más lejos, y debía hacerlo pronto, ya que me pasaba el día pensando en ella, se infiltraba en todos y cada uno de m
Dream – Preguntaría cómo te ha ido tu reincorporación al trabajo, pero la respuesta está escrita en tu cara —dijo Moon, acomodándose en mi cama.—Ujum—negué con la cabeza, maldiciéndome en silencio por haberle mentido a Lachlan sobre que había fingido mi orgasmo. Ni siquiera sabía cómo se me había ocurrido mencionarlo, sobre todo sabiendo que él era un ser mezquino y que tomaría represalias pidiéndome que hiciera mucho trabajo «urgente».Sabía de sobra que en realidad él no necesitaba veinte copias del mismo informe cada hora, ni que me pusiera a reorganizarle las estanterías de su despacho. Sin duda no necesitaba ordenar los documentos que tenía sobre el escritorio, era el mayor imbevil de todos, como siempre digo.– Luna llena llamar a Sueño profundo, Luna llena llamar a Sueño profundo–Moon movió sus manos delante de mi cara, sacándome de mis pensamientos...¿ Puedo preguntar en qué estás pensando?– ¿ Qué crees?– le alcé una de mis cejas.– Joder, ¡ lo sabía!– saltó en el colchón
Dream Después de mi crisis nerviosa en el bar Moon me llevó a casa.Aunque me rogó para quedarse a mi lado le dije que se fuera. Conocía su situación, no podía dejar el trabajo y tenìa un jefe tan mezquino como el mío.Ahora me arrepentía de mi decisión.Enredada entre mis sábanas, aparentemente segura en mi habitación temblé con rabia.Apreté con fuerza las sábanas.Pensé que había superado esa situación, y hasta cierto punto lo creí, pero no fue así en lo absoluto. ... Al día siguienteMaldición.Por primera vez me quedé dormida en un día laboral y tengo mucho trabajo pendiente.Suspiré.Es difícil salir de casa y subir a mi automóvil.Primero contestaré mi celular.– Señorita Dream, ¿ dónde estás? – Ya casi llego, Emmi ¿ qué sucede? –Ah–suspirò–Es que siempre llega primero que todos nosotros, pero como hoy no fue así pensé que tal vez le había ocurrido algo.Sonreí al sentir verdadera preocupación por mí en su voz.–Tuve un pequeño problema por l
DreamCuando regresó a la habitación lo hizo más imponente que nunca, provocando, a mi pesar que mi sexo se apretara excitado.Eh.Me removí incómoda en el asiento.– Así que quiere que me mude con usted a su casa–repetí sus palabras un poco mosqueada y todavía sorprendida por su anuncio.– Exacto– hizo un asentimiento con la cabeza– No hay lugar más seguro que mi mansión, señorita Blackwell, el doctor mencionó que para superar el miedo tienes primeramente que exponerte a él, y en tu caso son las "poderosas ferómonas alphas"– señaló entre comillas, pero con un gesto serio.No estaba bromeando ni tratando de insultarme, solo confirmando lo que ambos sabíamos, aunque algo no encajaba. – ¿ Por qué quiere ayudarme?– inquirí con fingida vergüenza.— Es más barato en comparación con el 5% de acciones que pedías–me respondió sereno.– Entonces, ¿ está diciendo que seguirá vertiendo sus ferómonas sobre mí hasta que mis síntomas mejoren? –¿ Por qué no?– se encogió de hombros.– Vale, entonc
Dream Aaah.Me desperté con sobresalto.¡Iba llegar tarde al trabajo!En cuestiones de segundos lo recuerdo.Hoy es domingo.Suspiro con alivio.Ya que estoy despierta aprovecho para ir al baño, debo tomar los medicamentos e inhibidores que me dió el doctor Flynn.Cuando estoy a punto de salir me sorprende el silencioso pero educado mayordomo.– Buenos dìas– lo saludo con cortesía.– Buenos días, señorita, se levantó temprano.– Sí, pensé que iba tarde a la oficina– me reí de mi propia equivocación y él lo hizo conmigo.–¿ Qué desea para desayunar? ¿ Té o café? – Puedo hacerlo yo misma, no se preocupe–le respondo con vergüenza.– Yo me encargaré. – Tengo que hacer algo también, riccolino–hago un pequeño puchero con los labios, y le digo el apodo que le puse desde que supe de su ascendencia italiana aunque no tengo ni idea de que significa esa palabra– Necesito seguir haciendo algo–suspiro.– ¿ Quiere decirme algo?– arquea una de sus cejas.– Quiero ayudarlo– me encojo de hombros.–
LachlanDesde que Dream Blackwell estaba residiendo en mi casa no había un solo día en el que no pensara en hacerla completamente mía.Pero no podía, a pesar de mis instintos necesitaba mantenerla lo más alejada posible de mí.Era una hazaña épica considerando que hasta la perra de Brittany deseaba a mi linda omega.Me acerqué tan ensimismado a mi despacho, que casi me di la vuelta al ver quién estaba sentado delante de mi escritorio.Se trataba del señor Benedict y su esposa, quienes, como era de esperar, en lugar de haberse quedado en París esperándome, habían cogido un avión para reunirse aquí conmigo antes de la sesión que teníamos concertada.« Es una emboscada…».Se me pasó por la cabeza llamar a Dream para que se ocupara de esto. Se le daba mucho mejor que a mí lidiar con los juegos que se traían esa clase de personas mientras mantenía una cara seria. Por otra parte, cuanto antes terminara con esto, antes podría volver con ella a molestarla en su oficina.—Buenos días. —contuv