Esposa por contrato
Esposa por contrato
Por: DarknessYFS
Prólogo

El doctor nos observaba a Adriana y a mí con una expresión pétrea, pero con ojos levemente brillosos.

No tenía idea de qué estaba sucediendo realmente. Mi mamá había estado enferma últimamente y en esa noche en particular terminó colapsando totalmente y tanto Adri como yo nos vimos en la necesidad de traerla al hospital.

Sabía que había roto un par de leyes mientras pisaba el acelerador de mi auto a fondo, pero nada de eso importaba cuando mi mamá había estado diaforética e inconsciente tras haberse caído en la cocina.

Por suerte, nada se rompió cuando cayó al suelo, al menos no a nivel externo y esperaba que nada a nivel interno, pero al ver la expresión del doctor, sabía que algo había sucedido.

—La señora tiene un problema renal, uno de sus riñones no está funcionando correctamente y ha estado contaminando su sistema, solo uno de ellos funciona bien y el dañado parece estar contaminándolo.

Adri suspiró aparatosamente y se aferró a mí como si su vida dependiera de ello. Siempre habíamos sido muy unidas, pero hoy parecía más apegada a mí que cualquier otro y la única razón era que ella estaba más apegada a nuestra madre de lo que yo nunca estaría.

La amaba, por supuesto, pero Adri había estado muy, muy apegada a ella desde el día en que nació y tras la muerte de papá hacía unos años, mamá había sido su refugio y su consuelo.

El doctor continuó hablando al ver que nosotras no diríamos nada al respecto, al menos no hasta que no supiéramos totalmente que era lo que estaba sucediendo con nuestra madre.

—Debemos extirpar uno de los riñones y luego cuidar del otro para que sea su soporte, si todo sale conforme a lo esperado no habrá necesidad de un trasplante de órganos, ella podría funcionar correctamente con uno.

—Bien, entonces haga lo que tenga que hacer —pidió Adri con voz ronca a causa de las lágrimas que había estado derramando durante la última media hora.

—Quisiera que fuera así de fácil, pero es más complicado que eso —admitió el doctor con una voz algo apenada.

Y que estuviera diciendo tales cosas solo me hacía considerar que nada estaría bien después de este momento.

—La operación no es cubierta por su seguro social y es considerablemente costosa —él se mantuvo firme en su lugar, mientras que yo comencé a balancearme de un lado a otro sobre mis pies —no podemos llevarla a quirófano sin antes practicarle todos los análisis y estudios de rigor, además, la cantidad debe ser depositada antes, no después de la operación.

Lentamente pasé saliva y Adri se dejó caer al suelo cubriendo su rostro. Ella sabía lo que yo, solo que tenía que mantenerme firme por el bien de las dos.

—¿Cuánto es el costo? —cuestioné con voz suave y el doctor miró a mi hermana con ojos apenados antes de mirar hacia mí y asentir, determinando que estaba desempeñando bien mi papel como roca de esta familia, después de todo eso era lo que había sido durante los últimos años.

—La enviaré al departamento de contabilidad mañana por la mañana para que pueda recoger el costo de la cirugía. Su madre ya se encuentra estable y le hemos dado algunos medicamentos que ayudarán a retrasar el desplazamiento de la infección de un riñón a otro, por otro lado, con respecto a su caída todo se encuentra en orden, calló desde los pies hasta la cabeza minimizando el impacto en lugares peligrosos, puede llevarla a casa, señorita.

Asentí hacia él y le tendí mi mano para que él la sacudiera cuidadosamente.

—Muchas gracias, doctor.

Él dio un último asentimiento y yo miré a ambos lados en el pasillo antes de dejarme caer frente a Adri para sostener su rostro y hacer que me mirara.

—Mírame —le ordené suavemente y ella abrió sus ojos para verme a través de sus pesadas y mojadas pestañas.

Sus ojos castaños me dieron la bienvenida y mi frente se apegó a la de ella.

—Mamá estará bien, es lo único que nos queda y no la vamos a perder —determiné con voz severa.

—No tenemos dinero, Lili —contestó con voz amarga —todo lo que llega a casa lo traes tú y veo en tu rostro el cansancio cada vez que llegas, no puedes permitirte esforzarte más y mucho menos puedes conseguir el dinero antes de que sea ya demasiado tarde.

Suspiré pesadamente y paseé mis dedos por su cabello castaño suelto en mechones rizados iguales a los míos.

—Voy a conseguir el dinero —dije más segura de lo que estaba —te lo prometo, Adri.

Y así fuera lo último que hiciera lo haría, mamá era todo lo que nos quedaba y aunque se había quedado en casa para terminar de criar a Adri que apenas tenía diecisiete años y yo tuve que sacar adelante la casa. No me importaba, lo disfrutaba, disfruté de ver la sonrisa en el rostro de Adri cuando le dije que podría pagar la carrera que quería estudiar justo antes de que saliera de la escuela con el mejor promedio, pero no suficiente para una beca completa.

Costeaba la mitad de todos sus estudios para que ella fuera una grandiosa arquitecta y le daba todo lo que necesitaba y gracias a dios la casa en la que vivíamos era propia, papá nos la había dejado después de morir, pero había que pagar cuentas y yo era responsable de cada una de ellas.

Y aun así me quedaba dinero para ahorrar, pero sabía que los pocos miles de dólares que tenía ahí dentro no servirían para pagar una cirugía a nivel privado en la que el seguro médico no me cubriría ni el cinco por ciento.

Pero buscaría la forma, después de todo yo siempre lo hacía.

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