3-Déjate ir

En la cocina se vieron frente a frente todos los Ángeles guardianes, no es que no se hubieran cruzado una que otra vez en la casa ,ni en la vida, pero ahora la unión entre ellos era por una causa muy diferente.

—Así que ya está todo decidido—dijo Andrómeda mirándolos a todos y como último a Orión.

—No es justo—balbuceó Nova.

—Son unos niños — dijo Indus el protector de Lucy que era el que más podría llegar a comprender a Nova que desahuciada miraba el piso queriendo aplacar el odio que sentía por Charles.

—Un momento....

¿ Dónde está Perseo?— dijo Andrómeda.

-—Todavía no está claro el destino del hijo más pequeño de la familia por lo cual Perseo no quiere despegarse de la cuna del niño.— aclaró Orión.

—¿ Cómo que no está claro? Entonces si podemos salvar a ese bebé podemos salvar a los demás, a Kevin incluso.—esas ideas todavía rondaban la cabeza de Nova que seguía en la negación de la tragedia que se debatía por explotarle en el alma.

-—No dije eso... concéntrate Nova.—deseaba que le prestaran atención, sino todo sería un caos—Tenemos bastante claro lo que va a suceder esta noche, pero por el libre albedrío no podemos saberlo todo.—ese pequeño espacio de duda daba esperanzas a ciertos presentes—Alguno de los humanos puede realizar una acción inesperada que puede cambiar el ritmo,el curso de las cosas.

El Alfa y Omega nos pidió estar atentos.

—Atento debiste estar tú.. antes de que Charles decidiera matar a toda su familia— le lanzó Nova con toda la furia.

—Shhh....Nova—le susurró Indus.

De repente por la puerta de la cocina Charles pasó con un arma en la mano y se dieron cuenta que la charla se había terminado.

∆∆∆

No pasó mucho para que se escuchara el primer disparo.

Karen,la esposa de Charles se encontraba en la cama, parecía que estaba dormida al recibir el impacto.

Andrómeda arrodillada a su lado la abrazada y rezaba de manera pausada.

Su muerte había sido inmediata.

Era el turno de Lucy según lo que se sabía. Èsta se había levantado de su cama.

—Tengo sed, papá— atinó a decir la niña.

De pie al lado de Charles, todos podían ver como Orión le susurraba al oído y le tocaba el hombro mientras miraba al cielo.

A simple vista parecía estar haciendo lo que podía.

Charles disparó , la niña recibió el impacto de bala y su sangre manchó los cobertores con dibujos de ositos de su cama.

Indus su ángel la atajó, y se dispuso a cantarle al oído su canción favorita mientras los últimos respiros salían de su pequeño cuerpo.

Charles revisó su arma por unos segundos, y no pudo percibir que Kevin se encontraba de pie detrás de él con Nova a su lado, por supuesto.

Era un niño muy inteligente porque rápidamente se dió cuenta de lo que sucedía.

Nova le susurraba que debía huir, que podría lograrlo.

Sin embargo Kevin no podía escucharla, y además parecía tener otros planes.

Tenía la imagen del charco de sangre que rodeaba a su hermana en su mente y mientras su padre destrababa el arma que parecía estar teniendo desperfectos, Kevin sorprendió a Nova cuando se dirigió en dirección a la puerta que daba al jardín trasero.

Lo había logrado, pensaba, podría salvarse.

∆∆∆

Pero el plan tomó un giro inesperado cuando Kevin ingresó en la habitación de su hermano bebé, Tommy, que estaba cerca de la puerta del jardín.

Perseo se encontraba de rodillas rezando, y se sorprendió al verlos ingresar.

Se puso de pie y observó confundido a Nova y al niño.

Kevin dejó a todos sorprendidos cuando rápidamente destrabó una de las puertas de la cuna, para sacar a su hermanito que dormía plácidamente sin percatarse de nada.

Con el niño en brazos se las arregló para abrir la puerta que daba al patio trasero sin hacer ruido.

Una gota de esperanza se esparcía en ese mar de tragedias y muerte, tal vez porque Dios había escuchado sus súplicas.

∆∆∆

Ya en el jardín Kevin se dirigió a la casita de perro que sus padres habían comprado para la futura mascota, plan que no había llegado a concretarse.

Cuidadosamente colocó a su hermanito adentro, todavía seguía profundamente dormido, eso lo mantendría a salvo.

