vive.

En la habitación de la sala de internación, muchos doctores entraron apresurados, la conmoción se apoderó de ellos.

Uno de ellos gritaba, para que se haga la reanimación.

Su tono desesperado,

—¡Maldición! ¡La estamos, perdiendo!

Una enfermera se encarga de observar la reacción de Luz,—Doctor, no parece que esté funcionando,

Un silencio se apoderó de la sala.

Sin embargo, en el sueño Luz, buscaba desesperado alcanzar a Manuel,

Oye su voz, por última vez,

—¡ Has, que todo valga la pena! ¡ Vive por mí!

¡Búscalo, él te está esperando!

Unos ojos verdes, llenaron su mente…

—¡ Daniel!..

Un nombre extraño Pero, a la vez muy familiar.

Ese brillo intenso, traspasa todo el cuerpo de Manuel, y cubría por completo a Luz.

En ese día, un milagro sucedió en esa habitación.

Después, de un momento ella reacciona, a los desesperados intento de los doctores,

Sus padres que estaban afuera, pudieron ver todo lo que pasaba en la sala.

Se sintieron aliviado, después de ver que ella volvía.

—¡Esa es mi niña!

Pronuncio Abrahán, entre lágrimas.

Una semana después….

Por fin Luz despertó, abrió sus ojos poco a poco, mirando el techo blanco de la sala, en su cuerpo miles de cables y tubos,

—¡ No, me morí! Se dijo mentalmente.

Unos días después, la transfieren a su sala, no hablaba con nadie.

Dentro de ella decidió fingir, que no se recordaba de nada, de lo ocurrido con ella y Manuel, tampoco preguntó por él.

Sabía bien, la respuesta.

Disgustados por el hecho, también muy preocupados por su estado mental, sus padres hablaron con el doctor,

Él a su vez, aseguró que era normal, lo que pasado con su hija, después de un evento traumático uno tiende a olvidar cosas, según él ese era un mecanismo de defensa.

Índico un medicamento controlado, para esas situaciones y una terapia con él psicólogo.

Ellos aceptaron, la indicación del médico.

Ya que Luz ya había padecido antes algo igual por el accidente que sufrió, ambos sucesos jugaron contra su mente.

—¡ Pobrecita! ¡ Mi hija, no se merece tanto sufrimiento!

Sumergida en la oscuridad, cada día que pasa una reflexión diferente llega a mi mente en esta vida nada era seguro, un día tienes todo; Amor, familia, felicidad, amigos.

Estaba empezando, a vivir una nueva historia, quería poner todo mi empeño para lograrlo pero de pronto puf….

Todo cambió…

—¡Me veo Sola! se fueron todos,

Estoy perdida, en una inmensa oscuridad.

Sólo quiero gritar vuelvan, ¡ Ya no puedo seguir aguantando!

¡ El dolor, me está matando , poco a poco!

Pero algo no me permite desistir, ¡tengo que luchar!

— Prometí vivir,—¡Necesito encontrar mi camino! ,

En mi sueño te veo, quiero alcanzarte te sigo pero te escapas de mí, siempre me despierto cuando llegó en una habitación, me quedó parada mirando un cuadro, hasta ahora aún no pudo distinguir el rostro dibujado en ese cuadro.

Los días pasaron, por fin podía salir del hospital,

Mi madre se puso muy feliz, papá tenía una cara conmovida.

De pronto, con una sonrisa amable la enfermera, se dirige hacia mí;

—¡Ya es hora!

Sólo la miro, fingí una sonrisa.

No me importaba salir del hospital, más bien preferiría haber muerto, aquella noche en esa casa.

Pero manu intervino, me hizo volver tengo que cumplir con mi promesa,

Pero ahora todo, es diferente.

¡Odio estar así , sin horizonte!

No soportaba saber, que ya no estaba, ¿ necesito saber, realmente lo que sucedió, en esa noche?, ¿cómo podía vivir así?

Yo estaba asustada.

Me sumergí en un mundo nuevo, donde todo era hermoso, y él me abrasaba Consolándome;

Estoy sentada en él sofá de su finca, esta vez es Manuel, quien me acompaña,

Recuerdo bien ese lugar, siempre nos sentabamos ahi, ese gesto que solía hacer cuando intentaba persuadirme.

—¡ya amor! —¡Reacciona!

¡Tu eres más fuerte, que yo!

Se me acerca y besa mí frente, esa acción hizo una vez en ese mismo lugar, pero solamente que en ese momento yo estaba muy enojada, y ahora solo estoy escuchando.

Siguió hablando —Sabes, ¡te estás portando, como una niña!

Vuelvo a despertar…

¡Odio despertar! Cada vez, más aumento la cantidad de pastillas para dormir necesito más tiempo, no he salido de mi habitación por un buen tiempo.

Y así pasaron mis días, eran tan largas.

Después de 5 meses, encerrada en la casa,

Sin ánimo para nada, solo deseando cada día partir.

Mis padres reunidos en el comedor, hicieron una reunión familiar y decidieron obligarme a ingresar a la facultad.

Yo no había iniciado el año lectivo, pero había una oportunidad para los del primer año cada 6 meses se podía tomar todos los exámenes e ingresar como alumno del primer año, en mí caso sería en derecho.

Acepté seguir mis estudios en nuestra ciudad, después de todo necesito darles un poco de descanso a mis padres, ellos también sufren por mi culpa.

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