Tatuaje

Abrió la puerta de su departamento y entró. Al hacerlo, unas manos cálidas rodearon su cuerpo, sorprendiendola al intante.

- Estaba preocupado por ti ¿Dónde estabas? – preguntó Miguel, su voz sonaba angustiada, desesperada y preocupada. Tenía ojeras y un rostro deprimido.- Ashley, responde. - volvió a decir.

Ashley lo miró con odio, lo apartó enseguida y le dijo con una voz dura y firme.

- Vete, no te quiero ver ¡fuera! –  señaló la puerta.

- Dame la oportunidad de explicártelo. - rogó desesperado.

- He dicho que te largues – volvió a decir Ashley con más fuerza. - Lárgate, ahora mismo, no soportó verte.

- Ya la escuchaste, Miguel, vete – intervino Joselyn, mejor amiga de Ashley. - ella no se encuentra bien y mucho menos después de lo que le hiciste.

Miguel bajó su mirada, sabía el gran error que había cometido, pero no estaba dispuesto a perderla. Volvió a ver a Ashley y le dijo calmado, dispuesto a esperarla.

- Te buscaré cuando estes calmada y dispuesta a hablar conmigo.

- ¡Largo! – dijo ella. No quería verlo, no soportaba verlo a los ojos, le daba coraje y las ganas infinita de golpearlo en ese momento.

Miguel le dio su espacio y se fue dejándolas solas. Joselyn se acercó a su amiga y la abrazó. Ashley, al sentir su calor volvió a derrumbarse en sus brazos como una niña de cinco años. Le contó la traición por parte de Miguel y la herida se volvió a abrir.

- No sólo te engaño a ti, también lo hizo conmigo, pensé que te quería enserio, pues te lo demostraba a cada rato. Los detalles que te daba, decía mucho de él. Jamás pensé que sería capaz de tanta bajeza – habló mientras la consolaba, entendiendo su dolor.

Ashley prefirió guardar lo que había hecho la noche pasada, sería su secreto. Además, sentía algo de vergüenza, pues ni siguiera sabía el nombre de aquel hombre al cual se había entregado por completo.

- Iré a darme un baño – dijo ella, mientras sacaba su chamarra.

Joselyn notó el tatuaje que tenía, sorprendida por ello le dijo.

- ¡¿Pero qué te has hecho Ashley?! ¡¿Cuándo me perdí esto?!

- ¿Te gusta? Me lo he hecho hoy – respondió ella con una sonrisa, orgullosa por lo que había impregnado en su cuerpo

- Creí que no te gustaban los tatuajes, siempre decías eran para personas sin nada que hacer y que torturaban sus cuerpos de esa forma ¿Cuándo cambiaste de opinión?

- Esa era la otra Ashley, tan ingenua e inocente, desde hoy tendré un nuevo comienzo y nadie nunca más me verá la cara – su rostro se había transformado en otra persona. Era verdad, ya no era la dulce Ashley, era otra y su amiga lo notó enseguida. - prometo que a partir de ahora nadie nunca más me verá la cara, lo prometo.

Al decir su promesa, decidió ir hasta el baño de su habitación y tomó una ducha larga. Al hacerlo, recordó la noche pasada, las caricias de aquel hombre, sus ojos negros y vacíos, su gran cuerpo, su seductora voz y la forma en que la trató. Por un momento le entró la idea de de saber quién era, luego entró en razón y olvidó esa absurda idea. Era mejor así, un perfecto desconocido quien la había hecho mujer, se entregó a un hombre que no la amaba y ni ella a él, no sufriría por amor y tampoco se iba a lamentar.

Salió de la ducha y observó su cuerpo desnudo ante el espejo. Pasó sus dedos sobre aquel tatuaje que se había hecho. Dio una sonrisa de placer, ese tatuaje era lo que le faltaba en su vida.

Entró en la habitación por algo de ropa. Se enfadó cuando vio que la mayoría de sus prendas eran vestidos de coleres pasteles. Tomó cada uno y lo puso en su cama, con la bata aun puesta salió a la sala y los votó por la ventana.

- ¡¿Qué haces?! – preguntó sorprendida Joselyn ante tal escena. Definitivamente su amiga se había vuelto loca.

- Me despido de la vieja Ashley – respondió ella – ahora necesito ropa nueva, algo que vaya con mi tatuaje y mi nuevo estilo.

Cambió sus prendas usuales por pantalones jeans, blusas blancas u oscuras y chaquetas de cueros  Su vida desde ese día dio un gran giro de 180 grados. En su circulo de amigos y familiares fue un gran impacto, verla era como ver a otra persona. La pequeña e inocente Ashley había quedado en el pasado, ni sigueira había rastro de ella.

Asistió a la universidad de forma normal. Todos se dieron cuenta ante tal repentino cambio que aveces la evitaban para no entrar en conflicto con ella. Siguió siendo la primera en su clase, pero se volvió más arrogante, había perdido amistades por el carácter de m****a que tenía.

Durante un año, Miguel estuvo tras de ella queriendo explicarle lo sucedido, pero Ashley no le dio oportunidad ni de hablar. Siempre hacia todo lo posible para no chocar en materias, pero él siempre lo conseguía y terminaban siendo compañeros de clase. Cansado de su desinterés, Miguel se dio por vencido y dejó de buscarla.

Un años despues, Ashley se graduó de diseñadora gráfica, amaba esa profesión más que nadie en el mundo. Hubo una gran fiesta en su honor, sus padres la celebraron, pero cuando se enteraron de aquel tatuaje, dejaron de apoyarla y le dieron la espalda. Ellos se sentías desonrrados, sobretodo, su papá.

Un mes después, ella junto con su amiga Joselyn se mudaron de ciudad y fueron para New York. Su amiga consiguió trabajo como modelo para una agencia de moda, también le había conseguido una oferta de trabajo a Ashley. Pero ella sentía que no la necesitaba, ya que ganaba muy bien en las peleas clandestina de las que formaba parte. Nadie sabía de eso, sólo su mejor amiga Joselyn.

En el día descansaba de las palizas que daba o le daban y por las noches se subía en su moto, una Bajaj Pulsar de color negro y se marchaba a enfrentarse con sus contrincantes.

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