Esta decisión fue muy acertada, ya que en la oscura noche, desde lejos no parecía que hubiera un bebé allí, y eso le daba tiempo a Kevin de buscar ayuda.

Besó su pequeña cabeza y le juró volver.

Levantándose de donde estaba, corrió lo más rápido que pudo hacia la cerca que dividía su casa de la de los vecinos, para pedir ayuda.

Nova solo sonreía, pero en unos segundos más sintió como la oscuridad recorría su cuerpo.

Al empezar a trepar la cerca, el niño sintió como una mano fría tapó su boca, bajándolo de donde estaba.

Mientras pataleaba para liberarse, Charles lo golpeó muy fuerte con el arma en la cabeza.

Kevin pegó un breve grito de dolor.

Junto con el grito de Kevin, se unió el de Nova.

Ubicándose junto a su niño herido, vió como Charles lo tomó y lo subió a la camioneta.

Perdía mucha sangre por el golpe, y esto hacía poco probable su escape.

Nova gritaba de dolor,por Kevin, por la familia, por ella, por el Mundo que se convertía en un lugar desolado si dentro de él podía nacer y habitar un ser como Charles, que era capaz de destruir la pureza y todo lo bueno de ese planeta.

En la mente del Ángel se repetían esas palabras:"acompañarlo", "no dejarlo solo en alma y en espíritu".

Podían arrancarle su cuerpo pero ella sería la guardiana de su alma que el mismo Dios coronaría de amor y justicia, en un lugar donde ya no existía el dolor para nadie.

Charles envolvió los cuerpos de su esposa e hija en unas lonas que había preparado.

—Tommy— susurró para si mismo

Indus miró a Nova y ambos pensaron inevitablemente en Perseo, que seguía junto al bebé.

Una vez más el asesino ingresó a la casa, tal vez para terminar su plan, pero se sorprendió al ingresar al cuarto del bebé y no encontrarlo.

Lo que Charles no podía ver era a Perseo, aferrado a la puerta que daba al patio trasero pidiendo misericordia al Creador, para su niño.

Charles hizo un primer paso en dirección al jardín, y el corazón de Perseo tembló.

El ruido de una sirena se escuchó a lo lejos, conmocionado a Charles, y volviéndolo un poco paranoico.

Recordaba el grito de Kevin al golpearlo, y tal vez lo vecinos también lo habían escuchado.

Debía huir no había más tiempo.

∆∆∆

En la camioneta, Kevin seguía sangrando mientras Nova lo abrazaba.

Había entendido a duras penas que solo iba a tener ese momento junto a él, que la escapatoria no iba a llegar.

Atravesarían ese infierno juntos, era inevitable.

Sentía por instinto que Kevin ya había entrado en la etapa de ensoñación.

Por unos momentos el pequeño abrió sus ojos, y clavó su mirada en Nova.

La estaba viendo por primera vez.

Sin miedo alguno por lo que veía logró decir unas palabras.

—Me duele mucho—dijo

Estaba poco claro que era lo que veía, tal vez la confundía con otra persona, daba igual.

—Lo sé cariño, cierra los ojos.

Descansa yo estoy aquí, y no me iré a ningún lado,para que lo sepas— le dijo con una sonrisa que se mezclaba con lágrimas.

Y así fue, el niño cerró los ojos y se dejó ir.

Aunque estaba vivo, sería la última vez que Kevin Greenshaw abriría sus ojos.

Charles subió a la camioneta y revisó a Kevin, con semejante traumatismo no despertaría, ni sería un problema.

Nova seguía abrazada al cuerpo de su pequeño humano, intentando que la misericordia se lo llevara lo más rápido posible sin pensar en nada más.

El señor Greenshaw encendió el vehículo, tomó la calle con dirección al bosque .

En una hora aproximadamente estaría allí.

Todos sus planes se habían concretado, todo lo que había repasado en su cabeza, una y otra vez.

Aquello que había pospuesto ahora era una realidad, que por fin pudo calmar su sed.

Se sintió abrazado por la plenitud, el Mundo era para él un lugar diferente.

Lleno de posibilidades, incluso sabores nuevos.

Tan satisfecho estaba que ni siquiera recordaba la pequeña víctima que había logrado escapar de sus garras, casi como un milagro.

Pero ese milagro tenía nombre, Kevin.

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