El Encuentro, Parte Dos.

Cecilia

Si les dije que detesto al hijo de mi jefe, y eso que todavía no tengo el disgusto de conocerlo. El único día que tengo para descansar a él se le ocurre llegar como Pedro por su casa cambiando todo el esquema en el que hemos venido trabajando durante estas semanas.

Afortunadamente los chicos no se dejaron amedrentar con sus palabras y llamaron al señor Juan Gotti, era el único que podía poner el orden en estos momentos. Yo estaba muy agotada y mis ánimos andaban por los suelos después de la conversación que tuve con la señora Anastasia respecto al padre de mi hija.

Apague el celular para que dejaran de molestarme un poco, necesitaba por lo menos un día para mí y mi pequeña que estaba pasando un mal momento. Mañana en cuanto llegará le explicaría al señor Gotti lo que estaba pasando; es una persona muy comprensiva y cuando toco el tema de mi hija se le ilumina la mirada.

Habla con Ivana como si fuera su abuelo y juntos son un caso perdido, tengo que intervenir para que pare de comprarle obsequios. Suficiente tengo con que me ayudara a conseguir una beca para que mi hija estudiara en uno de los mejores colegios de la ciudad.

Logan

 No puedo creer que mi padre acepte estos cambios en el resort, acaso no se da cuenta que puede perjudicar todo lo que ya se ha logrado. Hable con las personas a cargo pero resulta que no podían darme explicaciones por dos simples motivos.

Uno, yo no estaba a cargo del proyecto si no el señor Gotti, ellos solo respondían a las indicaciones que pudiera darles mi padre. Si había algo que decir o agregar entonces tenía que buscarlo a él para obtener una respuesta oportuna.

Dos, la segunda al mando de todo este cambio tampoco se encontraba en el resort, era su día de descanso y respetaban al máximo los días en que los compañeros descansaban.

Exigí a la chica que estaba en recepción que la localizaran a como fuera posible, no puedo creer que con todos los cambios que tenían encima se diera el gusta de irse a su casa a descansar; para eso se le estaba pagando y muy bien.

— ¿Qué paso con esa llamada que te pedí?

—Lo siento señor no puedo localizar a la señorita Cecilia de nuevo, al parecer apago se celular pare…

—Me importa poco lo que tengas que hacer, pero quiero a esa chica en este lugar en una hora. De lo contrario dile que no se presente mañana a trabajar y que pase al área correspondiente por su liquidación.

—Sí señor.

La vi que rodo los ojos a modo de fastidio, después me encargaría de ella por el momento necesitaba a la chica que mi padre había dejado a cargo para dejarle unas cuantas cosas en claro.

—Cálmate Logan, apenas estas llegando y ya estas metiéndote en problemas con los empleados de tú padre.

—No me pidas que me calme cuando el informe que vimos sobre el escritorio esta todo mal elaborado, eso quiere decir que tendrá serios problemas si se llevan a cabo tal y como están plasmados.

—De seguro hay una explicación para ello, creo que será mejor que hablas con tú padre y le informes que estamos en el resort. Sigo sin entender porque no quisiste llegar a su casa directo.

—Porque no se me da la gana, vine a trabajar y eso es lo que voy hacer el tiempo que este aquí. Tú puedes irte a divertir como siempre a donde quieras, no pienso detenerte por nada del mundo; eres libre de hacer lo que quieras.

— ¡Uf! Si hubiera sabido que te pondrías en ese plan mejor no vengo contigo. Tal parece que México te trae malos recuerdos, al grado de cambiarte el humor.

—Cállate y vamos al despecho a esperar que llegue la dichosa Cecilia.

—Rezare para que te deje plantado, total es su día de descanso y no puedes obligarla a venir y tampoco la puedes despedir nada más porque se te dio la gana.

Mientras caminaba de regreso a la oficina de mi padre con las manos entre las bolsa del pantalón, mire a mi amigo de reojos. No estaba diciendo más que la pura verdad, desde que aterrizamos mi humor se fue por las nubes; solo quiera ocuparme en trabajar y trabajar para no recordar lo vivido hace algunos años en estas tierras.

Apreté fuertemente los puños para contener un poco mi molestia, nadie se merecía mi mal humor. Por lo que pude apreciar el equipo de trabajo del resort es leal a mi padre, no quisieron brindarme más información de la que estaba a la vista.

Efectivamente no me conocían del todo y tampoco sabían las intenciones que traía.

Pensé dejar todo por la paz en lo que llegaba mi padre, pero al escuchar el nombre de Cecilia mi ira se disparó por los cielos. Todo lo que recuerdo es ese nombre, sé que es un nombre muy común en México y que lo escuchare muy seguido pero eso no impedía que me trastocara de esa forma.

Algunas cosas no tenían sentido, es como si estuviera hecho con los pies. El inicio se llevaría a cabo mañana, si quería tener algo a tiempo era momento de empezar; pase algunos documentos a Víctor para ver que lograba entender de ellos.

Nos tomó mucho por no decir toda la mañana para medio comprender lo que ocurría. Mi padre llego cerca de las dos de la tarde muy quitado de la pena, se sorprendió verme sentado en su lugar y con los papeles en la mano; al parecer nadie le informo que me encontraba en el resort.

Me dio mucho gusto verlo de nuevo, es una gran persona y con un corazón de oro que todos quisieran tener. Después de un pequeño interrogatorio de su parte nos invitó a comer.

En todo momento nunca se preocupó por el proyecto, al parecer tenía una fe ciega en esta chica llamada Cecilia, y eso me alteraba más de la cuenta. Intente tocar el tema pero el daba la vuelta a todo lo que preguntara. Víctor se encargó de poner la paz entre ambos como mayormente pasaba cuando estaba en mi papel de huraño.

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