Capítulo XXXV

Y Ares apenas la había tocado, excepto con los ojos. A Hanah casi le dio miedo pensar lo que ocurriría cuando la tocará con las manos. Cuando no solo tocará su cuerpo, cuando también tocará su alma, y su corazón.

Despacio, y aún mirándola, Ares se quitó la toalla que le rodeaba el cuello y la dejó caer al suelo.

Entonces, irresistiblemente, le puso las manos en los hombros y la estrechó contra su cuerpo, apretándole los senos a su pecho fuerte y cálido. Bajó la cabeza y, con la boca, saboreó la de ella... y empezó a devorarla con una brusquedad que la dejó jadeante, y deseosa.

Después de lo que le pareció a Hanah una eternidad de besos suaves, apasionados, posesivos, y bruscos... los labios de Ares la abandonaron.

_ Tumbate_ dijo él con voz ronca.

Aún rodeada por los brazos de Ares, Hanah se puso de rodillas sobre el colchón, y se dirigió a gatas hacia el centro de la enorme cama.

Oyó la respiración de Arest antes de que las manos de él le agarraran de las caderas con firmeza, sujetán
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo