Capítulo ochenta. Lo encontramos

Lo encontramos

«Bienvenida a tu nuevo hogar, querida Pía…»

«Querida Pía»

¿Pía?

Paula negó, intentó hablar, pero no pudo pronunciar palabra alguna. Su garganta estaba seca y lo único que salió de sus labios fue un gemido lastimero.

—No te angusties, estás en buenas manos —dijo el hombre.

Paula trató de enfocar su mirada de nuevo sobre el tipo, él tenía una barba bastante espesa, que cubría gran parte de su rostro; Paula podía jurar que lo había visto antes, pero no sabía exactamente donde, su memoria estaba confusa y los latidos alocados de su corazón no le permitían pensar.

—Sé que ha pasado mucho tiempo, querida, pero no creí que perdieras la capacidad de hablar al verme —sonrió.

Paula pasó la poquita saliva que tenía en la boca, la garganta le quemó a fuego vivo, ¿Qué era lo que le habían hecho?

La pregunta llenó de temores el corazón de la mujer.

—N-no soy Pía —susurró en tono bajo.

—¿Qué has dicho? —cuestionó el hombre acercándose a ella, tanto que Paula decidió cambiar sus palabr
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